* Cuitláhuac no se ocupa en traer en la vacuna
* Los perros de la Sefiplan.
Marco Antonio Aguirre Rodríguez.
Mientras la promesa de que comenzando el año comenzaría a vacunarse a la población sigue sin cumplirse, éste viernes se juntaron 3 días seguidos en los que la pandemia de Covid-19 tiene cifras récord en el registro de casos nuevos.
En lugar de controlarla, la pandemia se desborda cada vez más en el país, mostrando que eso de que Hugo López Gatell es un gran científicos, es pura farsa.
Aquí, en Veracruz la situación es mala, pero el titular de la Secretaría de Salud, Roberto Ramos Alor, esconde los datos y casi-casi dice que ya no hay pandemia en el estado.
El gobernador Cuitláhuac García acepta ésta farsa, porque poco le importa lo que pase con los habitantes del estado. Tan es así, que está conforme en que la vacuna empiece a llegar incluso en mayo.
La pandemia está descontrolada.
El año se comenzó con el registro difundido el 2 de enero de 5 mil 211 casos nuevos, una cifra muy por abajo del pico que se tuvo el 24 de diciembre, precisamente, con 12 mi 485 casos nuevos.
Pero el Día de Reyes se tuvo un nuevo pico, con casi mil casos más registrados: 13 mil 385, fueron los reportados ese día.
Al día siguiente se tuvo el la segunda jornada con casos pico nuevos. La nueva cifra récord fue de 13 mil 694.
Y para éste viernes 8 de enero se juntaron los tres días seguidos rompiendo el récord de casos nuevos. La cantidad ya fue de 14 mil 362 casos nuevos en un sólo día.
Un triste récord.
¿Y las vacunas?
Mientras tanto, la aplicación de la vacuna contra la Covid-19 sigue siendo lenta, muy, pero muy lenta.
Pero en Veracruz es todavía más tardado el proceso.
Cuitláhuac García festinó que se recibirán 76 mil 50 dosis de la vacuna en la entidad en éste mes de enero, en algún día.
Pero la cantidad es por completo insuficiente.
El estado tiene cerca de 8 millones y medio de habitantes, lo que significa que después de éste primer lote, habrá más de 8 millones 400 mil personas todavía esperando que se les aplique la vacuna.
Oficialmente, el gobierno de Cuitláhuac García asegura que los contagios en Veracruz son pocos,.
Pero la realidad muestra que su gobierno en realidad lo que hace es ocultar las cifras, pues la mayoría de los hospitales para atención de pacientes Covid-19 están saturados y en los mismos son muy renuentes a admitir nuevos pacientes, sobre todo por la falta de capacidad.
Karla Cancino, del Diario de Xalapa, recopiló información de la Red IRAG (Infección Respiratoria Aguda Grave), en donde se reportaba que hasta el 6 de enero, la ocupación hospitalaria estaba al 100 por ciento en cuatro hospitales de Veracruz: el Centro de Alta Especialidad Dr. Rafael Lucio y el Hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) (y recién condecorado por el presidente Andrés Manuel López Obrador por buen funcionamiento), ambos en Xalapa, así como el Hospital del ISSSTE en Tuxpan y el Hospital General de Subzona con Medicina Familiar # 26 del IMSS, también en Tuxpan.
Y había muchos más en los que ya no había camas con ventilador y otra docena en donde estaban muy cerca de la saturación.
Pero el gobernador Cuitláhuac García siente que lo adecuado es que la vacuna llegue a Veracruz para la población en general, para abril o para mayo, conforme a sus declaraciones del 5 de enero.
Definitivamente, a Cuitláhuac García, como el gran místico del estado que se siente, poco le preocupa la salud de los terrenales veracruzanos.
LOS PERROS DE LA SEFIPLAN. Alguien le vendió al titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), José Luis Lima Franco, la grandiosa idea de recoger perros callejeros para llevarlos a las instalaciones de esa dependencia y mandarles a hacer abrigos para que no tengan frío.
Esto, en realidad, es una gran muestra de la falta de sensibilidad social que tiene el gobierno de Cuitláhuac García, porque el apoyo para la población en apuro siempre llega tarde y mal.
Y entre los reclamantes por esta falta de sensibilidad social están los integrantes de EmpresasSOS, quienes tienen más de 2 años esperando que este gobierno les cumpla la promesa de pago que les hicieron.
Pero ellos se sienten muy bien con sus “buenas acciones”.
