Astrolabio Político.
/ Por: Luis Ramírez Baqueiro /
“Todo poder excesivo dura poco.” – Lucio Anneo Séneca.
El periodista Fernando Rangel de León crónico allá por el año 2017 en su columna para el Diario Milenio, como se habría acuñado la frase “En política, la forma es fondo” misma que se le atribuía al último gran ideólogo del PRI, veracruzano, por cierto, Jesús Reyes Heroles.
“La cual señalaba que los modos, gestos, actitudes, comportamientos, palabras, etc., o sea, lo externo, es materia o substancia que puede influir en decisiones trascendentales en la carrera de un político o funcionario público.”
Para ilustrar esa frase el periodista cuenta la anécdota de que Javier García Paniagua, entonces presidente nacional del PRI, le dijo a Oscar Ramírez Mijares, presidente Nacional de la CNC, que sería el candidato del tricolor, a la gubernatura de Coahuila, en 1981.
A los pocos días el otrora último gran tlatoani de la política priista, el entonces Presidente José López Portillo, lo mandó a llamar, preguntándole que si sabía por qué lo había citado, Ramírez Mijares, adelantándose a las formas políticas del priismo de la época, contestándole que sí, que, porque iba ser el candidato, y que se lo había dicho García Paniagua.
La respuesta del presidente López Portillo no fue la esperada por el Coahuilense quien desconcertado vio la respuesta encolerizada del mandatario nacional afirmándole que entonces fuera a buscar a García Paniagua para que lo hiciera candidato.
La respuesta categórica de López Portillo, terminó con brindarle días después la candidatura a José de las Fuentes Rodríguez.
Fue evidente que el entonces líder de la CNC, Ramírez Mijares no fue nada discreto, muchos menos imperó en él la prudencia, ni el guardado de las formas que en política lo son todo.
La época del priismo recalcitrante, en la que el presidente era tanto o más que el gran “Tlatoani” una deidad viviente, a la que no se le puede decir no, ni contrariar con evasivas o negativas.
Sirva este preámbulo para platicar lo que se observó precisamente en Veracruz en el marco de la Conmemoración del 200 Aniversario de la Marina Armada de México, y es que el magno evento convocó la presencia de gran parte del gabinete legal y por supuesto que se contó con la presencia de la y el presidente del Senado y Cámara de Diputados Federal.
Fue precisamente, en ese espacio, que sirve para comprender los mensajes de un político como Andrés Manuel López Obrador que se empiezan a definir las señales, de quien ha copiado por formación las formas y estilos de gobernar del viejo régimen.
Nadie puede negar, que López Obrador, es un ejemplo claro de priismo doctrinal en donde la forma es fondo, en donde los mensajes van cifrados y con clara evidencia de un regreso a las prácticas de la política del siglo pasado.
La presencia del Gobernador Constitucional de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, a lado de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller indican un claro distanciamiento, que se agudiza con la presencia en el mismo foro del presidente de la Cámara de Diputados Federal, el minatitleco, Sergio Gutiérrez Luna, quien ha mostrado un fortísimo activismo en las últimas semanas.
Aunado a ello, la presencia en un rincón de la poderosa secretaria de Energía, Rocío Nahle García, vuelve a dar indicios de esos mensajes soterrados que el presidente es experto en manejar.
Ahí en el mismo, espacio, tres actores políticos veracruzanos, que pudieran con el tiempo llegar a ser gobernadores de Veracruz, uno en funciones, en la persona de García Jiménez, pero los otros dos, prestos a batear de home-run a la primera oportunidad, siempre que la pichada sea descifrada.
Fue evidente que este importantísimo acto de relevancia nacional, sirvió de marco para el envío claro y preciso de un nuevo mensaje presidencial, en donde no se sabe, si nos adelantan la posibilidad de tener un gobernador interino, o a los dos posibles actores en disputa por tan alta magistratura.
Sin lugar a dudas, como bien afirmaba Don Jesús Reyes Heroles, “En política, la forma es fondo.”
¡Hagan sus apuestas!
Sextante
Por cierto, hablando de este tema, el mensaje enviado por el presidente López Obrador a las Fuerzas Armadas en el marco de este magno evento, dejó un muy mal sabor de boca, al imponer la presencia de su esposa a su costado, en un evento donde la institucionalidad debió ser el factor preponderante.
Solo basta recordar que la señora, ni fue electa, ni ocupa cargo alguno, su papel es el de simple cónyuge del C. Presidente.
Y no es que se le tenga animadversión o despreció por la “no primera dama” pero sí es importante mencionar que ahí en su sitio, debió franquear el General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, quien representa a la otra rama de la milicia.
El acto, no fue, ni debió ser, espacio para el cumplimiento de caprichos personales, sino un acto solemne de conmemoración patria.
Al tiempo.
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