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México, 13 mayo 2021.- Estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) afirman que al menos 100 alumnas han sido acosadas por uno de sus compañeros y llevan tres años esperando que la escuela lo sancione y a ellas les garantice protección.
Autoridades escolares confirmaron que hay quejas formales contra el alumno, pero explicaron que el caso es “complicado” porque padece “un trastorno”, sobre el cual no dieron detalles en razón del derecho a la privacidad de su expediente clínico.
De acuerdo con testimonios de las alumnas, el estudiante señalado las hostiga, les manda mensajes intimidatorios por redes sociales y a algunas las sigue a sus casas.
Consideraron que el ITAM no les ha dado una respuesta que garantice su seguridad. Por el contrario, el año pasado hubo intentos por desincentivar sus quejas porque les exigieron firmar una carta de confidencialidad.
Autoridades escolares confirmaron que un requisito para interponer quejas era firmar la carta. Si la quejosa incumplía alguna cláusula sería dada de baja. Luego de la inconformidad de la comunidad escolar se eliminó este requisito.
Alumnas agraviadas dijeron a Latinus que desde el sismo de 2017, el estudiante se aprovechó de un chat de ayuda del ITAM para obtener números telefónicos. En 2019, las alumnas publicaron sus experiencias en la plataforma web Me Too, en donde se difunden testimonios de acoso y hostigamiento sexual.
Para la abogada y secretaria técnica de la Redesfera Latinoamericana de la Diversidad Psicosocial, Cecilia Guillén Lugo, el ITAM no ha actuado con consistencia y le falta abordar el caso de forma integral.
Opinó que en este caso se debe tener cuidado con la “ganancia secundaria”, es decir, cuando una persona tiene una conducta bien planificada y reiterada, pero la justifica por su condición: “Es que estoy enfermo, tengo un trastorno, no me hagan responsable, ya se me olvidó lo que hice”.
“Vamos a creer que hay un trastorno y que está tratado, él tiene derecho a decidir su tratamiento y su privacidad, eso es innegable; pero si está teniendo estas situaciones en donde no hay funcionalidad en las relaciones y la gente lo percibe con miedo tendríamos que pensar si el abordaje es el suficiente”, agregó Guillén Lugo, exasesora en materia de derechos humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Los testimonios
Con el auge del movimiento feminista, los testimonios de las víctimas cobraron fuerza en redes sociales y en los llamados “tendederos” del ITAM, en los que las alumnas escriben en hojas el nombre de su agresor y las cuelgan en lazos o pegan en las paredes de su escuela.
“A mí, y fuera de broma, a una docena de mis compañeras las acosaba, conmigo fue de las peores. Llegaba a altas horas de la noche a mi departamento intentando chantajearme para que lo dejara pasar, vivía con mucho miedo porque él sabía dónde vivía y se obsesionó conmigo”, fue uno de los testimonios en Me Too difundido en 2019.
Las clases virtuales por la pandemia no frenaron las quejas. Mónica, nombrada así para proteger su identidad, asegura que el alumno la acosó el año pasado.
Compartió con él una clase virtual y el acercamiento fue similar al de otras mujeres: primero le pidió apuntes de una materia, le mandó mensajes por teléfono de forma recurrente, la acosó en redes sociales, la invitó a salir y luego la intimidó.
“Como a la tercera o cuarta semana de pandemia me manda un mensaje por la plataforma en la que tomamos clases en línea (…) Al siguiente día me despierto y tengo como cuatro mensajes de él. Yo, cero amigable. Me empezó a preguntar cosas que no tenían nada que ver con la clase ni con el ITAM”, declaró.
“Y le dije: Oye, no creo que podamos ser amigos porque tienes como 50 denuncias de acoso y te sigues aprovechando de situaciones como la pandemia y el terremoto de 2017 para sacar el número de niñas y aprovecharte de ellas”, relató.
“Luego me empezaron a seguir como 10 cuentas en Instagram que eran su nombre y apellidos, pero en diferente orden. Igual las bloqueo todas y me empieza a mandar mensajes por el correo del ITAM, luego me mandó correos a mi correo personal con mensajes violentos como: hasta crees que bloqueándome de todas partes te vas a librar de mí, yo ya te conozco y sé dónde vives”, añadió.
Mónica dijo que tiene temor de ir a clases presenciales porque no conoce al estudiante físicamente, ya que no era participativo en su clase virtual.
“Lo que a mí me preocupa es que yo no sé cómo se ve, no lo conozco, no tengo ni la menor idea de cómo es su cara. Me preocupa porque yo regreso al ITAM, suponiendo que la pandemia nos lo permita, y yo no sé de quién cuidarme”, dijo.
El ITAM no se pronuncia por el caso
Latinus solicitó una entrevista con el rector del ITAM, Arturo Fernández, pero fue declinada con la explicación de que tenía una agenda saturada. La Dirección de Desarrollo y Comunicación Institucional envió por correo un posicionamiento sobre el tema.
“El ITAM tiene por política no pronunciarse públicamente sobre casos individuales. El ITAM ha vivido un proceso de transformación integral y está comprometido con la excelencia humana, por ende, con una cultura de respeto a la dignidad de las personas, con la erradicación de cualquier tipo de violencia y con el logro de una efectiva igualdad de género”, destacó.
“Confiamos en que los procesos de justicia restaurativa que se han promovido, el diálogo abierto y el compromiso con una cultura sin violencia nos permitirán seguir construyendo una comunidad más sólida cada día”, agregó.
La subdirectora de Género, Diversidad e Inclusión del ITAM, Adriana Ortiz, dijo que actualmente se revisa el Protocolo en Contra del Acoso Sexual junto con las asociaciones estudiantiles feministas: Abogadas ITAM, Colectiva Raíz, Cuarta Ola, Diversidad Sexogenérica ITAM, HeforShe, Mujeres Seguras ITAM y Resiliencia Combativa.
En el periodo enero-mayo de 2020, el ITAM recibió 38 quejas en el marco del Protocolo en Contra del Acoso Sexual, mismas que se integraron en 23 expedientes. En total, 25 de esas quejas fueron contra estudiantes, 12 contra personal docente y una contra una persona ajena a la comunidad.
En general, el semestre de otoño del 2020, cuando las clases fueron a distancia, la escuela recibió cuatro quejas bajo el Protocolo.
Fuente: La Garrapata