Sin tacto.
Por Sergio González Levet.
En el horizonte histórico de Xalapa, en el ámbito político, en el manejo del micrófono radiofónico refulgen dos grandes profesionales, dos gargantas especiales, profundas, las del xalapeño Joel El Pachuco Verdejo y de Miguel Reneaum Alcocer, del mero Maltrata.
A Joel lo retiró tempranamente una enfermedad crónica que se ha ido agudizando con los años, pero no se olvidan sus estentóreos llamados a la emoción en tantos y tantos mítines de campañas políticas, priistas a morir, de los que pervive lo dicho por El Pachuco y más por cómo lo decía, con esa forma suya tan propia, tan personal.
Y Miguel era y es la imagen viva de la decencia, de la elegancia, de la personalidad distinguida, bañada con esa voz profunda, de locutor (of course) y su quijotesca figura de caballero andante, micrófono en ristre, para narrar y amenizar los mejores eventos y llenar de consistencia las horas de la televisión y la radio de los veracruzanos.
Reneaum Alcocer completa 40 años trabajando para la radio y televisión oficial de Veracruz, para RTV ahora, porque fue fundador del Canal 4 Más, en donde condujo la primera emisión al aire, y el primer noticiero, y muchas otras cosas que fueron primeras por el talento de este periodista, comentarista, locutor y enorme amigo, que todos los colegas comunicadores quieren y respetan.
Hoy don Miguel, nuestro querido Miguel, está en un trance fatal. Agobiado su organismo por un cáncer nefasto que le está llevando el hígado, los médicos lo han enviado de regreso a su casa con un pronóstico sumamente reservado.
Y a la pena de la enfermedad crónica, Miguel suma la heroicidad de haber sido un hombre honesto (qué diría de él López Obrador) en medio de las corruptelas de muchos gobiernos; un hombre honesto y por tanto pobre (entiéndase: un hombre pobre pero nunca un pobre hombre).
Después de 40 años de entregar su vida y su vocación al Gobierno de Veracruz, ahora resulta que Miguel Reneaum siempre fue un empleado de confianza, y por tanto no califica para recibir los beneficios que cualquier empleado sindicalizado o basificado goza.
En el lecho del agobio, ha recibido la frialdad del Gobierno del Cambio y su Gobernador, que no atinan a entender que hay situaciones que van más allá de las normatividades; que la justicia se debe aplicar con gracia (remember Benito Juárez) para quienes la merecen, como es el caso de este hombre probo, trabajador, responsable.
Ayer el propio Cuitláhuac tuvo una respuesta desafortunada (una más) porque de principio no recordó quién era Miguel Reneaum, ante la pregunta de un compañero que le interpeló por la salud del excelso locutor, y después solamente alcanzó a decir que lo iban a apoyar, a ver de qué manera.
Miguel Reneaum Alcocer, señores del Gobierno, es un veracruzano que se ganó el mejor trato y todo el respeto. En ustedes está que pueda estar tranquilo por la suerte de su esposa y de su descendencia.
Por fortuna, y aparte, ya está pendiente de él don Ricardo Ahued Bardahuil, y eso tranquiliza.
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