Yamiri Rodríguez Madrid
La semana pasada, la presidenta del Poder Judicial en el Estado de Veracruz, Isabel Inés Romero Cruz, presumió que recibió un Doctorado Honoris Causa, tal y como hace unas semanas hizo lo propio el secretario de Educación, Zenyazen Escobar García. Tal parece que, en la era morenista, existe una fiebre por contar con tal distinción.
En marzo pasado, el líder del sindicato de Limpia Pública en el Puerto de Veracruz, Antonino Baxin Mata, quien por cierto era aspirante a la alcaldía por Morena, PT y PVEM, recibió un Doctorado Honoris Causa, junto con la presidenta municipal de Tamiahua, Citlalli Medellín -también del Partido Verde-, por parte del Claustro Iberoamericano en el Estado de Veracruz.
Un Doctorado Honoris Causa lo otorga una universidad, colegio o asociación profesional a personajes connotados -y subrayo connotados-, por su trayectoria académica, científica, cultural, por sus valores o su aportación a la institución. Entre más prestigiosa es la universidad, más serio y peso tiene el título honorífico. Por ejemplo, cada año, la Universidad Veracruzana (UV) otorga el Doctorado Honoris Causa a dos o tres personajes, generalmente extranjeros, seguido siempre por una charla magistral de los galardonados que congrega a centenares de personas atraídos por el nombre y carrera de quien los recibe.
El de Isabel Romero Cruz no se lo dio la UV, sino integrantes de Colegios y Barras de Abogados de Veracruz, que conforman el Instituto Socrático Americano, por “su humanismo, sus valiosas aportaciones en el campo del derecho, su espíritu altruista, así como también, la ética profesional que le distingue, siendo ejemplo a seguir para las generaciones actuales y futuras de abogados, un orgullo para Veracruz y para México”. Se desconoce cuántos reconocimientos de ese tipo ha otorgado dicha institución, aunque ofrece un Doctorado en Investigación Criminal y Ciencias de la Conducta en solo 16 semanas, cuando en cualquier otra demora 3 años.
Aunado a lo anterior, no perdamos de vista que Romero Cruz fue designada magistrada apenas en 2019 y Presidenta del Poder Judicial tras la destitución de Sofía Martínez Huerta. Previo a esto, la abogada fungió como Procuradora de la Defensa del Trabajo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de la actual administración. Fue juez de control y juicio oral en el distrito de Poza Rica: juez de primera instancia en Misantla y en Papantla. Vaya que de los doctorados honoris causa que recibió Don Ignacio Burgoa Orihuela a este hay un mundo de diferencia.
Así, al paso que vamos, tendremos más funcionarios con Doctorados Honoris Causa, que decimeros, jaraneros o personajes verdaderamente representativos de Veracruz.
@YamiriRodriguez