Veracruz en deuda con los Derechos Humanos

Alguien como tú.

Por: Gladys de L. Pérez Maldonado.

El Diccionario de la Real Academia Española (RAE), define a la Tolerancia como el  respeto hacia las ideas, preferencias, formas de pensamiento o comportamiento de las demás personas. La palabra proviene del latín tolerare, y hace referencia al nivel de admisión o aprobación frente aquello que es contrario a nuestra moral. Se trata, de la actitud que adoptamos cuando nos encontramos con algo que resulta distinto a nuestros valores.

El concepto de Tolerancia, surgió en Francia a finales del siglo XVI durante la guerras de religión que enfrentaron católicos y protestantes. Designaría inicialmente la indulgencia hacia la opinión de los demás sobre los puntos del dogma que la Iglesia no consideraba como esenciales. Así, nació con un sentido peyorativo pues se trataba de soportar lo que no se podía erradicar.

El sentido positivo del término se afirmó en el siglo siguiente con John Locke y Pierre Bayle y la Ilustración del siglo XVIII lo convierte en uno de sus valores fundamentales con el significado de aceptación de las otras creencias.

La Tolerancia es un valor moral que se debe practicar con respecto a otro; hacia sus ideas, prácticas o creencias, preferencias sexuales, independientemente que contradigan o sean diferentes a las nuestras.

Una persona es tolerante cuando acepta opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales. La Tolerancia se erige como un valor básico para convivir de manera armónica y pacíficamente, sin odio, sin desprecio. Se trata de reconocer y aceptar la individualidad y las diferencias de cada Ser Humano.

La Tolerancia no es sinónimo de indiferencia, implica en primer lugar, respeto, y en el mejor de los casos, entendimiento. Esto no significa, que se acepten los valores de los otros que no comulgan con los nuestros, implica reconocer que cada uno somos un Ser distinto del otro, no es indulgencia ni indiferencia, es respeto.

Los seres humanos somos los únicos capaces de atentar contra nuestra especie, tenemos un nivel de violencia preocupante, que culmina con la discriminación.

En 1995, los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) adoptaron la Declaración de Principios sobre la Tolerancia. Esta describe la tolerancia no solo como un deber moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los grupos y los estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos y pide a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad.

La Convención Interamericana Contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, adoptada en La Antigua, Guatemala, el 5 de junio de 2013, por la Organización de Estados Americanos (OEA), fue suscrita por México el 13 de noviembre de 2018 y ratificada por el Senado mexicano por unanimidad de votos el 19 de noviembre de 2019. Esta Convención entró en vigor el 20 de febrero de 2020 y obliga su cumplimiento a los Estados parte.

Este documento establece que “todo ser humano es igual ante la ley y tiene derecho a igual protección contra toda forma de discriminación e intolerancia en cualquier acto de la vida pública o privada” y que “tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección, en condiciones de igualdad, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales consagrados en sus leyes nacionales y en los instrumentos internacionales”.

Esta Convención define a la Intolerancia como “el acto o conjunto de actos o manifestaciones que expresan el irrespeto, rechazo o desprecio de la dignidad, características, convicciones u opiniones de los seres humanos por ser diferentes o contrarias. Puede manifestarse como marginación y exclusión de la participación en cualquier ámbito de la vida pública o privada de grupos en condiciones de vulnerabilidad o como violencia contra ellos.”.

Los Estados signantes reconocen la obligación de adoptar medidas en el ámbito nacional y regional para fomentar y estimular el respeto y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los individuos y grupos sometidos a su jurisdicción, sin distinción alguna por motivos de sexo, edad, orientación sexual, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra naturaleza, origen social, posición económica, condición de migrante, refugiado o desplazado, nacimiento, condición infectocontagiosa estigmatizada, característica genética, discapacidad, sufrimiento psíquico incapacitante o cualquier otra condición social.

El  28 de junio, se conmemora el día del Orgullo Gay y se llevaron a cabo con antelación el día 26 manifestaciones multitudinarias a nivel mundial,  pidiendo respeto a su diversidad sexual. Este movimiento surgió a partir del año de 1969, con motivo de la masacre realizada en el Pub neoyorkino “Stonewall Inn” en Manhattan, Estados Unidos, a manos de unos policías en contra de un grupo de personas homosexuales y travestis que se encontraban en el lugar.

