100 más para Murat, ninguno más para Abigail

**Mujeres y Política .

/ Soledad Jarquín Edgar /

La cuenta regresiva indica que a partir de mañana 23 de agosto faltarán 100 días para que termine el des-gobierno de Alejandro Murat Hinojosa al frente del ejecutivo en Oaxaca.

En paralelo se llega a un recuento doloso: 680 víctimas de feminicidio en Oaxaca, cuyo nombre impreso en la lista es el de Abigail Hay Urrutia, de 30 años de edad, quien presuntamente se suicidó o fue asesinada al interior de los separos de la policía municipal de Salina Cruz, Oaxaca.

680 víctimas directas y varios miles de víctimas indirectas, deja el fenómeno del feminicidio durante el gobierno de Alejandro Murat, el incapaz gobernador de Oaxaca para emprender políticas públicas reales y eficientes para garantizar la justicia, la seguridad para las mujeres y sobre todo dejar de tejer los pactos patriarcales.

Tres horas después de haber sido ingresada en los separos de la policía municipal de Salina Cruz, el viernes 19 de agosto, porque supuestamente agredió a su pareja y padre de su hijo menor de tres años, por lo que habría cometido faltas civiles, Abigail fue localizada sin vida, dentro de los separados.

En entrevista con el fiscal de Oaxaca, pudimos constatar dos cosas. Arturo Peimbert señala que independientemente de lo que arroje la autopsia que será en unas horas, si es suicidio se configura responsabilidad de las autoridades (jefe policiaco, policías, responsable de los separos, etcétera), y a estas personas se les fincará el delito de “omisión por comisión”. ¿Cuál sería su castigo? Y aunque los resultados se darán a conocer a la familia en breve, lo otro que nos dejó claro es que solicitarán una segunda opinión forense.

De acuerdo a la documentación videográfica de la ciudadanía sobre este hecho, ella fue detenida y subida por la fuerza a una patrulla tipo camioneta pick up, mientras los policías le decían a la pareja: “no te vamos a detener, es ella nada más”.

¿Qué pasó después? ¡Lo de siempre, lo inaudito! El reporte de la autoridad municipal y del Juzgado Cívico Calificador señala que Abigail, se había quitado la vida con su propia ropa interior.

El clamor: “¡No fue suicidio, fue feminicidio!” se escucha en las calles del puerto donde se refina petróleo.

A través de sus redes sociales, el padre de Abigail, sostiene que ella no se ahorcó, como le hicieron creer las autoridades, “me hicieron creer que se ahorcó con sus calzones”, señala en el texto periodístico de Roselia Chaca (https://oaxaca.eluniversal.com.mx/sociedad/no-fue-suicidio-familia-de-abigail-quien-murio-en-carcel-de-oaxaca-acusan-que-fue-golpeada). Al mismo tiempo el padre de Abigail piensa que las autoridades quieren empujarlo contra su yerno, la pareja con la que Abigail estaba discutiendo, fue detenida y encontrada muerta en la celda de los separos.

Familiares y autoridades han dicho que Abigail Hay sufrió varios episodios de violencia familiar a manos de su pareja, de quien solo se tiene su nombre Kleiver. Incluso se ha señalado que había denunciado a su agresor.

Por razones conocidas resulta difícil creer en las autoridades. ¿Alguna vez podrán despejar las dudas que hoy enfrentamos las mujeres? O seguirá operando la complicidad patriarcal de punta a punta.

1) Importante saber si existen las denuncias de violencia familiar interpuestas por Abigail.

2) Si en caso de existir denuncias saber cómo actuó “la autoridad” ¿nos podrán decir qué acciones tomó para proteger la vida de Abigail?

3) Alguien nos tendrá que explicar por qué solo Abigail fue detenida y no su pareja Kleiver. ¿Acaso presentaba lesiones de consideración? Como luego les preguntan a las mujeres que piden ayuda por violencia familiar.

4) ¿Podrán mediante antropología forense o alguna de estas ciencias establecer los posibles efectos de la violencia familiar en la vida de Abigail? Eso considerando que tendría que investigarse como feminicidio.

5) ¿Desde qué perspectiva serán investigados (en el supuesto de que así sea) las autoridades? Claro por omisas, negligentes o coludidas con los agresores, como establece la propia antropóloga feminista Marcela Lagarde.

El feminicidio como fenómeno social ha estado acompañado de impunidad total. La protección a inculpados, la construcción de pruebas y peritajes falsos, los mandatos de género que nos hacen creer lo que nos dicen los medios y que se construye desde “las autoridades” para justificar lo injustificable: “Abigail fue detenida porque estaba agrediendo a su pareja”. Eso no es normal, esa mujer no es buena, debía ser castigada. Esa fue la lectura de los misóginos.

Y en esa tarea la responsabilidad de las autoridades está dicha. Me refiero a Alejandro Murat, el junior aspirante a presidente de la República por su pálido tricolor y con las palmaditas al hombro por parte del hombre de la 4T. Lleno de frivolidad y soberbia, hoy portada de revistas rosas y periódicos ¿Con el dinero de quién?

Cientos de miles de pesos destinados a la basura con métodos de sensibilización y capacitación que está visto no dan resultados, el patriarcado sigue establecido en las instituciones, que busca la forma de no castigar a los perpetradores y sí a las víctimas directas y a las víctimas indirectas.

Frente a la posibilidad de un suicidio se deja de investigar, el maltratador de Abigail no tendrá que pagar las consecuencias de sus actos. Los policías que solo la detuvieran justificaran que era una mujer violenta; los jefes policiacos nunca serán sancionados y así el Estado nuevamente mostrará eso que Marcela Lagarde señaló como la Impunidad del Estado.

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