*Por Ángel Álvaro Peña
Ken Salazar aprovechó la nobleza de los mexicanos para autodenominarse amigo del país, entraba y salía de Palacio Nacional cada vez que podía y usaba como puente los saludos matutinos de los vendedores y vecinos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes le decían “Güero”. Llegó a comer tacos a la salida de una de las pláticas con el mandatario y se hizo de un halo de simpatías que engañó a todos.
La declaración sobre la estrategia de seguridad del sexenio pasado, de la que afirma al parecer, no sólo tiene la intención de seguir con chamba sino que intentó ser el personaje que hiciera asomar la cara al ex Presidente, precisamente el día de su cumpleaños. Es decir, en sus últimos momentos como embajador quiere llamar la atención en nombre de una amistad que nunca existió, por lo menos de su parte.
Cuando López Obrador era Presidente nunca se atrevió a calificar la estrategia de seguridad de México, ocasionada por el crimen organizado, pero cómo puede opinar algo el embajador de un país que tiene 100 millones de adictos y que buena parte de los insumos para ese consumo pasa por México. Hizo bien en mantener la boca cerrada, pero ahora que quiere opinar, queda mal hasta con su gobierno, porque como aclaración oportuna el departamento de Estado de la Casa Blanca coincidió con las palabras de la Presidenta Claudia Sheinbaum, al decir que hay coordinación, pero no intervención.
Claudia Sheinbaum señaló que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, incurre en “disparidades” declarativas, porque “primero declara una cosa y luego otra”.
Añadió que “México es un país independiente, soberano” y no habrá subordinación. Aclaró con severidad que “hay coordinación y va a seguir habiendo coordinación” en distintos temas con Estados Unidos, como hizo su antecesor, Andrés Manuel López Obrador con el presidente Joe Biden. Pero no habrá, precisó, “subordinación”.
Al mismo tiempo detuvo las ansias de la oposición de llamar a los integrantes del crimen organizado terroristas, para abrir la puerta a una intervención policiaca y militar del vecino país. Esto ni siquiera es compartido, por lo menos en este momento, por la política de Estados Unidos, lo que coloca a la oposición mexicana pregonando en el desierto y mostrando su falta de patriotismo y sus ansias por tener una bandera aunque sea con ayuda extranjera, porque la verdad sea dicha, la derecha se quedó sin consignas que puedan permear en la sociedad mexicana y busca héroes en el exterior.
Una de las intenciones de esa oposición golpista es la de golpear a la Presidenta, quien ya definió que todo lo que tenga que ver con política exterior debe ser tratado con el secretario correspondiente, es decir, Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores.
A la oposición le gusta mucho ver la realidad política de México como una mancha monocromática, una plasta de un solo color, donde la responsabilidad de todo lo que sucede, incluyendo los daños por los fenómenos naturales, literal, es responsabilidad del gobierno federal.
No tiene propuestas, proyectos ni planes y se ve obligada a acudir a instancias internacionales para denunciar lo que consideran anomalías en su contra.
La Presidenta comentó que México “es un país libre, independiente, soberano”. Compartimos familias, cultura, comercio y “también problemas y nos coordinamos para resolverlos”.
Calificó de “disparidad de declaraciones” del embajador. Algo que no tiene explicación lógica porque ni siquiera puede llamarse injerencista porque no tiene el apoyo de la misma persona; y por otro lado, la coordinación, más no la subordinación”.
Puso como ejemplo lo dicho por el diplomático sobre la reforma al Poder Judicial. “Una ocasión dijo que le parecía bien y a la siguiente semana que iba a ser muy malo para México”.
Agregó la Presidenta que México “es un país libre, independiente, soberano. Nos coordinamos. Con el presidente Biden, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo un diálogo de alto nivel, que le llamaron Diálogo Bicentenario, con distintos temas, tráfico de drogas, de armas, seguridad”.
Existe una contradicción implícita en su crítica que coincide con las declaraciones de la oposición en México y ahí está lo preocupante. Primero cuestionaron la consigna de abrazos y no balazos y cuando atacan a los delincuentes aseguran que las batallas afectan a toda la población, creando un clima de inseguridad que pone en peligro la integridad de todos los ciudadanos. Es decir, quieren que se combata al narcotráfico con resorteras y pistolas de agua entonces.
Se combate al crimen organizado desde diferentes frentes, uno de ellos es el financiero y otro, de varios más, es el choque frontal, es decir balazos, que era lo que la oposición exigía por la nostalgia de los tiempos de Calderón y otro poco para hablar de violencia como el principal problema del país. La prioridad ahora para la oposición es la inseguridad que sufren los delincuentes al parecer, porque no ha habido un solo disparo contra la población civil, pero ellos ponderan la guerra al crimen organizado como si estuviera presente en todos los rincones de nuestro territorio.
Además, con toda la mala voluntad del mundo, confunden a la población desde los medios fusionando delitos de alto impacto, es decir de muerte y violencia con los de bajo impacto, o sea, robos a transeúntes, de autopartes, carteristas, etc. No son lo mismo. Tienen diferentes corporaciones encargadas de combatirlos.
Así, la Presidenta fue puntual y firme al colocar al extraño hombrecillo del sombrero, en su lugar. Recordó que como dice una cosa dice otra y mencionó las declaraciones del embajador sobre la reforma al Poder Judicial de la que “en una ocasión dijo que le parecía bien una semana después dijo que iba a ser muy malo para México”.
Relaciones Exteriores envió una notificación manifestando su extrañamiento por los mensajes emitidos por el actual embajador de Estados Unidos, quien seguramente será destituido en enero, sin las simpatías de los mexicanos ni la amistad de nadie cuando tome posesión Donald Trump.
México es amigo del pueblo estadounidense, con quien no tiene una sola diferencia. Así como hay mexicanos que van para allá, también hay ciudadanos de allá, jubilados que viven en nuestro territorio y son respetados sin temor a la inseguridad que priva en el vecino del norte, cuya estrategia nadie critica.
PEGA Y CORRE.- El recorte de egresos para el próximo año es parte de la estrategia económica de la Cuarta Transformación. El monto es importante pero no sorpresivo, sobre todo cuando no se aumentarán impuestos ni se solicitarán créditos. Nada de qué alarmarse, pero no faltan quienes hablan de finanzas en quiebra y un oscuro panorama económico, como siempre.
ÚLTIMA HORA.- Para seguir callando la boca de la oposición y dejarla sin argumentos. En 39 días, tiempo récord, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que encabeza Omar García Harfuch, informó sobre la detención de 3,015 personas por delitos de alto impacto en todo el territorio nacional. …