México y Veracruz, entre corruptelas y nepotismo

Columna Fuera de Foco

Silvia Núñez Hernández

Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Es usual oír de parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que en su gobierno ya no hay corrupción, que determinado funcionario –ya sea estatal o federal- es una persona “preparada”, “capaz” y “honorable” y que hará un excelente trabajo en la función que le ha encomendado.

Lo cierto, es que a cinco meses de haber tomado posesión como ejecutivo federal, no se ha logrado observar que la corrupción, el nepotismo y los abusos, se hayan acabado, derivado de la jura que hizo en su toma de protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Se lo han demandado y lo desestima.

Si damos un pequeño viaje a las instituciones o su gabinete, se puede decir que existen muchos servidores públicos que ponen en riesgo los objetivos presidenciales al no comportarse a la altura de las “necesidades y discursos” de Andrés Manuel López Obrador pues siempre buscan su beneficio personal y enriquecimiento.

Pero tampoco se han cumplido muchas promesas que hizo en su campaña. La descentralización de las dependencias por ejemplo. Acción prometida por López Obrador y que a cinco meses de su mandato, siguen todas concentras en la Ciudad de México. Lo que nunca consideró el presidente de la República, lo costoso que resultaría trasladar a una dependencia a otro estado. Si cambiar de edificio en una misma ciudad, cuesta tiempo, dinero y esfuerzo; imagine usted el gasto que se requiere realizar el cambiarla de un estado a otro.

https://www.elfinanciero.com.mx/elecciones-2018/descentralizar-dependencias-en-la-mira-del-proximo-gobierno

Podemos advertir que en la actualidad el país se encuentra desestabilizado. Pero no se encuentra en dicha situación de manera natural. No tenemos la menor duda que los opositores a López Obrador han concentrado su puño para darle la “ayudadita” necesaria para que el caos prevalezca en la nación.

¿A quiénes les conviene que a López Obrador le vaya mal? ¿A quiénes les beneficia que existan los crímenes suficientes, los secuestros, los robos y que todo el país este literalmente incendiado? Exacto. A sus adversarios políticos, quienes son los que se encuentran moviendo los hilos para que esto suceda y a aquellos que votaron por el cuadro completo de Morena, ya se sientan decepcionados por el proyecto de nación de AMLO. No se tiene que ser muy experto en la materia para poder detectar la pretensión del PRI, el PAN y el PRD y con ellos, los poderes fácticos, como Televisa, quienes no cesan en su campaña de desprestigio.

Pero también los personajes morenistas hacen lo necesario para decepcionar a propios y extraños. Legisladores tanto federales como locales de la bancada de la “Esperanza de México” y también el propio Cuitláhuac García Jiménez, gobernador del estado de Veracruz, se encuentran parados en su hojita de papel y a diferencia del presidente de la República quien no repara en mantener la cercanía con la población; estos son intolerantes, groseros e inalcanzables. Ni los medios de comunicación tienen la apertura para lograr entrevistas. La columnista no merece atención del ejecutivo estatal ni con los diputados tanto federales como locales y mucho menos con los senadores de los distritos del estado veracruzano. Pese a que constantemente se gestiona con sus enlaces y con los propios personajes políticos una entrevista, no se ha tenido éxito.

Pero no sólo ellos tienden a arruinar el proyecto de nación con cero corrupciones. Personajes como la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García, de quién se desprenden una serie de conflictos e intereses personales. Una mujer ambiciosa y que bajo presiones, intenta imponer su propia red de corruptelas, principalmente en el sur de la entidad veracruzana. Una mujer que pretende ser la próxima presidenta de México. Una mujer que presiona y amedrentar a los miembros de su partido que fungen como regidores en los diferentes municipios de la entidad veracruzana, echándoles a la cara que si están en el poder, es por la inercia “lopezobradorista” y no por sus “prestigiados” nombres.

La lucha de poder en el estado es obvia. El jaloneo está entre el propio gobernador del estado, el súper delegado y la secretaria de Energía. Sin tener mucha injerencia en la estructura del “Rayito de Esperanza” –Morena- de AMLO; se puede detectar la falta de coordinación entre ellos y también la falta de civilidad política. Jamás pierden la oportunidad de meterse el pie unos a otros.

Andrés Manuel López Obrador, ya se percató que el estado de Veracruz es un barco que no cuenta con capitán. Una embarcación que va dando tumbos en una desenfrenada carrera en la que nadie le está poniendo el freno. Tal vez, por ello busca tener una cercanía más estrecha programando su agenda hacia estos rumbos.

Son muy pocos los políticos en la actualidad dentro del gabinete de Cuitláhuac García Jiménez que tienen experiencia en el servicio público. En muchas dependencias del gobierno, se dieron a la tarea de rellenar las secretarías y direcciones con personajes sin ningún tipo de experiencia laboral. Chavales que no saben ni hacer un oficio, mucho menos dirigir el destino de una dependencia. Y ante esa falta de destreza, están concentrados en los golpes bajos, grillas y llevar una gestión de baja calidad moral y humana. Una literal verdulería, en donde contaminan el espacio de los pocos que realmente se encuentran trabajando y desempeñando adecuadamente sus funciones.

El nepotismo y la corrupción es una carga que López Obrador no ha podido erradicar en Veracruz, mucho menos la corrupción. Al menos en la Secretaría de Seguridad Pública, de Salud y de Educación, es un acto “normal” para los titulares.

Todo esto, aunando con los recortes presupuestales que el gobierno federal ha impuesto en sectores muy sensibles, como el ambiental, de seguridad, de salud y educación; hacen que cualquiera se sienta en la desesperanza de que el rumbo de nuestro país, se complique cada día más.

No a bajar la tarifa de Veracruz

A cualquiera le causó indignación la respuesta absurda de Andrés Manuel López Obrador de bajar la tarifa energética en el estado. Una entidad en donde se produce literalmente la energía. Donde los riesgos por radiación es el pan nuestro de cada día y que ni eso merece una condonación por parte del presidente de la República como lo hizo con su natal Tabasco. Se defiende argumentando que saquearon PEMEX y CFE.

Cuando su estrategia debería ser en ordenar auditorías y detectar quienes llevaron a la ruina a estas dos entidades y decomisarles sus bienes para después meterlos a la cárcel. Su postura es seguir golpeando a los ciudadanos para que seamos nosotros quienes “rescatemos” a Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. Me parece inconcebible, inmoral y falta de conciencia que los veracruzanos paguen la tarifa más alta y la baje en el norte del país y su estado.

Habría que preguntarles a los veracruzanos que si van a tolerar ésta decisión. Cuando merecemos respeto por parte del señor Obrador y sobre todo un poco de empatía hacia los veracruzanos y no pretenda que la ciudadanía sea quien rescate “algo” que no se comieron.

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