En una sociedad machista todos y todas somos machistas hasta que tomamos conciencia con una perspectiva de género. El “Brozo” es producto de esa cultura, Víctor Trujillo, su creador, aunque en menor grado, también. Víctor mismo ha pedido disculpas hace unas horas e incluso su programa ha evolucionado en ese tema. No soy fan de Brozo, de Víctor, el amigo, si.
Machismo entendido como esa ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la superioridad del hombre sobre la mujer.
No sólo los estereotipos sexistas y la cosificación de la mujer se engloba en estas conductas que hoy se reprueban en las redes a propósito del ataque de los amlovers contra el payaso tenebroso. Son muchos más violencias las que vemos hoy en día, no sólo en la dimensión física sino virtual. Los odios, las descalificaciones, el uso político de la Mujeres que hoy vemos en la 4t.
Víctor Trujillo explotó ese sistema de creencias para realizar un show político que abrió puertas, y exhibió a muchos, como ejemplo descubrió la corrupción de AMLO y sus manos derechas e izquierda, aun antes que incluso hubiera construido su mito y su perfil carismático.
Brozo utilizó la misoginia, la cosificación y recirculó el discurso patriarcal mediático con el cuerpo de la mujer como mercancía, sin duda.
En ese tiempo las feministas no tenían acceso a los medios de comunicación, y las mujeres en general, solo aparecían a menos que fueran nota roja o de escándalos políticos, o para adornar la pantalla o el espectro radial, para golpear al adversario.
Hay que recordar que Brozo nace en el final del feminismo de la tercera ola que inicio a principios de la década de 1990 en Estados Unidos y continuó hasta el inicio de la cuarta ola, alrededor de 2013.
En esa cuarta Ola, hay otros movimientos feministas, consecuencia del hartazgos de los feminicidios, de la violencia política de género (ya las matan para obtener su candidatura), el incremento de las violaciones, el que se desestime su voz, el intento de acallarlas, descalificarlas, desde la tribuna mañanera o cualquier foro que se tenga y un largo etcétera, han hecho que en esta cuarta ola, destacó, surjan LAS MORRAS (no las infiltradas de la 4t), sino las jóvenes que ya no ven el silencio como opción ante los abusos y agresiones, y las distintas violencias machistas que escalan día con día.
Ya no callan y sí dejan a un lado lo que no es políticamente correcto. Son las que denuncian lo que nosotras no nos atrevimos por el linchamiento a que seriamos sujetas. Son las que quieren romper todo para ser escuchadas. Ellas, las vengadoras han tomado la estafeta con una rabia que asusta a mucha/os pero a otra/os más celebran porque saben que es un cambio cultural que acabará por hacer caer al patriarcado que también los tiene como rehenes en esos juegos perversos de dominación, de violencias, haciendo de la sociedad mexicana una de las más violentas .