Palabra de Antígona.
Sara Lovera.
SemMéxico.- La energía solar puede significar una nueva vida y salud para miles de mujeres de las zonas rurales del país: las más pobres. Cambiarían el uso de la leña y el carbón. La energía solar, además de ser limpia, supone un ahorro efectivo para las familias más pobres.
Cocinar con leña acumula el humo en la vivienda y provoca enfermedades respiratorias, de la vista y de la piel. Las mujeres son las más afectadas, debido a que culturalmente se les asigna la responsabilidad de cocinar. Cada año, esa contaminación intramuros cuesta la vida a dos millones de mujeres e infantes en los países del Sur Global.
Ya se descubrieron las estufas solares para cocinar y pasteurizar agua, una energía accesible y asequible. Imaginemos qué significa tener poco dinero para comprar gas y no tener electricidad. Eso sucede en las zonas bajas y altas de Chiapas, donde no queda otra que cocinar con leña. Sin embargo, hay un proyecto de estufas solares para Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Oaxaca, Chiapas y el sur de Veracruz.
También conozco el uso de energía fotovoltaica. Es de un proyecto llamado Yuca-Tech, impulsado por la artista plástica Amor Muñoz. Se producen textiles y prendas de vestir que generan energía limpia. Se unen celdas solares e hilo fotovoltaico integrados a los textiles que producen mayas mexicanas, similares a los que realizaban sus pueblos, desde hace cientos de años.
La alternativa se desarrolla en la comunidad de Granada, municipio de Maxcanú, Yucatán. Las celdas solares son tejidas desde el telar, se usan hilos fotovoltaicos que se conectan a pequeñas baterías que almacenan la energía. Esta tecnología ha brindado a la población un sinfín de oportunidades en su uso. Por ejemplo, durante el día cuelgan las prendas para tapar el sol en las ventanas de sus casas, mientras se almacena energía. Por la noche tienen suficiente energía para iluminar el interior de su hogar.
Las piezas de Yuca-Tech, además, son arte único e impactan a su comunidad, por resolver problemáticas como la falta de energía y la dignificación del trabajo de este grupo de mujeres mayas.
Estos dos ejemplos son suficientes, para saber que a las mujeres debía preocupar la política energética del gobierno, porque estas acciones están en peligro de desaparecer. El asunto en debate no es de empresarios, corrupción y nacionalismo. Es ciencia, y su atraso afectara a las mujeres en general.
¿Por qué? Por ser quienes históricamente son las receptoras de los estragos del uso de las energías sucias, del petróleo y el combustóleo en una amplia geografía del país. El cáncer, por ejemplo.
La Red de Mujeres en Energía México, preocupadas por mejores oportunidades de género, están comprometidas con el desarrollo de las energías renovables, por hacer conciencia a empresas, gobiernos y sociedad sobre la importancia de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para reducir los impactos negativos del cambio climático. Una integrante de la Red, me dijo: “Hay una contrarreforma eléctrica que será grave para toda gente”. Veremos.
*Periodista. Directora del portal informativo SemMéxico.mx