*Elementos como las reglas, jueces y espectadores, existieron en aquellas civilizaciones y perduran hasta la actualidad, coincidieron especialistas en un ciclo de conversatorios a 500 años de la caída de Tenochtitlan.
México. 24 agosto 2021.- La influencia de las civilizaciones mesoamericanas permanece en nuestro tiempo a través del deporte y los juegos de destreza mental y física. Así lo explicaron distintos expertos durante cinco conversatorios que conformaron el ciclo Ritual, juego y deporte: una aproximación desde las ciencias del deporte a la caída de Tenochtitlan, transmitido por Facebook Deporte UNAM para no olvidar la trascendencia de las culturas prehispánicas.
Algunas actividades tradicionales en los habitantes de Mesoamérica han perdurado hasta la actualidad, nada menos que en la práctica deportiva, ya que desde aquella época permanecen elementos como las reglas, jueces y espectadores.
La variante es que, antes de la llegada de los españoles, las poblaciones mesoamericanas concebían en su dimensión ritual a esas actividades porque tenían un significado religioso, de transmisión de saberes y de cohesión con base en su aspecto lúdico.
En la transición de la época mesoamericana a la etapa posterior a la colonia, luego de la conquista española capitalizada hace 500 años, el 13 de agosto de 1521, con la toma de Tenochtitlán por parte de las fuerzas comandadas por Hernán Cortés, esos elementos han evolucionado (reglas, jueces y espectadores), pero la acepción general se ha mantenido.
“Había significaciones para todos los que participaban y aún para los que observaban. Existían reglas de lo que cada participante puede o no puede hacer, desde los jueces hasta los animadores y espectadores”, aseveró Erick de Gortari Krauss, académico del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur, en una de sus participaciones.
“Algunas formas de actividad física se heredaron y perduran en el México actual, con diferentes cambios debido a la cultura que ha evolucionado, a la influencia occidental, a las modas o a las diferentes manifestaciones religiosas, pero perduran”, agregó Matilde Espinosa Sánchez, especialista del Instituto de Investigaciones antropológicas de la UNAM, quien ejemplificó esa evolución de ciertos rituales prehispánicos a manifestaciones de actividad física.
“Por ejemplo, la carrera de los rarámuris (Chihuahua), la danza del venado en los pueblos Yaquis, los voladores de Papantla (Veracruz), algunas danzas y por supuesto los juegos de pelota Purépecha (Michoacán), Mixteca en Oaxaca, y tipo Ulama, cuyos orígenes se sitúan en la actual Sinaloa y que actualmente se juegan en tres modalidades: bastón, brazo y cadera”, aseveró.
Juegos de destreza mental y física, fusión cultural entre América y Europa
En cuanto a los juegos de destreza mental y física, Alejandro Olmos Curiel, doctor en arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, compartió que en la actualidad perduran, y explicó que algunos tienen origen prehispánico, a los cuales se les llama “autóctonos”, y otros surgieron en Europa, a estos los denomina “tradicionales”, pero como muchos rasgos culturales, también vivieron un proceso de mestizaje.
“Hablamos de ‘paralelismos culturales’, que es cuando se juegan al mismo tiempo en Europa y en América, de forma muy similar, o en otras partes del mundo. Y de ‘sincretismo’ cuando, una vez que llegan a América los juegos de origen europeo, se asimilan y se transforman en otros”, explicó.
Este amalgamiento ha continuado con el paso de los años, lo cual ha hecho que distintos juegos de destreza mental y física continúen evolucionando hasta la fecha. “Hay un sincretismo en todos los juegos de origen mesoamericano después de la colonia, de la misma forma que hay un sincretismo con los juegos que llegan de Europa. Además, como los juegos están vivos, esta transformación perdura”, afirmó.El ciclo impulsado por la Dirección General del Deporte Universitario también contó con cinco charlas-demostraciones de distintos juegos ancestrales para revitalizarlos entre los miembros de la comunidad universitaria, ya que son considerados patrimonio en riesgo por la cada vez menor cantidad de practicantes.