*El fenómeno predomina a nivel transcultural, dijo Glorimari Jaime Rodríguez, puertorriqueña especialista en derechos humanos.
*Participó en el Seminario Internacional de Educación Continua en Derechos Humanos Emergentes 2022.
/ Claudia Peralta Vázquez Fotos: César Pisil Ramos /
26/10/2022, Xalapa, Ver.– La violencia doméstica es un discrimen en contra de la mujer porque a nivel transcultural se ha probado que la cultura y tradición ocasionan que la víctima siempre termine y se mantenga en un lugar de abuso por parte del hombre, señaló Glorimari Jaime Rodríguez, presidenta municipal de Guayama, Puerto Rico, en su visita a la Universidad Veracruzana (UV).
En el auditorio del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), la especialista en derechos humanos dictó la conferencia “Violencia doméstica a nivel transcultural”, dentro del Seminario Internacional de Educación Continua en Derechos Humanos Emergentes 2022, que se realiza del 24 al 28 de octubre.
Dijo que la violencia doméstica, fenómeno que afecta a 641 millones de mujeres en todo el mundo, es el acto de agresión física, emocional o sexual en contra de una pareja o persona que haya sostenido una relación consensual íntima, e incluye a los hijos o menores de edad que sean parte de la familia.
Lamentó que sea común otorgar el perdón al hombre por tener ese acto físico, emocional o sexual, cuando a la mujer se le llega a juzgar por adulterio.
Dio a conocer que esta situación no es particular de países de América Latina o el Caribe, también de Asia y Europa, donde se ha incrementado el abuso en contra de la mujer ejercido por su pareja.
“La cifra es alarmante, pues se habla de 641 millones de mujeres afectadas por este fenómeno, a pesar de que los datos sobre actos de violencia de género son parciales debido a que muchas víctimas no denuncian por temor a la estigmatización.”
Asimismo, las agresiones sexuales de personas que no son el cónyuge o un compañero íntimo, reportan el 6%.
A nivel mundial, dijo, se estima que la violencia doméstica en contra de la mujer es más grande de lo que se puede imaginar, ya que los estudios realizados sobre el tema sólo existen del año 2000 a 2018.
Lo anterior, sin incluir el impacto que la pandemia tuvo al impedir servicios de apoyo a las víctimas de violencia doméstica y cualquier manifestación en contra de la mujer.
Glorimari Jaime, quien tiene 20 años de experiencia en derechos humanos, comentó que desde la década de los ochenta se comenzó a legislar respecto a este tema, pues se comprobó que sí había un patrón de abuso en contra de las mujeres, específicamente en el matrimonio o relaciones de pareja.
También, se ha visto que hay un tipo de discrimen en parejas del mismo sexo, en donde uno de los dos se comporta como si fuera una mujer, lo cual tiene una desventaja en contra de la figura paternalista del hombre.
“Es lo que ha llevado a que por décadas las mujeres seamos discriminadas dentro de una relación de pareja y es muy difícil salir de ella pues se piensa que por amor se puede perdonar muchas veces.”
Además, si la persona agresiva no recibe la ayuda necesaria, ejercerá un control y dominio sobre la otra. Desafortunadamente, el desenlace es la muerte en varios casos.