Mutatis mutandis
COMPETITIVIDAD A LA BAJA.
Por Rafael Arias Hernández.
“México pierde competitividad; llegó a su nivel más bajo en 24 años.” (El Economista, 220621).
Estados, como Veracruz, de mal en peor.
Imprescindible e impostergable que se dé, en todo ámbito gubernamental y social, toda la atención que requieren la Economía y las Políticas institucionales.
Se advierte que recuperación, reactivación y reordenamiento de la economía nacional y regional no son, ni serán fáciles y rápidos.
En la citada nota, se asegura que;
“En los recientes cinco años, México retrocedió 10 lugares en el ranking de competitividad del Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD, por su sigla en inglés). Para 2021, México registró retrocesos en 10 de los 20 grandes indicadores de competitividad que mide el IMD, siendo más notorios los observados en empleo, precios, política fiscal y mercado laboral. En una perspectiva de mediano plazo, México sigue siendo visto como un país con mano de obra calificada y de bajo costo, pero con un gobierno que no destaca por su eficiencia y por proveer un marco de políticas estable y predecible, como muestra la opinión de un panel de encuestados por el IMD.” (El Economista. 220621)
México, bajó de la posición 45 en 2016, a la 55 en 2021.
Además de competitividad, participación y dominio del mercado, se advierte que se requieren eficiencia y promoción gubernamental, particularmente de políticas, programas y acciones gubernamentales que garanticen estabilidad y desarrollo.
Por su parte la versión oficial, de México competitivo, difundió que “El International Institute for Management Development (IMD) publicó los resultados del Anuario de Competitividad Mundial 2021…En esta edición del 2021, nuestro país se posicionó en el lugar 55 entre 64 países evaluados, con una calificación de 48.6 (escala 0 al 100)…El Índice de Competitividad Mundial (ICM) 2021 del IMD analiza la competitividad de 64 países, el cual está integrado por 4 factores, 20 sub-factores y 335 variables (163 datos duros y 92 de percepción, así como 80 de contexto que no inciden en la calificación)…” (Gobierno de México.170621)
La nota también destaca, que México bajo dos posiciones en el ranking general respecto a 2020; y que la calificación disminuyó de 54.8 en 2020 a 48.6 en 2021. Superándolo en posición de competitividad, países como Jordania, Eslovaquia y Ucrania.
En cuanto a nivel de los 4 factores, resalta que:
Tres cayeron: Desempeño Económico (-11); Eficiencia de Gobierno (-4); e Infraestructura (-1). Y uno mejoró: Eficiencia de Negocios (+1).
Por lo que se refiere a las posiciones de los subfactores:
Mejoraron siete: Prácticas de Gestión (+8); finanzas Publicas (+7); Inversión Internacional (+3); Comercio Internacional (+2); Infraestructura Científica (+1); Infraestructura Básica (+1); y Productividad y Eficiencia (+1).
Empeoraron diez: Precios (-27); Política Fiscal (-18); Empleo (-13); Mercado Laboral (-12); Marco Social (-8); Legislación de Negocios (-4); Marco Institucional (-1); Finanzas (-1); Aptitudes y Valores (-1); e Infraestructura Tecnológica (-1).
Y se mantuvieron tres: Economía Doméstica; Salud y Medio Ambiente; y Educación.
A 33 años de historia del ranking, sobresalen como primeros diez países: Suiza, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Singapur, Noruega, Hong Kong, Taiwán, Emiratos Árabes Unidos y EE.UU.En América Latina (AL), el mejor posicionado es Chile (lugar 44), y le siguen: México, Colombia ( 56); Brasil (57), Perú (58), Argentina ( 63) y Venezuela (64).
Oportuno y conveniente recordar siempre, algunas lecciones básicas de economía:
No se puede consumir o gastar, lo que no se obtiene o tiene.
Es más que un abuso endeudar en exceso; es negar presente y futuro, a los que no saben ni aprueban, o todavía no nacen.
Injustificable no informar, ni rendir cuentas; simular y engañar, para obtener ventajas o beneficios, en el uso y abuso de atribuciones institucionales y de recursos públicos.
En este contexto. Uno de esos conceptos, conocido como competitividad, resume e indica la capacidad de generar y asegurar posicionamiento y operación, en los diversos espacios de coordinación o colaboración, de colaboración o competencia, de presencia y superación. Indispensable, en general, asegurar producción y distribución, intercambio y generación de bienes y servicios, contribución y valor agregado, ingresos y utilidades.
Importante tener presente que Mercado y Estado, sobresalen como espacios de acción y concurrencia, tanto pública como privada.
Así, la competitividad debe ser considerada, tanto capacidad de competir, como de superación y mejoramiento.
Esto es, permite destacar o influir, determinar o dominar en cantidad y calidad, el mercado, o el funcionamiento gubernamental y social.
En ambos casos mantener una creciente competitividad es un reto permanente. Preocupa que tanto la economía nacional, como las de los estados, pierdan competitividad; y que los gobiernos no respondan.
La competitividad, según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), es el “conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de una economía”.
Es capacidad para estar presente, participar y competir, para conseguir un fin. A través de diferentes formas o procesos, como: localizar y procesar recursos y capacidades; aprovechar conocimiento, tecnologías y formas de organización; producir más a menores costos, productos mejores y más baratos; asegurar altos niveles de productividad, eficiencia y calidad; y obtener mayor rentabilidad, por proceso y unidad de producto o servicio, que los otros participantes y competidores.
En general, la competitividad genera y aprovecha múltiples aspectos, como calidad, cantidad, perseverancia, innovación, uniformidad, diferenciación y presentación, en la producción, distribución, conservación, almacenaje y consumo de bienes y servicios, superando o desplazando a otros participantes y competidores.
Y, en principio, orienta su capacidad para generar mayor satisfacción, en usuarios o consumidores, a partir del establecimiento de niveles de producción y precio, de calidad y cantidad, acordes a la capacidad de compra o voluntad de adquisición del usuario o consumidor.
En sustentado artículo, “Competitividad: Psicología de la persona competitiva. Aspectos psicológicos los pros y los contras”, el psicólogo Juan Cañadas, entre otras cosas sostiene que: “Ser competitivo no es malo, de hecho tiene beneficios, nos motiva a ser mejores, nos incentiva a conseguir objetivos ambiciosos, nos hace exigirnos más y además puede hacer que nuestro rendimiento mejore.”
Personalidad competitiva: ¿Una ventaja o un obstáculo en la vida?
La competitividad se prueba y comprueba, en todo.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH