/ Eduardo Sadot /
Le guste o no, o aunque el diga otra cosa o sostenga que tiene otros datos, las evidencias para la memoria histórica ahí están, ahí quedan.
Lamentable que habiendo llegado al poder con tanto apoyo, que despertara tantas expectativas, hoy a cinco años, la summa de su gobierno, evidencia su verdadero rostro, ese que quedará para la crónica de la historia, ese que con el paso del tiempo aflorará como la gran verdad de su gobierno, igual que como hoy afloran las frivolidades y abusos de gobiernos pasados.
Una rápida visita al museo de puebla, del fuerte de Loreto, viendo las caricaturas y los excesos de Santa Ana, no puede uno menos que proyectar, cómo se verá la caricatura de lo que pretendió ser la 4T, que llegó a la cuarta tiranía, bastantes son los excesos, las ridículas explicaciones sin fundamento o justificación que solo quien las emite desde Palacio se las cree, como Santa Ana, le ocultan y peor, el no intenta salir de su burbuja de aplaudidores o lacayos – como penosamente aceptara un viejo periodista del sol – cuando servilmente le preguntó: “qué será de nosotros cuando se vaya” cuánto dinero le ha dado en estos cinco años, espero de viejo, yo no llegar a esos extremos, es como tirar por la borda tantos años de cuidar la imparcialidad y objetividad de lo que se escribe.
Me parece increíble – pero así ha sido siempre – que el fantasma de palacio no se entere o si se entera lo ignore creyendo, que todos los demás no nos damos cuenta de sus abusos y sus arranques de prepotencia, arrogancia que raya en la insolencia.
Recientemente le negó a Xóchitl Gálvez el derecho a defenderse de las calumnias de que fuera objeto en las mañaneras, tuvo que recurrir a los tribunales para hacer valer su derecho de réplica, y aún con la orden judicial en la mano la prepotencia de palacio no la dejó entrar.
En palacio dijo que si quería que hiciera su mañanera, sí, pero la mañanera no es de una persona es con el dinero de todos los mexicanos, lo que hace que los mexicanos tengamos el derecho de acudir a escuchar o a replicar una información falsa, pero no es así, en lugar de admitir humildemente cualquier réplica o de argumentar si tiene razón, se escondió, se atrincheró en los privilegios del poder, pues no que o eran iguales, pues no que las mañaneras son de todos. Igual que aquella respuesta insolente cuando le preguntaron sobre los gastos de sus hijos que respondiera con el ¡sí y! Qué respuesta para la historia. Que diría Juárez frente a su frase de “nada por la fuerza, todo con el derecho y la razón” pero la razón del encumbrado poderoso. Estará muy seguro que después no se encuentre con Juan pueblo que le increpe y le escupa a la cara sus abusos o espera que en el rancho familiar, lo protejan como a Santa Ana en Manga de Clavo, su familia también pague a vecinos para que lleguen a empujar las puertas solicitando audiencia y él se la crea, como Antonio López, que creía que de verdad lo seguían queriendo y necesitando.
En lenguaje tabasqueño “qué le da valor” la única justificación posible es, perdió el piso. Pero hace mucho tiempo. Hasta se podría promover un juicio de interdicción.
En México y en el extranjero son cada día más evidentes las pifias de su gobierno, comienza su tránsito hacia la realidad de su vida y si su partido pierde, obviamente que no está preparado para la derrota, tiene como espada de Damocles sobre su sucesor cualquiera que este sea, la revocación de mandato – dice – y morirá como dicen en Jalisco “como azquil engarruñado y retorciéndose en su rencor” “Ay Andrés y no lo crees” lo que te espera en la historia, sin el oropel del poder.
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