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Claudia y Rocío.

*El Baldón.

/José Miguel Cobián/

Tal parece que en este país jamás vamos a aprender a vivir en democracia, y mucho menos a reconocer el triunfo del contrario.

Todavía recuerdo cuanta burla se le hizo a AMLO cuando insistía en fraude electoral ante el triunfo de Felipe Calderón, y en menor medida ante el triunfo de Peña Nieto. Hoy, aquéllos que se burlaban con tanta alegría hacen exactamente lo mismo.

Claudia Sehinbaum ganó en las urnas, Rocío Nahle ganó en las urnas. Y lo mismo sucedió con el resto de las gubernaturas, diputados federales, diputados locales y senadores que compitieron en la última elección. A pesar de ello, la oposición ha querido convencer a la opinión pública una y otra vez de la existencia de un inexistente fraude electoral. Especie que cada vez tiene menor eco en la escasa opinión pública que le prestó atención.

A pesar de ello, todos los días veo ataques tratando de debilitar la legitimidad de los mandatos de quienes por las urnas llegaron o llegarán al poder. Acusaron a AMLO de dividir a los mexicanos, y tenían razón. Hoy, aquéllos que lo acusaron, insisten en dividir a los mexicanos.

Debo dejar claro, que una crítica honesta, ante un hecho real realizado desde el poder, no solo es loable, sino que hasta es beneficioso y necesario para la salud democrática de México. Pero hay una enorme diferencia entre señalar hechos ciertos, y expresar su opinión al respecto, a estar utilizando redes sociales y medios de comunicación para engañar a sus seguidores (de la oposición), y llenarles la cabeza de infundios y mentiras, con el fin de lograr tonterías como mayor rating, o mantenerse vigente ante la opinión pública, o incluso, para conservar un supuesto e imaginario liderazgo de gente descontenta con el régimen.

¿De qué sirve darse baños de pureza cuando se miente descaradamente? He escuchado a personas descontentas con los gobiernos de morena, señalar hechos claros y evidentes, lo cual, insisto, es correcto. Pero también he escuchado una serie de sandeces y tonterías, tales que uno se pregunta ¿Cómo es posible que una persona pensante pueda creer eso? Lo que me lleva a pensar en la calidad moral de quienes extienden esas mentiras y difamaciones, y también en la calidad moral de quienes, convertidos en tontos útiles, las comparten.

Si alguien no está contento con la mayoría de Morena en los congresos, tendrá la oportunidad en tres años, de disputarla, ya que habrá elección de diputados locales y federales. Esas son las reglas de nuestra democracia. Dedíquense a ello, en lugar de difamar y compartir infundios, lo cual los hace iguales a sus adversarios.

Se afirma que mediante los programas sociales se controla a los ciudadanos, como si los mexicanos fuéramos marionetas, manejables a cambio de dinero. Se infravalora al ciudadano. Se nos olvida que todos somos seres pensantes y capaces de tomar una decisión propia. Pero lo más importante, es que se niega una realidad, y al negarla, el daño se le causa a la misma oposición, que desde el 2018 no ha querido reconocer la nueva realidad del país. O quizá el daño se causa a los ciudadanos descontentos, pues en muchas ocasiones, la oposición ha demostrado ser muy práctica y alinearse con el poder a conveniencia.

Claudia será presidenta seis años. Y más nos vale, no apoyar un intento interno para debilitarla en la revocación de mandato. Rocío será gobernadora por seis años. En ambos casos, a los mexicanos en general y a los veracruzanos en particular, nos conviene que tengan gobiernos exitosos. Que logren sus metas para el bien de México.

Si el lector me quiere reclamar por corrupción o desvíos, le diré que jamás ha dejado de haberlos en el país. Hoy con mujeres en el poder, tenemos la esperanza de que se reduzca un poco esa corrupción, y que haya más sensibilidad ante el sufrimiento de la población.

Claudia y Rocío son mujeres de mucho carácter. Eso es bueno –siempre que no seas colaborador directo de ellas-, porque no les va a temblar la mano para tomar las decisiones que deban tomar. Si hacen bien o mal su trabajo, podremos evaluarlas por sus resultados dentro de seis años. Así está estructurada nuestra democracia.

De momento, si no hay capacidad para influir en sus actos, debemos dejarlas trabajar, y apoyar en lo posible a sus gobiernos, con la esperanza de que ¨ahora sí¨, los mexicano podamos ver un poco de avance en nuestro nivel de vida colectivo.

Yo le preguntaría a los veracruzanos que critican a Cuitláhuac con tanto fervor. ¿Hubieran preferido en la silla del gobierno del estado al candidato de la oposición, que era Miguel Ángel Yunes Marquez? Cada quién deberá responder, pero lo que se vio en aquélla elección, fue que los veracruzanos decidieron no darle a Miguelito la continuidad o herencia, del gobierno de su padre.

Ahora los veracruzanos escogieron a Rocío por encima de Pepe Yunes. La decisión del pueblo ya está tomada. Y tanto en esa elección como la de Claudia, no hay pruebas contundentes de fraude electoral, tal como lo tipifica la ley. Tampoco vimos a los partidos de oposición presentar pruebas fehacientes de dicho fraude, y lo abrumadora de la votación no deja lugar a dudas, sobre la intención de las mayorías sobre a quién llevar al poder.

Vienen muchos años de hegemonía de Morena a nivel federal, estatal y municipal. Será ese partido y sus militantes, quienes entreguen cuentas a la población mexicana. Y mientras los mexicanos estén contentos con morena, nada va a cambiar la estructura de poder político en México.

Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

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