Polémica por proyecto que impulsa vacuna casera contra Covid.

EUA. 03 novimbre 2020.- El proyecto de una vacuna casera contra el covid-19 creó una polémica en el ámbito científico y prende las alarmas .

Ante la noticia de que un puñado de investigadores prueban un prototipo de inmunización al margen de los ensayos clínicos la revista ‘Science’ alertó sobre el peligro de tales iniciativas, que podrían minar la confianza ciudadana en los fármacos.

Como si de una receta de tratara, por internet corre una ‘fórmula’ para dar con una vacuna casera contra el covid-19 creada por un grupo de ‘científicos ciudadanos’ alarmados por la evolución de la pandemia.

“La vacunación casera es peligrosa. Más en un momento en que las supuestas “curas” contra el covid-19 no basadas en la evidencia han hecho poco más que sembrar desconfianza en la ciencia y la salud pública”, destacan Arthur Caplan y Alison Bateman-House, expertos en ética de la Universidad de Nueva York y autores del editorial publicado en la revista científica.

Los ingredientes para esta vacuna casera se están enviando por correo a hogares y laboratorios, donde son los usuarios los que montan su inmunizació y la receta para elaborarla consta de unas sesenta páginas.

Varios medios especializados en ciencia, como el Technology Review del MIT y Live Science, estiman que ya se han repartido al menos 70 kits. El preparado se pulveriza a través de la nariz, como un spray. Y, según argumentan sus creadores, es “un elemento más de protección” frente al virus. Así que, incluso tras tomarla, habría que seguir llevando mascarilla, lavarse las manos y mantener la distancia de seguridad.

El padre de las vacunas caseras contra el coronavirus es el genetista y empresario Preston Estep, afiliado profesionalmente a las universidades estadounidenses de Cornell y Harvard (aunque su proyecto nada tenga que ver con estas instituciones). Junto a él, son una veintena los científicos e ingenieros que se agrupan bajo la conocida como ‘Red colaborativa para el desarrollo rápido de una vacuna’ (del inglés ‘Rapid Deployment Vaccine Collaborative’), donde comparten todos sus progresos en abierto.

Su trabajo consiste en diseñar una ‘fórmula casera’ para lograr la inmunidad contra el virus. Por ahora, las prueban sobre sí mismos. Y sobre sus amigos, familiares y conocidos.

Las autoridades sanitarias, como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), no pueden impedir que alguien se inocule una sustancia.

Asimismo, los impulsores del proyecto afirman que investigan ‘sin ánimo de lucro’ y que, hasta ahora, solo han repartido la vacuna a mayores de 18 años y bajo el paraguas de una declaración de responsabilidad. La censura del producto solo podría llegar en caso de que se empezara a vender. Y según informan varios medios locales, ya se han detectado casos de venta ilícita.

Su proyecto, no cuenta con ningún aval científico que corrobore la eficacia y seguridad de sus inmunizaciones. Y porque este ‘bricolaje experimental’ podría minar la confianza hacia todas las vacunas.