/ Por Karen Quiroga Anguiano /
Ante los retos que representa la situación actual de México debido a la crisis económica, social y de salud por la pandemia por el COVID19, sumado a la situación política en la cual, la característica principal del gobierno federal es la acción cotidiana de un presidente que polariza a la sociedad, se hace indispensable que los partidos políticos alternativos se renueven.
Así lo exige la modernización del Estado y la necesaria legitimidad de la gobernabilidad democrática que se requiere en el país, por ello, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el mes de diciembre tendrá su Congreso Nacional en el que nacerá un nuevo Programa de Acción que responda a las necesidades e intereses del pueblo mexicano.
El PRD necesita renovarse y generar nueva confianza y credibilidad entre la ciudadanía, además de fortalecer su representativa y elevar la calidad de todo mecanismo de vinculación con los diversos grupos sociales y los partidos políticos.
De esta manera para que nuestro proceso de renovación interna se refleje, debemos contrarrestar las políticas oficiales que no han dado resultados y que han ahondado en las desigualdades existentes, como en la economía, el cierre de empresas y negocios que ocasionaron la pérdida de empleos.
De acuerdo el INEGI, en 2020 cerca de 4.12 millones de puestos de trabajo se perdieron más de 2 millones de empleos formales donde la mayoría pertenecían a mujeres y jóvenes. Además de que, a principios de este año, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) estimó un aumento de entre 8.9 y 9.8 millones de mexicanos con un ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos por la crisis de COVID, lo que significa que una de cada cuatro personas de México padecerá una pobreza extrema por ingresos.
En el tema de salud, el gasto real se redujo en un 1.5%, y nos enfrentamos a una pésima estrategia frente a la pandemia que nos mostró las dificultades en la atención médica, incluidas las cadenas de suministro, la medicina preventiva, la atención primaria y las instalaciones de tratamiento hospitalario.
En cuanto a la educación, los cierres de las escuelas en prácticamente todo el territorio ocasionaron severos retrasos, además de que la implementación de clases virtuales puso en desventaja a las personas que no cuentan con una computadora y con acceso a internet, por lo que es urgente que dichos servicio sean gratuitos y al alcance de quienes los requieran, ya que los recursos han sido limitados y los resultados han sido desiguales.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) es impostergable la lucha contra el desempleo y el estímulo de la recuperación económica, lo que dependerá en parte de programas de reciclaje de personas mayores, incluido el perfeccionamiento digital.
No podría continuar sin mencionar que, en este proceso de renovación interna, el PRD está obligado más que nunca a promover la defensa de los derechos de las mujeres, pues pese a los avances en la normatividad, la violencia se ha acrecentado y el gobierno es miope al tratar las exigencias legítimas del movimiento de mujeres.
La lucha por la igualdad, la no discriminación y el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, son un punto central de nuestro compromiso en materia de derechos humanos de las mujeres, sobre todo, ante el aumento de los feminicidios en todo el territorio.
Ante este panorama, un PRD renovado, sin lugar a dudas, será la opción que México requiere. Un partido fuerte, debidamente organizado y con propuestas de solución reales ante los problemas que padece la mayoría en nuestro país. Un partido constructor de democracia, de justicia social y de paz.