/ Arlequín /
¿Es usted licenciado? ¿Es de clase media? ¿Es rico? ¿Se considera fifí? ¿Es chilango?, pues le comunico, mi querida lectora, mi querido lector, que está en la mira de la autollamada Cuarta Transformación. ¡Ya lo cacharon!, usted es del grupo que está boicoteando el cambio de México, la transformación del país. Es usted un enemigo de la democracia, un corrupto, un conserva sin conciencia, un crítico irredento del gobierno, un enemigo, para no darle tantas vueltas.
Aunque este gobierno no tiene un órgano de espionaje propiamente dicho, usted ya está ubicado, y no lo dude, pagará por oponerse y para eso está la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y, por supuesto, la mañanera para hacer justicia.
“¿Saben dónde tiene más efecto la campaña en contra nuestra de todo el país? Aquí en la ciudad, porque la llamada prensa nacional pues no es nacional, o la radio nacional no es nacional, y la televisión, pues tiene más efectos aquí, en la ciudad. Entonces, como aquí está el bombardeo constante, aquí es donde afecta más.
“Y es muy interesante cuando uno ve en las encuestas que quienes creen más todas esas campañas son los que tienen nivel de licenciatura hacia arriba, o sea, son más, proporcionalmente. Cuando uno pensaría que, ante más nivel educativo, más conciencia, pues no necesariamente… claro, también clase media-media, clase media alta y alta igual que de licenciatura para arriba, ahí pega más”, denunció el Presidente y desenmascaró a aquellos que no quieren que el país avance hacia la Cuarta Transformación.
Y como a grandes problemas corresponden grandes soluciones, es mejor, de una vez, cerrar la UNAM y las universidades privadas para que no formen a más críticos de la 4T. Que estas instituciones de educación superior vuelvan abrir su puertas hasta que los niños, que hoy están en primaria, y que ya estarán siendo adoctrinados con los libros de texto correctos –revisados por un señor de nombre Marx-, lleguen a la licenciatura, es decir, en unos 12 años, algo así como dos sexenios, listos para ser ciudadanos con conciencia y que no sean unos criticones de la gesta heroica de AMLO.
Dirá usted que el cambio es lento, sí, pero vale la pena. Y, si es necesario, el Presidente -quien de verdad ya no ve la hora de acabar su gobierno e irse a su finca a descansar-, podría hacer un sacrificio y alargar su mandato para acabar con este proyecto. Y en una de esas, sería mejor que no volvieran a abrir aquellas universidades que hoy son la simiente del neoliberalismo y el conservadurismo en México, como el ITAM, por ejemplo.
Las palabras del martes del Presidente también explican muchas cosas, por ejemplo, que el hecho de que funcionarios del gabinete y candidatos de Morena incurran en errores garrafales, pues si observa todos ellos tienen licenciatura, y algunos hasta posgrado. La formación sirve para un carajo, lo que importa es la conciencia, y al parecer estos personajes podrían tenerla, aunque nunca hay que confiarse de un licenciado.
Por ejemplo, la candidata de Morena a la presidencia municipal de Tepic, en Nayarit, Geraldine Ponce, es ingeniera, modelo, y diputada federal. Pero, sin pudor alguno confiesa, pese a ser morenista, que le gusta el estudio y claro por ser universitaria vea cómo la riega: “Siempre estudio, siempre me preparo cada día para aprender algo nuevo, porque nunca dejamos de aprender, así que cuando la gente dice: es que no tienes experiencia, bueno, y los que tienen experiencia, les respondo, ¿qué les han resolvido?”.
Quizá alguien en el equipo de la candidata haya escribido mal la plataforma política y eso causó el error de doña Geraldine, quien sin lugar a dudas, pese a tener el feo defecto de haber ido a la universidad es de las pocas que sí tienen conciencia y pueden formar parte de las filas de Morena. Pero no hay que confiarse, pues bien dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida y le vayan a salir las mañas de conserva. Seguro el Presidente no dejará de tenerla bajo su mirada.
Otro caso que es impresentable es el del candidato a la alcaldía de Guadalajara, Jalisco, Carlos Lomelí. Este caso si es muy grave. El señor no solo se tituló como Médico Cirujano Partero en la Universidad de Guadalajara, sino que realizó un doctorado como Médico Cirujano y Obstetra y por si esta ofensa fuera menor, don Carlos es millonario, rico, machuchón, fifí.
Pero, ¿sabe qué, querido lector, querida lectora? Ahí no acaba la cosa con don Carlos, la cereza del pastel es que Lomelí fue director general de un grupo empresarial farmacéutico, entre ellos la firma Lomedic, corporativo que en el periodo neoliberal obtuvo contratos del gobierno por cientos de miles de millones de pesos. ¿Cuánto va a tardar Lomelí en traicionar el proyecto de Morena? La respuesta es muy sencilla: ¡Ya lo hizo! Lea sus palabras de la tarde del pasado 15 de mayo en Guadalajara.
