¡Al diablo con su revocación!”

Francisco Garfias en su Arenal da cuenta de la última ocurrencia presidencial.

“Como si nos faltara otra ocurrencia. El presidente López Obrador adelantó ayer que va a mandar una iniciativa al Congreso de la Unión para que sea “el pueblo” el que elija a los consejeros electorales y a los magistrados del Tribunal Electoral.

Jura que su intención es acabar con los acuerdos cupulares para que ya no haya consejeros electorales y magistrados “que no tengan vocación democrática”, pero lo que en realidad busca es consolidar su poder personal, al margen de leyes e instituciones que le estorban.

Su idea es que los tres poderes propongan como candidatos a ciudadanos independientes, de inobjetable honestidad. Cada poder presentará a 20 aspirantes para el INE y otros 20 para el Tribunal.

La iniciativa la enviará a las cámaras legislativas después del 10 de abril, una vez transcurrida la consulta para la revocación de mandato.

El anuncio es una confesión de que tiene agenda presidencial después del revocatorio. Sabe que tiene ganado ese costoso ejercicio de “democracia participativa”, antes de que los ciudadanos vayan a las urnas a ratificar lo que leemos en espectaculares colocados en todo el país: “Que siga AMLO”.

Para ponerlo en palabras del senador del Grupo Plural, Germán Martínez: la revocación es una farsa. “Así como él mandó un día ¡al diablo a las instituciones!, yo mandó ¡al diablo su revocación!”.

* Lo que no sabemos es cómo le va a hacer para aprobar la reforma electoral. Es constitucional. Su aprobación requiere de una mayoría calificada –dos tercios de los legisladores presentes– que Morena y sus rémoras no tienen en San Lázaro ni en el Senado.

PAN, PRD, MC y el Grupo Plural en el Senado la batearon de inmediato. Las dudas se enfocan en el tricolor y en el fantasma transexenal del Primor.