Sin tacto.
Por Sergio González Levet.
Las encuestas son un método de medición estadística que pueden aportar datos muy cercanos a la realidad.
En una elección, por ejemplo, esos instrumentos le pueden decir a candidatos y/o partidos políticos en qué estatus se encuentra su simpatía electoral.
Como herramientas matemáticas, resultan de gran ayuda para quienes establecen la estrategia y las tácticas de campaña.
Las encuestas miden la aceptación electoral en el momento en que fueron realizadas y eso hace posible que se puedan revertir los resultados en el transcurso de una campaña.
Son excelentes consejeras para quien sabe escucharlas e interpretarlas.
Pero como todo lo que funciona bien en el mundo, son susceptibles de ser manipuladas con fines distintos a los que fueron creadas.
En un primer momento, los resultados de las encuestas fueron utilizados mañosamente con fines publicitarios. Quienes obtenían Buenos resultados en los sondeos usaban esa información como propaganda a su favor y también con el fin de desalentar la participación de los seguidores de otros candidatos. Para qué van a votar por alguien, si tiene la elección perdida…
Pero encima de ese uso faccioso, hay ahora una modalidad peor, que consiste en cucharear los resultados, modificar las respuestas para que ofrezcan un panorama que nada tiene que ver con la realidad.
De esa manera, candidatos o partidos que no han logrado alguna presencia o que perdieron la simpatía popular que tenían aparecen como los punteros en el gusto popular. Ese resultado hechizo y falso es manejado como real y con ello pretenden engañar a los ciudadanos.
Para esos casos de encuestas inventadas o modificadas, cualquier buen matemático con especialidad en estadística puede demostrar la falsedad a través de un buen estudio y la creación de algoritmos.
En México hay cerca de una decena de científicos que tienen ese expertise y en Xalapa tenemos por lo menos uno, el talentoso doctor Héctor Coronel Brizio, a quien una buena parte de la comunidad de la Universidad Veracruzana le ve espolones suficientes para ser en septiembre el próximo Rector que lleve a la máxima casa de estudios por el camino del crecimiento y el desarrollo.
De regreso a nuestro tema, las encuestas en estas elecciones han sido tan mal utilizadas, que han dejado de ser lo que son.
Cuando vemos que un aspirante desconocido o mal querido aparece como el más popular, ya sabemos que ahí hubo mano negra.
Se han hecho muchos intentos para manejar las encuestas como un arma a favor. Sobre todo, parece ser la estrategia principal de un partido que todos sabemos cuál es.
No nos dejemos confundir… otra vez.
sglevet@gmail.com