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/ Mónica Garza /
Entre las muchas cosas que ocuparon a México en su agenda internacional esta semana, que termina llena de polémicas, el acto simbólico en el que se develó el reloj de la cuenta regresiva para el Mundial 2026, merece mención aparte.
El evento organizado para generar entusiasmo, tuvo un curioso incidente al atorarse la cortina que cubría el reloj, que finalmente cayó luego de varios intentos y risas nerviosas.
Se antoja como metáfora del “atorón” en el que como país nos encontramos, a un año del magno evento en el que junto con Estados Unidos y Canadá, México tiene la misión de recibir literalmente al mundo en casa.
Al calor de los hechos recientes, la velocidad con la que han sucedido y los no pocos conflictos internacionales que hoy nos acompañan, el 2026 se ve lejano, pero está a la vuelta de la esquina.
Qué difícil advertir ¿dónde estaremos parados como país en un año, mientras el balón mundialista ruede en nuestras canchas?…
México ha vivido en los últimos 24 meses una espiral de violencia política alarmante. El ciclo electoral 2024 dejó al menos 27 candidatos asesinados y más de 828 ataques contra ellos, superando los niveles de los procesos de 2018 y 2021, según México Evalúa.
En 2025 ya suman al menos cinco políticos asesinados entre abril y junio, incluidos dos alcaldes en Guerrero, Michoacán y una candidata en Veracruz.
En la Ciudad de México, apenas el 20 de mayo pasado fueron asesinados los dos funcionarios cercanos de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, a plena luz del día y en una de las avenidas que funcionará precisamente como arteria principal en el torneo de futbol que se avecina.
Nuevo León, cuya capital será sede de 4 partidos de la copa mundialista, tiene varios pendientes de camino a la retadora fecha.
Mientras el discurso oficial presume una inversión de 105 mil millones de pesos en infraestructura para 2026, tiene proyectos como su Línea 4 del Metro, que debía concluirse en 2024 y no sucedió, y las protestas por el llamado “tarifazo” en el transporte público.
El crimen organizado ensombrece a todo nuestro país como anfitrión, pero especialmente a Jalisco, la otra entidad sede de la Copa mundialista de 2026.
El Cártel Jalisco Nueva Generación es una amenaza regional y aunque se aumentó la presencia policial y se capacitaron agentes turísticos, la percepción de inseguridad persiste.
Es parte de lo que hoy mantiene en vilo las relaciones diplomáticas de México con Estados Unidos, que ahora no se ha tentado el corazón para presionar revocando visas a actores políticos de distintos rangos.
La sospecha de posibles vínculos con figuras del crimen organizado ensucia cada vez más nombres de la política mexicana y mientras se les investiga en Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump ya les ha bloqueado el acceso a su territorio.
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila —y su esposo—fue la primera en la lista, seguida por Alberto Granados Favila, alcalde de Matamoros, Tamaulipas, y el más reciente, Óscar Eduardo Castro Castro, presidente municipal de Puerto Peñasco, Sonora.
La presión diplomática directa es clara y en un año, podrían incrementarse las sanciones si no mejoran los indicadores de impunidad y corrupción en México.
El duro señalamiento de la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem lanzado esta semana contra la Presidenta de México, acusándola de ser “incitadora” de protestas, claramente fue un mensaje directo del Presidente Donald Trump, estratégicamente enviado “de mujer a mujer”.
El intercambio con el gobierno de Estados Unidos en general se ha complicado y las redes sociales parecen además estar siendo un ingrediente muy traicionero.
Esta semana le costó muy caro a la consejera estatal de Morena en Jalisco, Melissa Cornejo, enfurecer a través de su cuenta de X al viceministro Christopher Landau, quien mandó cancelar su visa de ingreso a Estados Unidos, que si bien la tenía vencida, por lo visto definitivamente ya no la tendrá.
En este escenario complicadísimo es que México enfrentará el reto inmenso de compartir con Estados Unidos y Canadá la oferta del más importante evento de futbol en el mundo.
La justa mundialista en 2026 le impone a nuestro país desafíos económicos, de logística, seguridad y diplomacia muy grandes, al tiempo que enfrentamos nuestra propia realidad desbordada y desoladora.
El gran reto en México para los próximos meses, más allá de la infraestructura mundialista, está en combatir la violencia, disminuir la fuerza e influencia del crimen organizado y ajustar la economía para garantizar un país seguro, primero para nosotros los mexicanos.