La mano de Ahued

/Yamiri Rodríguez Madrid /

Quien crea que con la honradez es suficiente para gobernar, está más que equivocado. Se necesita conocimiento y experiencia, mucha experiencia. En cuatro años que el académico Hipólito Rodríguez Herrero intentó llevar las riendas de la capital veracruzana, no logró lo que su sucesor, el también morenista Ricardo Ahued Bardahuil, ha hecho en solo dos semanas.

Da gusto circular por Xalapa y ver que los baches que estuvieron meses en los carriles del Circuito Presidentes finalmente fueron parchados; que hay obras de mantenimiento en el centro de la ciudad, que hay cuadrillas hermoseando las jardineras, que ya dio banderazos de obra en diversos puntos.

Sin duda todo lo que se dejó de hacer en cuatro años, tardará varios meses en poder cambiarse, pero los ciudadanos están contentos al ver que ya se está haciendo algo por la ciudad.

No es lo mismo, con todo respeto, ser académico publicado que un empresario forjado con trabajo arduo. Esa es la diferencia entre Hipólito y a Ahued; entre Ahued, Juan Manuel Diez Franco y el resto de los presidentes municipales.

Es cierto que los ayuntamientos no son empresas, pero el orden con que han trabajado en sus negocios, la organización de la gente y la búsqueda contante de resultados tangibles, hoy quedan de manifiesto en los estilos de gobernar. Imagínese que así se llevara todo el estado, no tendríamos nada que envidiarle a Querétaro o a Nuevo León.

Hay otros donde desafortunadamente no se ve que nada cambie, ni para bien ni para mal, como es el caso de Coatepec y, otros más que han arrancado, pero solo con escándalos.

Por el bien del resto de los ayuntamientos veracruzanos, ojalá de que acabe este primer mes, se vieran resultados, cambios, aunque mínimos para el bien de su población.

@YamiriRodríguez