FRANCISCO RODRÍGUEZ
Siempre aparece el verdadero culpable. En las películas de gangsters, el asesino era descubierto porque siempre regresaba al lugar del crimen. Si no lo hacía, buscar a la pareja era lo indicado, por ahí se encontraban las huellas del delito. En las historias recientes, basta con buscar el dinero para encontrarlos a todos. Como los chivos se huelen, el tufo los convoca.
En los episodios recientes del aparatito de gobierno que nos cargamos, hay para reseñar eso y más. Gracias a que se trata de una administración gubernamental de piojito, es muy fácil identificar todas las coordenadas. Todas, son infantiles y chuscas, ninguna ofrece dificultades mayores que cualquier esquema Montessori.
Encontrar al culpable, para descargar sobre él la furia causada por la impotencia, la necedad de querer mandar en este país con un sello despótico que antes que nada para implementarse requiere eficacia y rumbo. No se puede andar por la vía del autoritarismo sin ilustración, ni mucho menos sin equipo.
Todos son culpables, empezando por el de hasta arriba
Encontrar al culpable, para que no quede evidenciada, como calzones en el alambre, la imbecilidad del sistema completo y su incapacidad para resolver la tabla del uno. Señalar al culpable, antes de que desde afuera todos los que se dan cuenta de esta tragedia de incompetentes, descubran que todos son culpables, empezando por el auténtico, el de hasta arriba.
Porque cuando la partera es mala, se dice en el rancho, le echan la culpa a la luna. Si no hay necesidad de tanto, de escalar alturas siderales, cuando se trata del abarrote gubernamental o lo que eso quiera decir, bien puede señalarse a cualquier Gutierritos, epidemia, o presión del extranjero. Todo sirve a la causa de los desesperados.
AMLO, atemorizado por el resultado electoral que se avecina
El galimatías en el que está metido el gobiernito es de lástima, de vergüenza ajena. Mire usted que aprovechar los momentos más difíciles de la pandemia, la confusión y la distracción del respetable, para asestarle en el lomo los decretitos del dictador de bolsillo, las decisiones de austeridad ramplona que acabaron siendo argumentos de rata nopalera, es demasiado.
La población ya se dio cuenta de qué se trata: de que el mandatario meta la mano en el bolsillo ajeno, en el dinero de los otros, para conseguir los objetivos despreciables de eternizarse en el cómodo poder que otorgan las mayorías, en el confort de la autocracia criolla. Está realmente atemorizado del resultado electoral que se avecina.
Y es que aunque los encuestadores de Palacio sostengan otra cosa, que el Caudillo sigue rondando el cincuenta por ciento de las preferencias ciudadanas y de la simpatía de una población agradecida. Pero nadie puede engañarse. El de Tepetitán anda rascando los veinte puntos. Y eso lo trae enloquecido. Por si faltara.
Como todo mundo observa, el ganso ya se cansó. Lo único que queda es el pato criollo –“a cada pisada una cagada”—y, para colmo, anda sin cabeza. Aturdido, presionado por los chairofans que él mismo habilitó en la caterva del Zócalo y en la pandilla de las redes pagadas a más no poder. Pero el dinero se acabó. Y el poder también.
La “renuncia” de Ahued, para birlarnos 50 mil millones de pesos
Así es que hay que echarle el guante a lo que se pueda, total, siempre habrá una epidemia a la que echarle la culpa de los desaguisados. Así sucedió cuando el pato criollo se enteró de que había una bolsa de 50 mil millones de pesos en la Dirección de Aduanas, para la colectividad de esas oficinas ahora que entre en vigor el t-mec, así, con minúsculas.
Sin mayor explicación, al no obtener respuestas a las presiones sobre el titular de Aduanas, Ricardo Ahued, quien no podía luchar contra las complicidades del aparatito con el crimen organizado, le hicieron llegar al responsable un certificado médico donde constaba que ¡estaba contagiado del coronavirus!
Todo para irse sobre la maleta. Una rara avis que se había salvado de los recortes presupuestales. La noticia se le hizo llegar por la vía del Sistema de Administración Tributaria. El supuesto enfermo, indignado, se dirigió a las oficinas mayores de Palacio Nacional esperando una explicación más convincente y real, que nunca llegó.
Sólo le avisaron que tenía que ahuecar el ala, porque esos 50 mil millones eran para otra cosa. ¿Cuál? Usted se ha de imaginar de entre el papasal de compromisos adquiridos con los programitas opacos del bienestar de pacotilla. El relevo, un tal Horacio Duarte, del equipo de chairos irredentos.
