/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Martínez de la Torre es, sin duda, uno de los municipios que más aporta económicamente a Veracruz con la producción y exportación de cítricos; desafortunadamente, no es correspondido ni en presupuesto, ni en resultados por parte de sus autoridades.
Para que usted dimensione lo anterior, en este municipio, vecino de Papantla, Tecolutla, San Rafael, Misantla, Atzalan y Tlapacoyan, viven poco más de 108 mil veracruzanos, de los cuales 51.1 por ciento está en condiciones de pobreza y, de ese universo, 8 por ciento en pobreza extrema.
Otros indicadores relevantes son que 50.9 por ciento de los habitantes gana menos de dos salarios mínimos; que 6.3 por ciento es analfabeta o que 30 por ciento de las viviendas tienen algún nivel de hacinamiento. A estos sumemos el hecho de que 10.5 por ciento de las viviendas carecen de agua entubada y 8.3 por ciento aún tienen piso de tierra, de acuerdo con los Cuadernillos Municipales de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).
Pese a estos números, el presupuesto que en este 2022 le toca ejercer al presidente municipal morenista, Rodrigo Calderón Salas, es de 161 millones 466 mil pesos para solo 96 obras y acciones. De dicho monto, se dispuso que 38 por ciento se destine a Urbanización Municipal; 17 por ciento a Seguridad Pública Municipal y 8 por ciento a Educación.
Por debajo de esos montos, conforme a la información que el propio ayuntamiento entregó al Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), están Drenaje y Alcantarillado, Protección y Preservación Ecológica, Fortalecimiento Municipal, Bienes Inmuebles, Agua Potable, Equipamiento Urbano, Estudios, Deuda Pública, Auditoría y Electrificación.
Sin embargo, en ceros aparecen Salud, Vivienda, Caminos Rurales, Infraestructura Productiva Rural, el Programa de Desarrollo Institucional Municipal, Gastos Indirectos, Prevención Presupuestaria, Bienes Inmuebles, Planeación Municipal, Estímulos a la Educación, Acciones Sociales Básicas, Proyectos Culturales y Artísticos, Derechos Humanos y Prevención de la Violencia, pese a ser uno de los diez municipios más violentos del estado.
Así, entre las principales obras y acciones a realizar en localidades como la cabecera municipal, Independencia, María de la Torre o La Palma, por mencionar algunas, están el pago de 2.8 millones de pesos en la adquisición de vehículos terrestres para servicios y operación de programas públicos; 10.8 millones para la recolección y disposición de basura; medio millón de pesos para la compra de equipo de cómputo; 200 mil pesos para el pago de mano de obra eventual; la misma cantidad para la compra de material de construcción; 2.3 millones para el pago de auditorías; 2 millones para obligaciones financieras; 17.1 millones de pesos en sueldos compactos a personal eventual; 3 millones en cuotas de seguridad social; 5 millones en pago de combustible a unidades de seguridad; 800 mil pesos para reparar patrullas; 1.6 millones para rehabilitar unidades del ayuntamiento o un millón de pesos en tenencias, por citar unos cuantos ejemplos.
A nadie sorprende que el dinero de las contribuciones de la gente de Martínez no se refleje en obras, pues si como diputado federal Rodrigo Calderón fue gris, como presidente municipal ha sido aún peor. Pobre Martínez, entre violencia e ineptitudes.
@YamiriRodriguez