*Escrito por Arantza Díaz .
30.08.2024 /Cimac Noticias.com/
Ciudad de México.- Los Juegos Paralímpicos 2024 han arrancado su primer día y el medallero ya se abrió para México; colgándose la medalla de plata en natación, Haidee Viviana Aceves se convierte en la primera atleta en lograr una presea para el país y con su victoria, erosiona los discursos que discriminan conocidos como capacitismo y prejuicia a las personas con discapacidad y de género.
Haidee Viviana Aceves llegó a la final de los 100 metros dorso femenil en primera posición y después, disputó la final con la singapurense Pin Xiu Yip y Ángela Procida de Italia.
Con una final cardíaca, la mexicana originaria de Jalisco cerró la competencia con un excelente tiempo de 2:21:79, que la impulsarían directo al segundo podio sólo detrás de la poderosa Pin Xiu Yip, que se llevó el oro por una diferencia de apenas seis centésimas.
Por ello, la tapatía refirió en entrevista para el Comité Olímpico que no entendía nada de lo que estaba pasando; sólo salió y dio su mejor esfuerzo. Cuando completó su heat, desconocía el lugar en el que había quedado, sin embargo, compartió que esto poco le importaba, pues cualquier medalla le sabría a oro, «sólo yo sé lo que me costó«, subrayó.
De esta manera, México trae a casa su primera medalla de plata paralímpica, la misma historia vivida hace un mes, cuando Prisca Awiti logró la misma hazaña; las atletas en abrir el medallero son mujeres de plata.
¿Quién es Haidee Aceves?
Orgullosamente tapatía, como ella se reconoció en entrevista, Haidee Aceves tiene 31 años y cuenta con una larga trayectoria como atleta de alto rendimiento. Y es que, de hecho, se ha consagrado como una leyenda de los Juegos Paralímpicos, representando a México desde Londres 2012. Y fue hasta este 2024 que la atleta conquistó lo que nombra, como «su más grande sueño».
«Fue muy duro, lo vengo buscando no nada más de este ciclo, sino desde muchos años atrás en mi carrera deportiva y en todos los juegos olímpicos en los que he estado, es algo muy anhelado, es algo que siempre había soñado. Y como siempre he dicho, un ciclo paralímpico es una montaña rusa, entonces, estoy muy contenta, no te lo puedo describir porque son muchas emociones juntas», refirió en entrevista para el Comité Olímpico.
De sororidad y compañerismo: «Ellas son increíbles»
Un punto importante sobre la participación de Haidee Aceves es que reconoció el trabajo de sus compañeras; no las nombró rivales. Sino más bien, agradeció la experiencia y atajó que había aprendido mucho de ellas y su trabajo.
Una apuesta importante en el combate de la competencia violenta de rivalidad y enemistad.
La competencia olímpica posee una fuerte escuela patriarcal, en el sentido de que no se fomenta una participación incluyente, diversa y respetuosa, sino que, en el discurso, convergen sistemas como el machismo, el racismo, la gordofobia, el capacitismo y por supuesto, se sostiene en la demanda del sistema por fomentar la rivalidad; la competencia oscila entre la amargura y la presión entre las atletas por conquistar el primer lugar en el podio.
Haidee Aceves nombró a sus compañeras como «increíbles», refiriendo que todas son grandes atletas, que han luchado por su lugar y demostrado su gran poder como deportistas de gran rendimiento.
«Aprendí todo de ellas, son increíbles y grandes atletas. Hoy se demuestra por qué estamos aquí» (Haidee Aceves).
Salud mental y participación femenina
Otro de los puntos más importantes sobre la victoria de Haidee Aceves, es su referencia a la salud mental y la importancia de recibir atención en las competencias.
En sus agradecimientos por el hecho, no dudó en referir que uno de los catalizadores que la llevó a su victoria fue el apoyo de su psicólogo, quien jugó un rol fundamental de contención y apoyo.
Desde su perspectiva, el velar por su salud mental, fue clave; aprendió a realizar ejercicios de respiración y a bloquear todo pensamiento negativo que la atravesara en la competencia. Según compartió, todo, fue fruto de mucho trabajo en terapia para poner su mente en blanco y competir desde la concentración y la empatía consigo misma.