Para el gobiernito, todo, todo, todo es hoy culpa del coronavirus
El coronavirus, de todos tan temido, ahora ocupa el sitial de las grandes decisiones del gobiernito. Es el que tiene y tendrá la culpa de todo lo que pase de aquí en adelante.
Para no pasar la vergüenza de verse derrotados por un equipo cohesionado de senadores en la Comisión Permanente, para no someterse a la votación que demostraría que ninguna mayoría puede ejercerse en las imprecaciones y los denuestos del despotismo, volvió a aparecer el coronavirus salvador.
Con el propósito de guardar la sana distancia, el gobiernito supuestamente paternal, argumenta que es mejor dejar pasar el pico de la pandemia, para después aprobar con bombo y platillo los caprichos del Caudillo atormentado.
Desde las filas senatoriales de enfrente le contestan con claridad: ni mañana, ni en dos días, ni en dos semanas, ni en dos años contará con la anuencia para llevar a cabo esa agresión infantil y retrechera. El orgullo del Caudillo ha sido herido en lo profundo. Creía que sus 30 millones de votos y su falsa aprobación ciudadana, pagada a precios de escándalo, lo volvían inmune a la discusión.
Así es que ni coronavirus ni qué gaitas. Aquí no hay más cera que la que arde, y de ésa ya no hay. Pero el zar anticoronavirus continuará ejerciendo labores de Primer Ministro. Toda decisión de política interior necesita un culpable y ése es él, por lo visto. A falta de pan, tortillas.
¿Y cuando acabe la pandemia? ¿Qué pretexto van a esgrimir?
Ya desde ahora pueden irse buscando otro pretexto para cubrir el fracaso de Pemex, encargado a un hombre de negocios que no pudo echar a andar un abarrote refresquero en Villahermosa. Se trata de la mayor industria del país, que ahora está en la bancarrota esperada, con un déficit financiero de nada menos que 2.4 billones de pesos.
La proyección de sus pérdidas para este año alcanza una suma que bastaría para cubrir el presupuesto de todo el sector salud para el presente sexenio de carcajada… y de tragedia. Cada hora que Octavio Romero administra Pemex, mueren muchos mexicanos por falta de atención.
La pregunta es: ¿alcanzarán los dislates sanitarios para justificar un desastre económico de esta magnitud? El país está en la ruina. No hay algo que funcione. El daño de la corrupción y la ignorancia ha sido más letal que cualquier epidemia.
¿Usted, qué cree?
Índice Flamígero: Al conmemorar el Aniversario de la Batalla de Puebla, en la “mañanera” de ayer martes el Presidente hizo un reconocimiento a los migrantes mexicanos, a quienes prometió que su Gobierno dispersará 100 mil millones de pesos mensuales, en promedio, tanto en créditos como en apoyos para los más pobres. El Mandatario hizo referencia a la heroica gesta del Ejército mexicano, que derrotó a los franceses y destacó la importancia de que esta conmemoración también se realiza en Estados Unidos, donde los festejos han llegado hasta la Casa Blanca. Al abordar el tema, hizo un reconocimiento a los connacionales que trabajan en el vecino país y que han incrementado el monto de envío de remesas a México hasta alcanzar los 4 mil millones de dólares en el pasado mes de marzo, lo que representa un aumento del 35 por ciento. “Enviaron nuestros paisanos a sus familiares casi 100 mil millones de pesos, en marzo, alrededor de 10 millones de envíos, 380 dólares en promedio, por envío, 9 mil pesos por envío para 10 millones de beneficiarios, destinatarios de esos recursos”, dijo. “En estos tiempos les agradecemos mucho a nuestros paisanos migrantes, héroes vivientes. Esto nos compromete a seguir apoyando al pueblo de México. Les puedo mandar a decir que vamos nosotros hacer lo propio, cada mes, en promedio, 100 mil millones de pesos se van a dispersar”. López Obrador explicó que los recursos bajarán a las comunidades y hogares en forma de créditos para pequeñas empresas familiares, personales y de vivienda, así como programas sociales para fortalecer la economía popular. “Así vamos a salir adelante. Agradecerles mucho por este apoyo y esta forma de solidarizarse con sus familiares, con un mexicano, es una inyección de solidaridad, de apoyo verdadero, ese apoyo si se ve”, manifestó.
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