/ Sin tacto /
Por Sergio González Levet
El problema del actual Gobierno del Estado y de los morenos que alcanzan a tener poder, es que no entienden el papel y la presencia de los medios de comunicación en el entorno de la sociedad moderna.
Ahí tenemos una razón por la que los discípulos de Andrés Manuel López Obrador se mantienen tan alejados de los periodistas. Su primera consideración ante ellos es que son corruptos y cómplices de las mafias anteriores del poder, acusación que repiten como loros sin ningún fundamento.
Lo otro es el temor a lo desconocido. Como no los conocen, les tienen miedo, y prefieren por eso mantenerlos alejados, les huyen.
Sin embargo, se está presentando un caso singular dentro del morenismo veracruzano: el área de comunicación social del flamante Ayuntamiento de Xalapa.
Al frente de esa delicada área, Ricardo Ahued puso a una verdadera profesional, a una persona que conoce el medio y a sus protagonistas, a una reportera con experiencia, con talento y con una gran inteligencia emocional: Lilí Bravo.
Pero además, don Ricardo tuvo con ella un gesto de justicia, pues Lilí trabajó en verdad durante la precampaña y la campaña, y se ganó la voluntad y el respeto del candidato, hoy alcalde, y de su equipo cercano.
Por su productividad, por su responsabilidad, por su cercanía con la información, Lilí Bravo resulta una jefa de prensa atípica en las filas del partido en el poder, cuando debería ser lo contrario.
Por ejemplo, es una grata sorpresa para los periodistas veracruzanos ver y aprovechar el cúmulo de comunicados que ahora llegan desde la comuna de la capital. Y más: una información profesional, apegada a los hechos… sin mentiras ni exageraciones, que no las necesita Ahued Bardahuil porque es un funcionario probo, capaz y comprometido.
Lilí Bravo es ejemplo para quienes encabezan las áreas de prensa en todo el Gobierno. Lo es y debiera ser el modelo a seguir. El problema es que esas oficinas están plagadas de farsantes que no conocen el medio ni el modo, y que llegaron ahí por recomendaciones y por “compromisos”, pero que no conocen realmente la importante función que deberían desempeñar.
En el Ayuntamiento de Xalapa, la comunicación social sí funciona. Bravo por Lilí, porque demuestra a base de chamba que la relación con los medios es posible y saludable.
Felicidades por ella… y por nosotros.
sglevet@gmail.com