El 4% de crecimiento vs. la 4T

Norma Meraz

Hablar e insistir en que la 4T –emblema de este régimen– salvará al país de la desbordada violencia, la inseguridad, los feminicidios, de la pobreza extrema, de la desigualdad social, del desempleo, de la impunidad… y que el crecimiento económico a finales de este año alcanzará el 4%, exige hablar con precaución y sensatez.

La voz del Presidente Andrés Manuel López Obrador se alza para presumir desde ya el éxito de su 4T, lo que demuestra no tener paciencia para esperar la calificación que los mexicanos le darán a mediano plazo.

“Estamos muy contentos” … “Vamos muy bien”… son tan sólo un par de las frases que el Presidente repite cada día en la conferencia de prensa mañanera ante los periodistas desmañanados que buscan respuestas a sus preguntas y lo que recogen es el calificativo de “mirones profesionales”.

López Obrador no pierde la oportunidad de arremeter contra los comunicadores a quienes dice que: “informan tendenciosamente” y “de mala leche”. Que ejercen el oficio con calumnias y difamaciones, todo porque no admite la repregunta o comentarios que no van de la mano de lo que él piensa, porque él “tiene otros datos”.

Señor Presidente, el periodismo no solo es un oficio, es una profesión y, como usted dice, aquí hay libertad de expresión, por lo que le pedimos respeto a nuestro derecho a disentir.

La numeralia de asuntos importantes para el país y que están hoy sobre la mesa es larga.

Cito los siguientes: la inconstitucionalidad de ampliar el mandato del gobernador electo de Baja California de 2 a 5 años; la aprobación de la “ley garrote” por parte del Congreso de Tabasco, que trata de castigar hasta con 10 años de prisión a todos aquellos que impidan la realización de obra pública –léase: refinería de Dos Bocas–; la aprobación de la ley de Extinción de Dominio, que deja expuestos a los ciudadanos, sin previa sentencia, a que el gobierno los despoje de sus propiedades y los venda de inmediato sin que puedan defenderse. Eso nos deja absolutamente en el desamparo.

Hasta hace poco creí que esos casos se daban en los regímenes absolutistas. Confieso que estaba en un error.

Por otra parte, siguen incrementándose los feminicidios, asaltos, secuestros, robo a transportes de carga, a transporte público de personas y asesinatos de periodistas, como el ocurrido hace pocos días a Rogelio Barragán Pérez con el que a la fecha suman 9 comunicadores ejecutados sin que haya resultados de ninguna investigación.

Estos y otros tantos temas nacionales merecerían mayor espacio de información y comunicación por parte del señor Presidente López Obrador. Pero no. Ayer ocupó 20 minutos muy valiosos en platicar acerca de la distribución del departamento que ocupa como vivienda en Palacio Nacional.

Con lujo de detalle se refirió a los salones que no se usarán y permanecerán cerrados. Incluso se detuvo a explicar el cuidado de los pisos de los salones principales con el objeto de que no se estropeen.

El hecho es que él vive en el edificio emblemático del poder nacional, construido hace 500 años sobre una pirámide y que lleva sobre sí una enorme carga histórica.

La felicidad de nuestro Presidente se centra en que no tenemos recesión económica.

El hecho es que la economía está estancada. Hay escasez de liquidez, de inversión pública y privada y el índice pírrico de crecimiento no es para echar campanas al vuelo.

El secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, declaró ayer que hay un subejercicio del presupuesto de 120 mil millones de pesos que se inyectarán a inversión. Luego el Presidente López Obrador lo contradijo expresando que no es subejercicio que ¡es ahorro!

El 4% de crecimiento prometido para este año por el Presidente se queda en promesas rotas.

Todo queda en el 4% Vs. 4T.

¡Digamos la Verdad!