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De la cordura a la locura… ¿Qué es el gaslighting?

**Micromachismo.

/ Lorena Piedad /

SemMéxico, Pachuca, Hgo.,  “Yo nunca te dije eso, lo estás inventando”, “estás loca”, “ya no sabes lo que dices”, “eres demasiado sensible”, “no aguantas ni una broma”, “te enojas por todo”, “estás exagerando”.

Esas frases que acaban de leer son ejemplos de violencia psicológica y tienen un nombre: Gaslighting (luz de gas). La Colectiva Oleaje lo describe como un tipo de abuso psicológico, sistemático y constante, que busca dañar la confianza, el autoestima y, por ende, la identidad de una persona. Para esto, el abusador utiliza engaños, reproches, mentiras y contradicciones provocando que la víctima pierda el control sobre su memoria o conducta*.

El término gaslighting nació de una obra de teatro británica que fue escrita por Patrick Hamilton y que George Cukor llevó al mundo del cine en 1944 con la película Gaslight que narra la historia de un hombre que trata de convencer a su esposa y a todos a su alrededor que ella está loca, lo intenta con acciones como alterar la iluminación de la casa (que era con lámparas de gas) o cambiar objetos de lugar para después hacerle creer que lo está imaginando porque sufre paranoia y esquizofrenia. El objetivo es que él no sea descubierto por sus robos e infidelidades.

¿Por qué no nos resulta ajena esta historia? Creo que la razón es que lo grave de esta violencia psicológica es tan sutil (y tan normalizada) que cuando tratas de exponerla no te creen tan fácilmente o al menos no sin preguntarse si no estarás exagerando.

El gaslighting sucede cuando en una relación sentimental, familiar o incluso de amistad el abusador altera la percepción de la realidad de la víctima con el fin de que no sea consciente que padece un maltrato o una situación que debe denunciar.

Lamentablemente en México (y en realidad en el mundo entero) aún se conserva la idea de que la violencia, la agresión, el maltrato tiene que ver con daños estrictamente físicos o no existe. A veces hasta creo que perdura una nula comprensión sobre las consecuencias del maltrato psicológico que pueden ser devastadoras y, peor, irreversibles.

Antes de que continúen con la lectura quiero aclarar que la mayoría de los textos de esta columna están basados en vivencias personales para contarles de qué forma ha afectado mi vida el machismo “sutil”, podría parecer egoísta, pero segura estoy de que todas y todos identificamos algunas de estas anécdotas por la simple razón de que vivimos en una sociedad machista. Esto significa que no soy una profesional en el tema, pero al menos espero que leer un poco de lo aquí expuesto sobre el gaslighting le sirva a alguien para buscar ayuda.

Uno de los rasgos que complican identificar este abuso es que esa persona puede hacerte creer que es la única que te conoce y te cuida para ganarse tu confianza absoluta.

¿Cómo podría cuestionarme si soy víctima de esta violencia psicológica?

A continuación, algunos ejemplos que podrían suceder en una relación sentimental, pero recuerden que también aplica en amigos, familiares o incluso en el trabajo.

La sociedad nos engaña con una falsa realidad sobre que en los tiempos actuales es más fácil hablar sobre abusos psicológicos, salud mental y autocuidado, pero cuando una persona se da cuenta que es víctima de gaslighting la realidad es abrumadora, busca ayuda que no encuentra fácilmente porque se enfrenta a los siguientes cuestionamientos de su familia, de sus amigos, de quien sea, “creo que eso no es abuso”, “¿por qué no lo dijiste antes?”, “es que tú también hiciste cosas”, por mencionar solo algunas.

Una persona que ha sido víctima de gaslighting no habla antes porque desconocía que lo que vivía no era normal, no era amor, no era cariño, era abuso psicológico. Y si cuando vas a denunciar una agresión física, las y los servidores públicos que deberían protegerte necesitan que acudas con marcas visibles, muy visibles para que te “crean” y “quieran” brindarte el servicio. Ahora imagínate decirles “fui víctima de abuso emocional”, seguramente responderían como muchas veces lo he escuchado “por pendeja, para qué te dejas y después te quejas”.

¿Terrible no?

Como extra. Transcribo una publicación de Gabriela Vives respecto a las ideas equivocadas que se reproducen sobre el feminismo, principalmente ese pensamiento absurdo que el feminismo es odiar a los hombres:

“Sí, ya sabemos que no todos los hombres son malos, ni son violadores, acosadores o feminicidas. Si usted no lo es, no se ponga el saco y respete la protesta. Si necesita ponerse a la defensiva, por algo será. La lucha no es contra los hombres, es contra el machismo”.

Amén.

*https://colectivaoleaje.com/biblioteca-feminista/gaslighting-la-guia-definitiva-mas-clara-y-perfecta/

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