* Aunque la Constitución no prevé a la demencia senil como causa para un Juicio Político, conductas delictivas sí previstas se han configurado en la actuación del presidente.
Efraín Kleriga/MXPress. -La frescura con la que rechaza sus propios dichos apenas unos días después, el aumento en el tiempo que tarda en hilar las palabras, y el ataque sistemático a la legalidad son causas reales que obligan al Congreso de la Unión a iniciar un Juicio Político al presidente Andrés Manuel López Obrador y relevarlo por incapacidad física y moral.
La Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos especifica como motivos de juicio político: i) el ataque a las instituciones democráticas; ii) el ataque a la forma de gobierno republicano, representativo. Ambas violaciones son públicas y notorias, por sus ataques al INE, a la oposición a quienes les cuestiona el derecho a aliarse en su contra y el golpeteo contra los gobiernos estatales y los gobernadores.
Otra causa de juicio político en la que López mantiene una conducta sistemática, son las violaciones a los derechos humanos, como reiteradamente negarse a suministrar quimioterapias a niños con cáncer en hospitales estatales, o más reciente, e impedir la vacunación de médicos particulares, desviar vacunas para su estructura electoral (Pagada por el erario) llamada servidores de la nación, para los candidatos y promotores de Morena.
También violó derechos humanos al no proveer rápido y eficazmente medicamentos para grupos como los niños con cáncer, impedir averiguaciones como los hechos en Tlahuelilpan, entrampar las averiguaciones del caso Ayotzinapa o pedirle a su fracción en el senado violentar la ley para poner una Ombudsperson sin perfil para el cargo e incondicional suya, en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Otra causa de Juicio Político es el ataque a la libertad de sufragio; el cual ha sido una constante al engañar a las personas y hacerlas creer que si pierde la mayoría en el Congreso perderán los apoyos sociales; asegurar que la oposición actúa en forma ilegítima y busca retomar espacios para la corrupción, además de la insistencia de hacer publicidad electoral en sus conferencias.
La usurpación de atribuciones, delito en el que ha caído en forma constante al dar públicamente instrucciones a legisladores o interferir en la procuración de justicia, o bien con acciones como convocar a la firma de un pacto de respeto electoral, para lo cual solamente tiene atribuciones el INE.
Hay muchas infracciones a la Constitución y las leyes federales que han causado “perjuicios graves a la Federación, a uno o varios Estados de la misma o de la sociedad, o motive algún trastorno en el funcionamiento normal de las institución”, baste recordar el retiro de las fuerzas fedérela de la Mesa de Seguridad Pública en Chihuahua, el cierre de la presa La Boquilla.
También son prejuicios graves para la Federación el uso de recursos públicos para avalar programas en países de Centroamérica, o utilizar a las fuerzas armadas permanente y a la policía federal como policía migratoria.
Las violaciones sistemáticas y graves al presupuesto de la Administración Pública Federal, recortando partidas presupuestales, reasignándolas, robado recursos propiedad de las entidades federativas como ocurrió con el Fondo Nacional de Desastres que se abrogó con todo y el dinero que habían aportado las entidades, o como la desaparición del Fondo para Gastos Catastróficos, entre mucho-
La máquina del tiempo
Toda su vida López ha mostrado un comportamiento enfermizo, ha sido reacio en abandonar el país, estudiar otro tema que no sea historia de México, siempre culpa a otros de sus problemas, le aterra presentarse ante nuevos escenarios y por ello huy de las cumbres en el exterior, no analiza ideas contrarias a lo que piensa, y no permite interactuar a quienes participan en reuniones con gobernadores o empresarios.
López, según opinión de neurólogos, presenta síntomas de demencia senil, pero más grave que ello es un trastorno de conducta que lo mostarse como mitómano, resulta sumamente desconfiado, vulnerable a los elogios y también vulnerable a las críticas, ante las cuales replica con prontitud y violencia verbal.
