Gárgaras con A.

*Escrito por Cirenia Celestino Ortega .

El jueves pasado presentamos en Jalisco el Diagnóstico participativo Hacia una política pública de protección integral para mujeres periodistas y defensoras, el primer diagnóstico en la materia para el estado y especializado con perspectiva de género elaborado por Valeria Moscoso, Carla Loyo y Adriana Rubio.

El informe recoge no solo el contexto de violencia en el que se ejerce la labor de derechos humanos, la libertad de expresión y las labores de búsqueda de personas desaparecidas, también analiza los impactos del riesgo en la vida de las defensoras, periodistas y buscadoras y emite una serie de recomendaciones para lograr la construcción de una política integral de protección desde el enfoque feminista.

Sí, para que las mujeres defensoras, periodistas y buscadoras, realicen su labor con reconocimiento y seguridad.

Al término de la presentación, un periodista que cubría el evento nos preguntó nuestra opinión sobre “si Sheinbaum debería cuidar México como una madre”.

El cuestionamiento no es menor. Es una de tantas expresiones de sexismo que nos encontraremos a la llegada de la primera presidenta de México.

La frase da cuenta de los estereotipos anclados en nuestra sociedad bajo los cuales las mujeres “cuidan” y no “gobiernan”, porque el poder político ha sido históricamente masculino.

Se suma a expresiones como “no es presidenta, será la primera presidente”, como lo dijo Noroña, al restarle importancia al momento histórico que vivimos y es normal, porque es la primera vez en México que vemos de cara a una presidenta y cuesta aceptar que el mundo ha cambiado.

Hace unos 12 años, en sesiones de estudio con la Doctora Marcela Lagarde y de los Ríos sobre la marca de género en la violencia contra la prensa o bien, las expresiones de violencia contra las mujeres periodistas por el hecho de ser mujeres y que atentan contra su ejercicio periodístico, nos decía “debemos hacer gárgaras con a”.

Hacer gárgaras con a significa reafirmar que las mujeres hemos llegado a los espacios tradicionalmente masculinos en el espacio público o donde siempre estuvimos, pero no había sido reconocida nuestra presencia, como lo es el periodismo y la política.

En el periodismo siempre hemos estado y, en la política, gracias a las sufragistas de antes y de ahora, hoy estamos en paridad.

El lenguaje importa, incluso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha reconocido que el lenguaje no es neutro y que nombrar es importante para participar. Así, ha emitido diferentes sentencias en las que se obliga a usar el lenguaje incluyente para feminizar convocatorias y otras comunicaciones con el objetivo de promover la participación de las mujeres.

El lenguaje nombra y reconoce, por ello avanza con el avance en los derechos humanos de los grupos sociales. Las mujeres, al ser más de la mitad de la población debemos ser nombradas.

El lenguaje también permite imaginar realidades. Hoy millones de niñas saben que pueden ser “presidentas”, con a. Hagamos gárgaras con a porque esto apenas empieza.

Finalmente, respondí al periodista que “Sheinbaum no debe cuidarnos como una madre, debe gobernar como una presidenta” y que tiene una gran oportunidad en sus manos para marcar la historia como una presidenta garante de derechos, entre ellos, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a defender derechos humanos.

Cimac Noticias.com