Las manifestaciones de los colectivos LGBTTTIQ+ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Travesti, Intersexual, Queer), siguen causando escozor en algunos círculos de la sociedad, aún cuando los organismos internacionales y los países que los integran, incluyendo a México, ya se han pronunciado reconociendo la diversidad sexual, a favor del respeto de los Derechos Humanos de los integrantes de esta comunidad, legislando y reconociendo sus derechos en las leyes, fomentando la eliminación de su discriminación por ese motivo.

No obstante, las muestras de odio y desprecio hacia las personas con preferencias sexuales diferentes a las heterosexuales, se siguen cometiendo, como lo es, la no aceptación del matrimonio igualitario en muchas Entidades Federativas de nuestros país, Veracruz es una de ellas, a pesar de estar reconocido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, anteponiendo principios religiosos a la realidad social, esto demuestra la intolerancia que persiste en los individuos para aceptar que la conformación de la sociedad del S XXI ha cambiado, demuestra la falta de respeto al principio de Libertad inherente al Ser, que en el caso se traduce en la libertad de las personas de elegir la forma de conducir su sexualidad y la violación a la normatividad Constitucional e Internacional por parte de las autoridades.

Que triste, que cierto porcentaje de las y los veracruzanos sea intolerante al cambio social, el  cual no es privativo de Veracruz o de México, es la transformación mundial que estamos viviendo. Que triste, que intenten defender sus convicciones con un  discurso opositor violento, gritando, agrediendo e insultando, tratando de desestabilizar a la sociedad con manifestaciones impetuosas.

La sociedad mundial ha evolucionado y todo cambio, indefectiblemente, genera un descontento, que no justifica a la violencia.

En 2019 fue presentada al Congreso del Estado una iniciativa de reforma al Código Civil veracruzano, que dicho sea de paso, data del 15 de septiembre de 1932.

Se propuso una reforma integral de más de 50 artículos para modificar, derogar y armonizar la ley civil con la realidad social, garantizando el respeto a los Derechos Humanos, la Igualdad y la No Discriminación de las personas en la entidad veracruzana.

El  pleno del Congreso de Veracruz aprobó ciertas reformas al Código Civil entre las que se incluyeron figuras jurídicas como la pensión compensatoria, el divorcio sin expresión de causa o incausado, se reconoció el trabajo doméstico como aportación al patrimonio familiar, en el concubinato se reconocieron los mismos derechos que en el matrimonio, por mencionar algunas.

Sin embargo, ante la resistencia de la mayoría de las y los legisladores y algunos colectivos pro familia se dejó fuera de la reforma  “el matrimonio entre personas del mismo sexo”, en la que se incluía una nueva definición de matrimonio civil como la unión entre dos personas, para evitar la discriminación, atendiendo a lo ya discutido y resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El matrimonio entre personas según la preferencia sexual del individuo, no debe preocupar a la sociedad, pues “legalizar” no significa “obligar”, esta reforma -aún en el tintero del Congreso Estatal- tiende a eliminar la discriminación existente de opción de matrimonio entre personas del mismo sexo, que así lo deseen. Puntualicemos que los Derechos Humanos no tienen religión, ni tendencia sexual, ni tienen colores de partido político, son derechos inherentes al Ser por el hecho de existir.

La celebración de los Días Internacionales nos da oportunidad de evidenciar ante los órganos de poder lo que falta hacer y sensibilizar al público en general acerca de temas relacionados con cuestiones de interés, tales como los Derechos Humanos, así, en el marco de la conmemoración del Día del Orgullo LGBTTTIQ+, lo único que nos queda es invitarlas/os a ustedes a que se evite la confrontación violenta y pedirles tolerancia a la renovación de las Leyes veracruzanas, pues cabe decir que tampoco vamos a la vanguardia de la puesta al día legislativa en estos temas a nivel nacional, otros Estados  ya lo prevén en sus códigos (19), como Ciudad de  México, Campeche, Chihuahua, Colima, Coahuila, Michoacán, Morelos, Nayarit, Hidalgo, Baja California, Baja California Sur, Oaxaca, San Luis Potosí, Tlaxcala, Quintana Roo, Jalisco, Chiapas, Puebla, Nuevo León.

Se exige igualdad y no discriminación para nosotras/os en otros rubros, luego, para ser coherentes con nuestras exigencias, empecemos a respetar los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente somos  naturalmente diversa, solo la Tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.

Veracruz en deuda con los Derechos Humanos…