Este discurso aparece para reconocer las complejidades emocionales que alcanzan a las atletas de alto rendimiento. La posibilidad de escucharles nombrar su trabajo para sanar y salvaguardar su salud mental, es, por menos, reivindicativo contra el extractivismo deportivo que les exige llevarse al límite.
Esto último, recuerda a la lucha que ha emprendido su par, la gimnasta Simone Biles para hablar sobre lo doloroso que puede ser competir desde estos parámetros de violencia competitiva, desde la presión de representar a un país y de cargar con la expectativa de millones.
Estos Juegos Olímpicos y Paralímpicos, pasarán a la historia por el trabajo de las mujeres que abrazan a sus compañeras y que, entre sus agradecimientos, nombran a sus terapeutas que las alientan a resistir los embates de la ansiedad y los pensamientos negativos.
Haidee Aceves, venció, nombró a sus colegas y reconoció el poder de atender la salud mental; ¿qué puede ser más disruptivo que ella?
Finalmente, otro apunte que se debe hacer es que aún existe la posibilidad de saber más de esta poderosa atleta, pues competirá el próximo 31 de agosto y el 3 de septiembre de nueva cuenta en otras categorías, donde buscará de nuevo conquistar una presea.
Aún queda pendiente seguir el trabajo de las otras 35 mujeres, que siguen de pie en la justa veraniega buscando llenar el medallero olímpico en deportes como remo, powerlifting, triatlón, ciclismo, tenis de mesa y otros deportes. Conoce el perfil de estas atletas en 36 atletas paralímpicas de la delegación mexicana en París 2024 en 36 atletas paralímpicas de la delegación mexicana en París 2024
La representación de las mujeres con discapacidad
En nuestro país, habita un total de 6 millones 179 mil 890 personas con discapacidad, las mujeres y niñas, representan más de la mitad: 53%. Lo que infiere que existe un grueso poblacional importante que ha sido invisibilizado, pues las mujeres enfrentan una lucha de doble dinámica: De reconocimiento y contra el patriarcado.
Fátima Itzayana Reyes Osorio en su texto Mujeres con discapacidad de México: los pendientes en materia de derechos, comparte lo siguiente:
«En México, las mujeres con discapacidad enfrentan sistemáticas violaciones a sus derechos humanos. Rezago educativo: el promedio de escolaridad a nivel nacional es de 9.7 años (secundaria o media superior), para ellas es de 5.8 años (primaria inconclusa). Analfabetismo: el 25.2 por ciento de la población con discapacidad es analfabeta, de este total el 59.4 por ciento son mujeres. Menor participación en actividades remuneradas: el 72.6 por ciento de las mujeres con discapacidad está dentro de la población No Económicamente Activa”.
Las mujeres y niñas con discapacidad afrontan una interseccionalidad que agudiza la violencia, principalmente, la doméstica donde la familia es la principal responsable de estas agresiones económicas, físicas y emocionales.
Según la Fundación para la Inclusión y Desarrollo de Personas con Discapacidad, AC, quienes comparten en su sitio oficial que, a pesar de que se considere a la familia como motor para impulsar la autonomía de las mujeres, en nuestro país, ejercen como actores principales para coadyuvar la libertad, obstaculizan la independencia y desalientan la voluntad de las adolescentes y mujeres en nuestro país.
Por ello, la representación de las mujeres con discapacidad es, por decir menos, extremadamente necesaria. No sólo con el objeto de demostración, sino también, de resistencia e impulso para otras.
Haidee Aceves compartió que, si pudiese decirse algo a sí misma cuando era niña, le diría que todo lo que ha atravesado valdrá la pena; se diría a sí misma que todas las derrotas atravesadas, la llevarían a conquistar el podio.
Por ello, nombrar a Haidee Aceves, reconocer las experiencias que atraviesan a las niñas y adolescentes con discapacidad en nuestro país y poner el foco en las mujeres que hoy se disputan un lugar en los Juegos Olímpicos, descansa en un acto de revolución, donde la representación, la admiración y la sororidad, se convierten en la mejor arma contra el capacitismo patriarcal.