**Sin tacto.
/ Por Sergio González Levet /
El pasado martes 29 de septiembre, en Xalapa, pasó a mejor vida uno de los mejores periodistas deportivos de la historia de Veracruz, roda una institución dentro de la prensa estatal, don Homero Guerrero Alvarado.
Muy a destiempo lo supe por boca de su nieto, Alejandro Aguirre Guerrero, quien siguió su vocación de comunicador serio y honesto, aunque desde las fuentes políticas, y le compite al abuelo en el pundonor del oficio.
Pues sí, me enteré a destiempo, pero nunca es tarde para una condolencia sentida, sobre todo si sale del alma, de la emoción y del recuerdo de un gratísimo compañero de trabajo, allá en los tiempos heroicos de la fundación del semanario Punto y Aparte, que alentó nuestro maestro mutuo Froylán Flores Cancela.
Homero, todos lo sabíamos, pudo ser un extraordinario pelotero profesional, sobre todo por su poderío con el bate, que tanta sorpresa y admiración causaba en las ligas regionales.
Pero no, este atleta singular, lleno de músculos y talento, se dejó fascinar por el oficio inefable de enterarse e ir a contar las cosas -deportivas, en su caso- a la gente.
Homero fue durante muchos años el reportero estrella del Diario de Xalapa, jefe de una sección que hizo famosa y necesaria. Ahí duró hasta que el dueño del periódico, don Rubén Pabello Acosta, se enteró que escribía subrepticiamente y con seudónimo, una columna en el Punto y Aparte, en honor y afecto a su mentor real. ¡Y el semanario era innombrable para el viejo y exitoso periodista!
Era curioso, por cierto, el seudónimo que usaba: Ulises A. Marte. Ulises, el personaje principal de La Odisea de Homero y Marte, el dios de la guerra, o sea guerrero, y la A. por el apellido materno, Alvarado.
Ya instalado de lleno en el semanario, fue uno de los pilares que sustentaron el éxito de ese periódico, que sigue vivo alentado por la enjundia de Benjamín Domínguez Olmos, otro fundador y amigo que llora la pena por el colega fallecido.
Vamos a extrañar a Homero Guerrero, ese hombretón de apellido bélico que era un dulce en el trato y una persona con el humor a flor de labios.
A su familia querida, a los lectores que lo siguieron por décadas, a sus colegas que siempre le tuvieron respeto, nuestro pésame sincero.
Ya descansa en paz, después de una vida fructífera y aguerrida, quien fuera todo un referente de la prensa deportiva veracruzana.
Hasta la vista, Homero.
sglevet@gmail.com