**Otros Ángulos .
/ Raúl Cremoux /
En el paquete que apaciguaría a la violencia, venían los abrazos, el respeto a los derechos humanos de los criminales y una guardia civil que supliría a la Policía Federal que fue ninguneada y descalificada. La novedad se llamaba la Guardia Nacional, a semejanza de organismos que así se llaman en, al menos, seis diferentes países.
Esa entidad fue nutrida inicialmente por militares que adiestrarían a ciudadanos con vocación de mantener el orden, con principios sólidos y con un probado espíritu de servicio. Así se nos dijo y muchos así lo creyeron.
Hace tres días en Cuautepec, Hidalgo, un numeroso grupo de habitantes enfurecidos llegó hasta las instalaciones de la Guardia Nacional y desalojó a empujones, pedradas y palos a los miembros de ese organismo, dejando un muerto y severos heridos.
¿Pobladores agrediendo a la policía?
Información proveniente de ese organismo señaló que se les ordenó evacuar el cuartel para no provocar un enfrentamiento mayor con los habitantes furiosos que gritaban: “¡Justicia, justicia!”. Y en videos difundidos en las redes sociales, se pudo ver cómo los uniformados corrían bajo una lluvia de insultos y piedras para subirse a sus autos y camiones para salir huyendo.
No es la primera vez que eso ocurre. En diferentes lugares, los elementos de la Guardia Nacional han sido atacados, vapuleados, desarmados y pateados. Cabe decir que durante la presentación del informe Guardia Nacional, 3 años de militarismo, técnicos del Observatorio sobre la GN y de Causa en Común indican que la corporación se oculta tras una opacidad grisácea en su presupuesto y con una clara inclinación a la corrupción. Abundan los reclamos y denuncias sobre cómo los transportistas son extorsionados cuando debieran cuidarlos y protegerlos.
Proliferan los casos documentados lo mismo en lugares cercanos a las capitales de los estados, que en sitios apartados, donde las Fuerzas Armadas y los guardias se ceban sobre los lugareños que carecen individualmente de capacidad de respuesta. Ya reunidos, cobran fuerza y dan testimonio de la furia que tienen contra los uniformados.
María Elena Morera, presidenta de la organización Causa en Común, ha dado a conocer que el gobierno federal ha destinado más de 35 mil millones de pesos en 2021 y 50 mil millones de pesos en este año. Será por eso que tienen nuevos vehículos, mejores armas, lindos escudos y brillantes insignias para reportar que han hecho 14 arrestos.
La GN no solamente no ha logrado constituirse en una policía eficiente y libre de las Fuerzas Armadas, todo lo contrario, se busca que sea un apéndice y el mejor indicio de esto –señala el investigador independiente Alejandro Hope– es que 80% del personal no cobra sus quincenas en la Secretaría de Seguridad; lo hace en las secretarías de Marina y Defensa. Lo peor, la GN es una corporación sin credibilidad ni confianza.