El alcalde Fernando Yunes Márquez, en el ojo del huracán

Más claro…

Por Felipe Mendiola Parra.

Las cosas podrían complicarse en los próximos días para el alcalde de la ciudad de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, porque de acuerdo a una publicación del semanario Proceso, el munícipe realizó la contratación de la empresa Estrategob, SC, por la cantidad de 4 millones 60 mil pesos por asignación directa.

Ese procedimiento parecería algo normal, pero evidentemente fue para beneficiar a su amigo y correligionario de partido político, Salvador Vega Casillas, quien se desempeñó como secretario de la Función Pública en el sexenio de Felipe Calderón.

Tal vez fue demasiada confianza o muy grande el compromiso con este personaje, porque sabiendo que todo cambió y que ahora el manejo administrativo está bajo la lupa del gobierno federal, pues sencillamente fue una imprudencia, porque el contrato se otorgó el 22 de junio de este año.

De acuerdo a la versión que ofrece el influyente semanario, esa empresa se creó el 18 de octubre de 2018, un mes después de que Vega Casillas dejó de ser senador y lo incongruente en este caso, es que después de haber sido el estratega anticorrupción, haya violado los conceptos más elementales para aceptar esa contratación que está fuera de la ley.

El mencionado contrato fue dado por el Ayuntamiento que preside Fernando Yunes Márquez el 22 de junio de este año, con una vigencia de solo seis meses, es decir, concluye el 31 de diciembre, bajo el concepto de “Consultoría Estrategia y Asistencia Técnica en materia Legal y Administrativa para la revisión y automatización de procesos en materia de obra pública y adquisición de bienes y servicios”.

El reportaje se titula “Vega Casillas “limpia” las cuentas de García Cabeza de Vaca”, refiriéndose al gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien también le pago al estratega anticorrupción, la cantidad de 26 millones 500 mil pesos, porque el contrato fue de 4 meses.

Quien sabe cuántas cosas más vayamos a ver en las próximas semanas, porque la Auditoría Superior de la Federación, la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y otros organismos oficiales, seguramente andan a toda velocidad, revisando las cuentas y en el combate contra la corrupción. Más claro ni el agua.