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ONU. 03 de diciembre 2020.- El beneficio para esta decena de naciones se debe al Mecanismo COVAX, la iniciativa mundial de la Organización Mundial de la Salud para el desarrollo y distribución equitativa de vacunas contra el COVID-19.
La Organización Panamericana de la Salud tiene presente que en emergencias previas de salud pública, como la influenza A H1N1, los países más pobres de América Latina y el Caribe recibieron las vacunas entre seis y ocho meses más tarde que las naciones ricas.
Durante la sesión informativa semanal sobre la evolución del COVID-19 en la región, el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, Jarbas Barbosa, explicó así la decisión de entregar sin cargo las inmunizaciones a esos países.
“En nuestra región tenemos 27 países que van a pagar por las vacunas, y diez países que van a recibir la vacuna sin pagar porque bajo criterios económicos son los países más pobres o porque por su pequeña población tienen más dificultad de acceso. Son criterios del Banco Mundial que está utilizando la Alianza para las Vacunas Gavi, que lidera el COVAX”, afirmó.
Las diez naciones que recibirán la vacuna sin necesidad de pago son: Bolivia, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
Barbosa también indicó que ya se ha iniciado la primera fase del proceso de licitación del Mecanismo del cual se encargan conjuntamente la Organización Panamericana de la Salud, a través de su Fondo Rotatorio, y la división de insumos de UNICEF.
“Ya empezamos a tomar propuestas de todos los productores que quieran participar, incluso [la de la farmacéutica] Pfizer, y nos están informado las cantidades de las que dispondrán en un periodo determinado. O sea, ¿cuántas vacunas pueden entregar durante los primeros tres meses del 2021?, ¿cuántas en los segundos?, ¿cuál es el precio?, ¿cuáles son las características de la vacuna para que se preparen los países”, detalló.
El subdirector de la Organización añadió que entre estas naciones también hay países que firmaron acuerdos bilaterales con algunos productores de vacunas, por lo que dispondrán de ambas alternativas.
¿Pueden surgir más “superbacterias” si la población usa antibióticos contra la COVID-19?
El doctor Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles, señaló que “muchos países” usan antibióticos indiscriminadamente y que “sin embargo, el COVID-19 es una enfermedad viral”.
“Claro que se pueden utilizar antibióticos si hay el riesgo de tener una infección sobreañadida, que a veces sucede en hospitales y centros de salud donde no hay las medidas de control y prevención de infecciones que se recomiendan. Entonces, en ese momento se pueden usar, pero bajo estricta prescripción médica y seguimiento por expertos clínicos”, dijo.
Espinal indicó que las “superbacterias” son resistentes a todo tipo de antibióticos, por lo que estos no deben usarse sin una receta y la debida investigación “porque no va a tener efecto en el COVID-19, a menos que la persona tenga una infección sobreañadida”.
“Hemos escuchado casos de protocolos donde se recetan antibióticos para prevenir infecciones y el COVID es una enfermedad donde el 80% de los casos son leves, no hay complicaciones mayores y solo del 5 al 10% requieren hospitalizaciones por ser muy graves.”
Nicaragua: ¿Hay sistemas de vigilancia en los albergues y comunidades afectadas por los huracanes Eta e Iota?
El doctor Ciro Ugarte, director de emergencias de salud, afirmó tener información “indirecta”, ya que solo se recibe un escueto comunicado semanal, de que el personal de salud en Nicaragua visita los albergues de las personas afectadas por el paso de los huracanes Eta e Iota.
Añadió que han recomendado al país centroamericano, al igual que al resto de las naciones, la descentralización de las pruebas para detectar la enfermedad.
“Los países que tienen un sistema de salud sólido han descentralizado las pruebas y muchos países incluso las han autorizado a laboratorios privados. Entre ellos varios países de Centroamérica, Honduras, Costa Rica, El Salvador. Y es por eso por lo que estamos trabajando con el ministerio de Salud de Nicaragua y con varios actores para poder descentralizar las pruebas y aplicarlas en la mayor cantidad posible en los sintomáticos”.
Número récord de hospitalizaciones en Estados Unidos
La directora de la Organización, la doctora Carissa Etienne, indicó que durante la semana pasada en América Latina se reportaron 1,6 millones de nuevos casos y 22,000 muertes por COVID-19 y que durante el mes de noviembre hubo más de seis millones de nuevos casos reportados en el continente americano, un aumento de casi un 30% con respecto a las cifras de finales de octubre.
Etienne mostró su preocupación por la evolución de la pandemia en el norte del continente.
Refirió que en Canadá hay brotes cada vez mayores en residencias de ancianos y centros de salud asistida, así como en hospitales, y que los casos se están extendiendo entre las comunidades indígenas y las áreas más remotas del país, como Yukón y Nunavut.
En cuanto a Estados Unidos, destacó el aumento de las hospitalizaciones, más de 96.000, la más alta desde el inicio de la pandemia.
Los afrodescendientes, golpeados gravemente por la COVID-19
La máxima responsable de la Organización subrayó que la pandemia, al igual que otras crisis sanitarias previas, afecta de manera desproporcionada a los más vulnerables, especialmente a las poblaciones afrodescendientes que representan aproximadamente una quinta parte de todas las personas en América.
Pese a la falta de datos de este grupo de población citó una serie de datos reveladores.
En EE. UU., los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades indican que una persona negra tiene 2,6 veces más probabilidades de contraer el virus y el doble de probabilidades de morir de COVID-19 que sus contrapartes blancas.
Las tasas de mortalidad entre brasileños afrodescendientes y mestizos son 1,5 veces más altas que entre ciudadanos blancos.
En Ecuador, los varones afrodescendientes tienen tres veces más probabilidades de morir por COVID-19 que sus contrapartes femeninas y sufren tasas de muerte por COVID un 50% más altas que los hombres en la población mestiza del país.
“La OPS está comprometida a abordar esta injusticia y ha encargado un informe sobre la salud de los afrodescendientes para arrojar luz sobre este tema, así como las acciones necesarias para atenderlos mejor en toda nuestra región”, enfatizó.