«La mitomanía no se puede clasificar como un trastorno dentro de las actuales clasificaciones como el DSM V o CIE-10, porque se ha visto que estas personas que tienden a mentir recurrentemente tienen otro tipo de trastorno primario».
Es claro que López se siente inseguro cuando se encuentra en nuevos escenarios o en lugares donde la gente le haga reclamos: Pasó con la indicaciones en Tabasco, ha pasado frecuentemente en sus giras, y su negativa a interactuar en reuniones con gobernadores o empresarios es de sobra conocido. En esas reuniones se designas oradores con una agenda conocida y finalmente habla él, no permite interpelaciones.
Su zona de confort es hablar del pasado, su desarrollo político corresponde a los tiempos de Luis Echeverría (Momento en que se inicia en la política) y no parece estar al tanto de la evolución de la economía, la tecnología y la sociedad. No usa computadora y nadie lo ha visto tecleando en el celular para mandar un tuiter.
Miente con flagrancia y la mitomanía es parte de su perfil sicológico, declaró este lunes: “Hay mucha manipulación, de que no quisimos o no hemos querido vacunar a los médicos del sector privado, no es cierto, eso no es cierto, eso es falso, eso es politiquería, que como hay ahora proceso electoral, campañas, se aprovechan para distorsionar las cosas”.
El 7 de abril dijo:
Interlocutor: Presidente, entonces ¿Está descartado definitivamente la apertura de un proceso de vacunación para el personal médico privado?
Presidente Andrés Manuel López Obrador: No, no, porque si te digo: Está descartado, ese va a ser el titular de Reforma de mañana.
Interlocutor: Pero entonces ¿van a tener que esperar?
Presidente: Que nos esperen.
Interlocutor: ¿Hasta que les toque por edad?
Presidente: Hasta que nos toque a todos.
Interlocutor: Entonces, sí está descartado.
Presidente: No. Bueno, esa es su interpretación, póngalo así, pero yo lo explico de que va poco.
El pasado 15 de abril se burló de estos médicos y reitera que no los va a vacunar hasta que por edad les toque: “Ayer convocaron a una manifestación, no reunieron gente. Y no es que yo esté en contra de ellos, es que no es justo el querer decir: ‘A mí me vacunas.’ No, si no te corresponde, no.
‘Ah, si no, como soy médico y me pongo mi bata blanca, voy a los medios de comunicación, voy al Reforma, voy a El Universal, voy a los programas de radio. ¡Qué barbaridad!, ¡cómo no van a vacunar a los médicos!’. Pues tenemos que vacunar a los adultos mayores, son los más vulnerables.
Demencia no es causa de separación
La demencia senil o cualquier otra enfermedad mental no están tipificadas en la Constitución como causa de separación del cargo, sin embargo, se puede argumentar el artículo 85 que en su último párrafo dice: “Si la falta, de temporal se convierte en absoluta, se procederá como dispone el artículo anterior (85) El cuan dice que cuando la falta de presidente es definitiva, y, “ ocurriese en los cuatro últimos años del período respectivo, si el Congreso de la Unión se encontrase en sesiones, designará al presidente substituto”.
La cuestión es que el Senado quiera entender que la incapacidad mental del presidente es una falta definitiva, aunque es díficl saber si algunas de las conductas fallidas del López es por disfunción mental, por perversidad o incluso por ignorancia.
La pregunta es si cuando López habla de “sus derechos” a opinar, para interferir en el proceso electoral, presionar a jueces ¿Sabe que tal derecho no lo tiene un Presidente?
Mientras los ciudadanos tienen derechos en la Constitución y todo aquello que no esté prohibido les está permitido, como ejemplificó Porfirio Muñoz Ledo en la tribuna de la Cámara de Diputados, un presidente sólo tiene permitido hacer lo que marque la Constitución.
Los derechos del presidente que son sus deberes, están definidos en el Articulo 89, y en ninguna parte dice: Presionar jueces, controvertir las opiniones de los medios, debatir las actividades de los partidos o ciudadanos opositores, refutar las versiones de prensa o condenar a los medios de prensa críticos.