¿Y qué Sigue?

DE FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN.

Las decisiones van aflorando poco a poco, aunque no han servido para lo esencial, la unión de los mexicanos y la adopción de las medidas que son consideradas como primordiales ante la crisis provocada por el coronavirus.

No parece existir unificación de criterios y de cada dependencia de gobierno surgen medidas que sirven para paliar la incertidumbre de algunos, pero para resaltar el encono de otros.

Como es posible que la Corte y algunos estados del país decidan cancelar sus audiencias y sesiones los primeros y clases en 10 entidades del país, los segundos y desde el gobierno federal no surgen los ordenamientos que muchos quieren. Se cuestionan algunos.

Los diputados y senadores de los partidos minoritarios exigen el paro de labores y de otras oficinas saltan clamores para hacer lo propio.

Sin embargo, salvo medidas de higiene que se adoptan en algunas sucursales bancarias, en tiendas, supermercados y otros sitios de presencia colectiva en que se proporcionan geles, para empleados y clientes, todo parece transcurrir dentro de la normalidad de un día cualquiera.

En el transporte público es poco frecuente encontrar geles antibacteriales, ni en el de la CDMX y mucho menos en los llamados colectivos, ya que, además, son costosos, ya que sus precios se inflaron desde el anuncio de la pandemia.

Son pocos los que toman en cuenta las recomendaciones que establecen tomar distancia en el transporte público, no toser en público o hacerlo en los dobleces de los codos, no frotarse los ojos, ni tocarse la boca o nariz con la mano, si antes no se desinfecta.

Es cierto que la higiene se toma más en cuenta en sucursales bancarias, restaurantes y algunas tiendas departamentales y hasta en oficinas públicas y privadas, pero en la calle es poco tomada en cuenta.

Los puestos de comida callejera se encuentran frecuentados, como siempre, y la mayoría de ellos carecen de esas medidas higiénicas necesarias.

Si esos son apenas unos esbozos de lo que viene sucediendo en los tiempos en que el virus apenas viene entrando al país, no se sabe lo que puede ocurrir si es que se toman las medidas drásticas que algunos exigen.

Pero si eso es el reflejo de la actividad diaria en CDMX, las playas registraron un 80 por ciento de ocupación el pasado fin de semana largo.

En España y Francia se están aplicando multas a aquellas personas que sean sorprendidas en las calles, sin que comprueben la urgencia de salir, es decir ir al supermercado o a las farmacias.

Y aunque México todavía no asume las medidas emergentes de otras naciones, si vale la pena advertir que el impacto que cause esta pandemia podrá reflejarse en pérdidas humanas y, tal vez, secuelas de enfermedades. Además de las económicas.

De inicio se considera que tardarán 18 meses en activar una vacuna contra el coronavirus y para entonces, aunque controlada la enfermedad ya habrá causado miles de muertes y grandes pérdidas económicas.

Como simple recordatorio, los países más afectados por el coronavirus son aquellos que tienen en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos como son los casos de España, Italia y Francia, que cerraron sus fronteras. Estados Unidos decidió no recibir vuelos procedentes de Europa durante un mes.

Si rebasamos en la medida de lo posible la contingencia, en México habrá que establecer algunas medidas emergentes que puedan resarcir las pérdidas económicas, ya que con las humanas no se podrá hacer nada.

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