Realizan Viacrucis de Estampas Vivientes en la UAG .

•    La presentación se realizó en la Plaza de las Banderas y los jardines aledaños de Ciudad Universitaria 

Los versos dedicados a la Pasión de Jesucristo que con gran inspiración escribió Fray Asinello, fueron recitados una vez más en la representación del Viacrucis de Estampas Vivientes, que año con año llevan a cabo la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y la Federación de Estudiantes de Jalisco (FEJ).

El Viacrucis se representa durante la última semana de clases antes de iniciar las vacaciones de Semana Santa, en la Plaza de Banderas y jardines aledaños de Ciudad Universitaria de la UAG. En esta ocasión participaron 15 estudiantes, caracterizados de acuerdo a la época, además de los lectores y el coro. El papel de Cristo fue representado por Salvador Esparza Rodríguez, presidente de la FEJ y quien cursa la carrera de Finanzas.

En algunas estaciones se colocaron fotografías en gran formato de la ciudad de Jerusalén.

El Romancero de la Vía Dolorosa está compuesto por 14 poesías que abarcan otras tantas estaciones del Viacrucis. Fue escrito por el sacerdote tapatío Benjamín Sánchez Espinosa, cuyo seudónimo era Fray Asinello (Fray Asnito) y falleció en 2011. En él se describe de manera poética la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, desde que fue condenado a muerte hasta su colocación en el sepulcro.

Las estaciones son: I. Jesús sentenciado a muerte; II. Jesús se abraza de la cruz; III. Jesús cae por primera vez; IV. Jesús se encuentra con su madre; V. El Cirineo ayuda a cargar la cruz; VI. La Verónica enjuga el rostro de Jesús; VII. Jesús cae por segunda vez; VIII. Jesús consuela a las piadosas mujeres; IX. Jesús cae por tercera vez; X. Jesús es desnudado y abrevado con hiel y vinagre; XI. Jesús es clavado en la cruz; XII. Jesús muere en la cruz; XIII. Jesús es desclavado de la cruz y puesto en los brazos de su madre, y XIV. El cuerpo de Jesús es depositado en el sepulcro.
Entre cada estación se reza y se cantan oraciones. La representación termina con la poesía cantada “No me mueve mi Dios para quererte”.

El Viacrucis de Estampas Vivientes, además de su valor artístico, invita a reflexionar acerca de los misterios que encierran aquellos momentos ocurridos hace dos mil años y aporta un instante de recogimiento previo a la Semana Santa.