“El 6 de junio, como a estas horas, ya se va a correr como pólvora que Movimiento Ciudadano va a gobernar no solamente Guadalajara si no una gran parte del estado (Jalisco)”, dijo Lomelí, quien ante la rechifla por su sinceridad tuvo que corregir: “Morena, perdón, Morena. Por eso, Morena”. ¿Quién autorizó que Carlos Lomelí, quien además de profesionista universitario, millonario y experredista, fuera el candidato de Morena a la alcaldía de Guadalajara? Seguro alguien que leyó en algún medio neoliberal que don Carlos es compadre de AMLO y pensó que darle la candidatura era hacerle un favor al Presidente.
Y alguien, con la misma mala leche que en Guadalajara, le sugirió al Presidente poner al frente de la Secretaría de Cultura a Alejandra Frausto, una mujer que realizó estudios de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y fue funcionaria de la Procuraduría General de la República de 1997 a 1998, es decir, dentro del periodo neoliberal temprano, y cuando la PGR no era autónoma, como lo es ahora transformada en Fiscalía General de la República.
Así que, con los antecedentes previamente mencionados cómo confiar en doña Alejandra, cómo confiar que lo de esta semana fue un “gazapo” que se viralizó pues ocurrió en la solemne ceremonia en la que el Estado mexicano pidió perdón al pueblo de China por la masacre de ocurrida en mayo de 1911, matanza ocurrida en Torreón, Coahuila, durante la Revolución Mexicana y en la que 303 chinos fueron asesinados.
Ante este importante acto, doña Alejandra tuvo que haber revisado y repasado una y otra vez sus palabras ante la prensa, pero al parecer no fue así. Juzgue usted:
“La historia es una gran maestra acerca de lo que sí se debe hacer pero acerca de lo que no se debe hacer, y esto sirve de ejemplo para otros momentos… Estamos viviendo ahorita una guerra fraterna, de cuánto tiempo en la franja de Gaza. Y se están matando, este día”. Así, tal cual, lo expresó en su discurso. ¿Usted cree que la abogada Frausto tuvo un lapsus línguae? ¿Fue un gazapo? ¿O fue intencional para hacer quedar mal a la 4T y al presidente AMLO?
No es creíble que la encargada de la cultura del gobierno federal no sepa que los israelíes y los palestinos no se consideran entre ellos hermanos, que muchos de ambos bandos, se podrían ofender en que alguien los considerara hermanos. Recuerde, es universitaria y trabajó en la era neoliberal, saque usted sus propias conclusiones. Ahora, si todo fue un error, una distracción, y doña Alejandra en realidad sí tiene conciencia pese a haber ido a la universidad, lo que habría que resaltar es que lo importante es que el perdón ofrecido al pueblo chino es “síncero y séntido”.
Y, finalmente, ahora se puede usted explicar el caso del zar de la pandemia en México, del rockstar de la 4T, del doctor Hugo López-Gatell. Está clara la razón por la que a don Hugo le fallaron los cálculos de muertes por Covid pues él, a ojo de buen cubero, calculó que en el peor escenario, un escenario catastrófico, en México habría 60 mil muertos por la pandemia. Y qué sucede, ya van más de 220 mil muertes. ¿Cuál es la razón de esa pequeña diferencia en los fallecimientos? Pues no es otra que López-Gatell es universitario, y no solo eso, sino que tiene posgrados y peor aún en el extranjero. Bien dice el Presidente, no se puede confiar en los que tienen licenciatura, no tienen conciencia.
ME CANSO GANSO: SI LA ENCARGADA DE LA CULTURA SE EQUIVOCA, SÍ ES NOTA
Afortunadamente, no todos los periodistas son Lord Molécula y claro que un lapsus es nota. Entre las muchas cosas de las que doña Alejandra Frausto no sabe…, es que si la secretaria de Cultura se equivoca es nota para los medios y periodistas críticos.
No es nota que algún ciudadano común, en un discurso en la sala de su casa se equivoque, pero sí cuando la encargada de la cultura nacional lo hace en un acto público. El querer culpar a los medios por señalarle su yerro habla de la intolerancia y la incultura de la secretaria de Cultura y, por cierto, también es nota que doña Alejandra asuma estas posturas.
“Para los periodistas que hacen de un lapsus la nota, lo importante que dije durante la inauguración de «Memorial. Matanza de los chinos en Torreón (1911)» en el @museoarocena es que en el mundo tenemos guerras fratricidas que no acaban”. Si Frausto hubiera omitido las primeras 10 palabras de su mensaje, habría mostrado humildad ante su error, pero quitarlas era perder la oportunidad de poner la marca de la casa: culpar a otros de sus errores.