La corrupción en tiempos de López Obrador I: El fiscal perverso

FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO

DESDE A JANELA

Hasta los mejores cuentos caen por su propio peso y, ese del combate a la corrupción de López Obrador, hoy ya queda en el imaginario popular como otra de las muchas mentiras con las que muchos políticos han engañado a los mexicanos a lo largo de toda la historia del México independiente.

Y es que, todavía no salían en el Palacio Real (hoy Nacional) del escándalo de la mansión tejana, mejor conocida como la “Casa Gris”, cuando estalla el audio escándalo del “Fiscal no tan carnal” y no tan carnal, puesto que de aquí al 24 el poder del fiscal va a ir aumentando, mientras que el del presidente va ir entrando en el ocaso; ya en ese año, un presidente nuevo lo va a poder cesar con la mano en la cintura, pero hoy por hoy el Fiscal es prácticamente intocable y eso él lo sabe.

Pero volvamos al escándalo de la corrupción del fiscal Gertz Manero, pues resulta que se divulgaron unos audios, de los que cabe hacer la precisión de que, si bien su divulgación fue ilegal, también es reveladora en cuanto a que se están cometiendo desde la fiscalía General de la República delitos aún más graves que la misma divulgación de los audios privados.

Y es que esos audios contienen conversaciones del fiscal general con su principal colaborador en los que cometan con indignación un proyecto de resolución definitiva de un amparo atraído por la Suprema Corte en el cual se propone amparar a una familiar del fiscal con quien tiene diferencias, quien fuera puesta en prisión cuando él asumió el cargo.

Pero más allá de las rencillas familiares de Gertz Manero, lo verdaderamente grave es que él se ha valido del cargo para traficar influencias y/o presionar a otras autoridades con la amenaza de iniciar carpetas de investigación por hechos reales o ficticios, pero que pueden generar muchos problemas legales a su destinatario, para obtener toda clase de ventajas en sus litigios personales.

Siendo así, como logró poner en prisión a sus familiares, intervino y puso en jaque a la Universidad de la Américas de Puebla (por coincidir en el nombre con una que él tiene) y hasta logró la caída de un ministro de la Suprema Corte de Justicia.

Agravándose lo anterior, porque en los tres años que Gertz lleva al frente de la Fiscalía General de la República, la inactividad de ese órgano procurador de justicia ha sido de antología; ya que no se ha llevado ante la justicia a ningún líder del crimen organizado ni tampoco a ningún político verdaderamente relevante de este o de gobiernos anteriores, de quienes es notorio el enriquecimiento ilícito y las prácticas corruptas que tienen o tuvieron.

La FGR no combate casi ningún delito federal y sus empleados son usados como una especie GESTAPO para presionar a otras autoridades para que lleven a cabo los caprichos del fiscal general, lo cual ya de por sí es corrupción debido a que se distraen para fines particulares personas y recursos que deben de ser destinados para beneficiar a la sociedad y, desde luego, de esa corrupción emanan una serie de delitos que van a quedar en la impunidad por lo menos hasta el 24.

Y ese comportamiento perverso del fiscal se entiende, porque basta con ver su persona y la clase de litigios personales que lleva para darse cuenta de que es un tipo de cuidado; ya que a diferencia del presidente que es un megalómano corto de entendederas, el fiscal es un personaje culto, frío y calculador que se parece mucho a esos “Nazis reformados” que siguieron haciendo de las suyas en Alemania o en otros países en los que les dieron asilo; y no es de extrañar que mientras aprehendían a su familiar o mientras tomaban la UDLAP, las huestes de Barbosa; Gertz disfrutara el momento con una copa de coñac y escuchando un aria de ópera.

Y a todo esto se le suma el que López Obrador lo haya respaldado diciendo que comprendía la situación, que el pleito familiar era algo doloroso y que estaba en su derecho de entregarse en cuerpo y alma a él y eso que es evidente como pretende manipular a la Corte; es decir, para el presidente es normal el abuso del poder y la violación de la ley, siempre y cuando el que los comete sea de su camarilla.

Y el resultado de ello es que tenemos ahora un fiscal echado para adelante que dice que no se va y que va a seguir litigando sus negocios particulares con todos los medios a su alcance y lo más probable es que así sea, al menos en lo que resta del gobierno de López Obrador, ya que este no quiere, y tal vez no puede, desembarazar a México de tan siniestro personaje.

Pero no es el único personaje cuyos enjuagues en contra de la ley se van revelando y en la siguiente entrega, vamos a platicar de la maestra que en lugar de enseñar y buscar lo mejor para los alumnos, se ha dedicado a todo lo contrario con el beneplácito del presidente que prometió que en su administración primero eran los pobres.

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