Abandono paterno: la violencia naturalizada en México.

COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

/ Myriam Lagunes Marín/

​En México el 47% de los hogares carecen de figura paterna, esto según datos proporcionados por el INEGI en 2015, estamos hablando de que actualmente la mitad de los núcleos familiares son llevados por una jefa de familia sin apoyo alguno del hombre con el que engendró a sus hijos, esta realidad es bastante preocupante, lejos de abordarlo desde una perspectiva moralista donde se pone al divorcio como la principal causa de la descomposición social sería importante centrarnos en la falta de responsabilidad de los hombres en el proceso de desarrollo de sus descendientes aún después de una separación y nuestra incapacidad de catalogar estas conductas como violentas.

En la ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia del Estado de Veracruz marca claramente como un tipo de violencia la económica, que puede definirse como el acto u omisión de la persona agresora que afecta la supervivencia económica de la víctima, se considera como tal (entre otras), el no reconocimiento de la paternidad y/o el incumplimiento de las obligaciones que derivan de la misma, esto quiere decir que quienes abandonan un menor están llevando a cabo un acto de violencia, no son hombres confundidos ni personas que “se perdieron la oportunidad de formar una familia”, ponerlo en esos términos es suavizar la realidad y de cierto modo ser condescendientes, ellos son personas agresoras y como tales merecen tener consecuencias legales.

Uno de los tantos obstáculos que encontramos para acceder a una pensión digna es la presión social que se ejerce sobre las víctimas para no iniciar un proceso formal, esto podemos encontrarlo en forma de chistes, memes y burlas hacia las madres solteras o discursos donde se le da mayor valor a las mujeres que “sacan adelante solas a sus familias sin necesidad de un hombre”, todo ello contribuye a la revictimización de uno de los sectores más vulnerables de la población al estigmatizarles por una situación donde tendría que garantizárseles el derecho a la justica en lugar de ejercer juicios de carácter moral; otra dificultad con la que nos encontramos son los juicios lentos, la falta de acceso a la información sobre nuestros derechos, la asignación de un abogado o abogada y en general el desconocimiento del proceso que implica una demanda, lo cual tendría que ser una fuerte llamada de atención a las autoridades correspondientes.

Los niveles de violencia contra las mujeres que vivimos en el país de manera prácticamente normal para el ojo de la sociedad son alarmantes, vivimos con casi total impunidad un sinfín de agresiones de manera cotidiana, comenzando por el no reconocimiento de las obligaciones legales de los hombres que han decidido ser padres, a pesar de lo difícil que parezca necesitamos empezar a dejar de hacer pasar por normales estas situaciones, si conoces de alguna mujer que requiera asesoría legal puede llamar al 800 000 2019 (línea violeta) y obtenerla de manera gratuita, así como a la línea sin violencia del instituto veracruzano de las mujeres, marcando al 075, si solapamos la violencia entonces somos cómplices, luchar contra el abandono paterno y promover la paternidad responsable es garantizar una sociedad más justa.