Redacción/ France 24
Marta Durán de Huerta, corresponsal de RFI en México.
Cdmx. 29 diciembre 2020.- Los hospitales y las funerarias de México se ven superados por los contagios de Covid-19 pandemia de coronavirus, disparando el precio de los sepelios. La población sigue acudiendo masivamente a centros comerciales y mercados abiertos, otros continúan yendo a trabajar en medios de transporte abarrotados porque no pueden darse el lujo de quedarse en casa. Mientras, empieza la campaña de vacunación.
No solo los hospitales están rebasados por casos graves de Covid-19 sino las funerarias y los crematorios. Son tantos los cuerpos, que para su incineración hay que hacer fila entre tres y cuatro días. Los hospitales públicos han tenido que contratar camiones frigoríficos pues ya no hay posibilidad de almacenar los cadáveres en los anfiteatros de los hospitales.
Los velorios están prohibidos por razones sanitarias así que los cuerpos son llevados en bolsas de plástico del hospital directo a la capilla ardiente. Muchas funerarias ya no utilizan féretros porque son escasos y después de usados se convierten en un foco de infección.
Los sepelios siempre fueron caros en México y ahora, con la pandemia y la emergencia sanitaria, los precios se dispararon por lo menos al doble.
RFI fue a un crematorio. Las familias que esperaban en la calle que les entregaran las cenizas de sus seres queridos, no solo se quejaron del papeleo y la larga espera, sino de los abusos. Un sepelio modesto con todos los servicios funerarios antes de la pandemia costaba entre 7.000 y 8.000 pesos (el equivalente al tipo de cambio actual entre 700 y 800 euros). Ahora, las mismas empresas cobran entre 14.000 y 15.000 pesos.
Hay crematorios públicos y concesionados a empresas privadas. Ambos están rebasados por la demanda.
Familiares de Lorenzo Ramírez asisten al funeral de su esposa Laura Aguilar, quien murió de la enfermedad del coronavirus. Foto tomada en el cementerio de San Rafael en Ciudad Juárez, México, 24 de diciembre de 2020.
Familiares de Lorenzo Ramírez asisten al funeral de su esposa Laura Aguilar, quien murió de la enfermedad del coronavirus. Foto tomada en el cementerio de San Rafael en Ciudad Juárez, México, 24 de diciembre de 2020. © Reuters
Y mientras muchas familias enfrentan el duelo de una pérdida, otras salen de compras y hacen fiestas como si el virus no existiera.
Los centros comerciales y los grandes almacenes permanecerán cerrados hasta el 10 de enero, por el Semáforo Rojo decretado por el gobierno de la Ciudad de México y el vecinos Estado de México. La solución para muchos, fue irse de “shopping”, de compras, a las provincias vecinas. Otra opción, es el comercio informal en los tianguis (mercados al aire libre) que registran aglomeraciones apocalípticas.
El domingo 27 de diciembre la Secretaría de Salud reportó 122.426 muertes por Covid-19 y 1.383.434 contagiados.
“El quédate en casa es para los ricos”
Pocos fueron los que respetaron la recomendación de no hacer fiestas y quedarse en casa durante Nochebuena y Navidad. Radio Francia Internacional entrevistó a tres albañiles del Estado de México. El Chanclotas, El Willi y Pancho se oponen al semáforo rojo ( decretado en la Ciudad de México y el vecino Estado de México) así como al encierro sanitario. “Solo los ricos se pueden encerrar en su casa; nosotros tenemos que salir a trabajar”, explican.
“Tenemos miedo al Covid, pero más miedo le tenemos a no conseguir dinero para comer”, sostiene El Chanclotas. “O te mueres de Covid o te mueres de hambre”, puntualizó El Willi. “Para nosotros el Semáforo rojo no impide los contagios. En el transporte público la gente viaja enferma y vamos como sardinas. La sana distancia es imposible”, afirma.“ Que te laves las manos constantemente, pero donde vivimos no hay agua potable. Tenemos que trabajar para conseguir dinero y pagar que una pipa nos lleve agua”, agrega.
Ya de por sí la situación estaba mal, con el semáforo rojo empeoró
Pancho sostiene: “Con esta pandemia solo se beneficiaron las grandes empresas; se hicieron más ricos. A ellos, como los supermercados, les permiten abrir con el pretexto de que venden comida, pero venden de todo: juguetes, ropa…todo. En cambio al pequeño comerciante lo obligan a cerrar y ellos tronaron, perdieron su inversión. Muchos perdieron su trabajo. Ya de por sí la situación estaba mal, con el Semáforo Rojo empeoró”, asevera. El Chanclotas concluye: “A los que trabajan en el gobierno los descansan y les pagan, pero a los demás no”.
Las vacunas contra el virus, la esperanza
Hay optimismo por la llegada de las vacunas y el inicio de la campaña de vacunación, pero apenas se está inoculando al personal de salud y la ocupación hospitalaria en Ciudad de México pasa el 80%.
El domingo inició la segunda jornada de vacunación contra el Covid-19 en tres instalaciones militares de la CDMX.
El sábado 26 llegó otro cargamento desde Puurs, Bélgica, con 42.900 vacunas de Pfizer BioNTech que serán llevadas al norte de México y el lunes 28 se aplicarán casi 9.000 dosis en Coahuila y 8.775 a Monterrey, Nuevo León.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el domingo que si alguna empresa privada quiere comprar vacunas en el extranjero, tiene toda la libertad de hacerlo y que las adquiridas por el gobierno federal serán para la población totalmente gratuitas. También anunció que en la segunda quincena de enero comenzará la vacunación de adultos mayores.
Con Marta Durán de Huerta, corresponsal de RFI en México
Este artículo fue publicado originalmente en RFI