Astrolabio Político
Por: Luis Ramírez Baqueiro
“El apresuramiento es padre del fracaso.” – Herodoto.
El evidente problema de percepción de la realidad que tiene el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador comienza a alarmar a todo el mundo.
La fuga de capitales extranjeros es la evidencia de dicha crisis.
La confirmación del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos es muestra de ello, al afirmar que de México e Islas Caimán es de donde más huyeron los inversionistas estadounidenses en los primeros cuatro meses de 2020.
De enero-abril de 2020, inversionistas estadounidenses vendieron el 16 por ciento de los bonos gubernamentales mexicanos que tenían, equivalente a 15 mil millones de dólares.
Algo de lo que el mesiánico líder mexicano no quiere, ni desea hablar.
Su constante repetición de falsas verdades, evidencia que su desesperación comienza a ser mucha.
Recientemente advirtió públicamente en conferencia mañanera, “quiero hablar solo del avión presidencial y de cómo vamos venciendo la pandemia”, advirtió a reporteros que cubren su fuente.
La evidente fractura al interior de su gabinete con la reciente renuncia del ex secretario Javier Jiménez Espriú, quien abiertamente difiere de la posición militarista del Ejecutivo para el control de las aduanas, confirman la idea del mandatario para hacerse del favor de las fuerzas armadas y así consumar sus perversas intenciones.
Pero mientras el presidente habla del control de una pandemia sanitaria –en su yo imaginario- la realidad simplemente lo alcanzó y lo rebasó.
El comportamiento por demás considerado criminal por parte de los responsables de atenderla, pudiera ser ya suficiente para condenarlos, por posibles delitos de lesa humanidad, pues las cifras de muertes incluso han sido alteradas, como apuntan importantes analistas.
Así, en medio de todo este descontrol provocado por la incapacidad para ejercer el poder, México se despertó con tres noticias en materia económica, nada halagüeñas.
La primera, la da el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) quien presentó este martes un panorama desolador sobre los estragos de la crisis en los hogares: señaló que el ingreso laboral real se derrumbó en un 6.2% entre abril y mayo –pasó de mil 516 a mil 422 pesos– y que un 7.6% de la masa salarial se esfumó entre estos dos meses.
De acuerdo con el estudio, la crisis sanitaria también provocó un disparo en las cifras de desempleo: el empleo formal disminuyó en 13.7% en comparación con el primer trimestre del año y el informal se derrumbó en un 27.2%.
La segunda, provocada por las pérdidas de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el segundo trimestre ascendieron a 44 mil millones de pesos. La caída de la empresa productiva del Estado se redujo en relación al primer trimestre, cuando las pérdidas ascendieron a 562 mil millones de pesos, una cifra superior a las reportadas en todo 2019.
Y la tercera, generada por la pérdida de 95 mil 643 mdp antes de impuestos en el primer semestre de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de acuerdo con el informe trimestral presentado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) este martes.
Cabe destacar que en el primer semestre del año pasado las pérdidas de la empresa productiva del Estado sumaron mil 023 millones de pesos. Así las pérdidas aumentaron en más de 9 mil 249% entre ambos periodos del primer semestre de 2019 y 2020.
El tremendo cimbronazo económico que representan estas noticias son la razón suficiente para que Andrés Manuel siga aduciendo una visión monocromática de la realidad, y junto a ella, continuarán las hordas fieles defendiendo lo indefendible, solo a manera de jamás admitir su total fracaso.
La verdadera realidad del México con AMLO es simplemente escalofriante y de pronóstico reservado.
Al tiempo.
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