PLATA O PLOMO
/ Alejandro Hope /
En la mañanera de ayer, el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, hizo una presentación sobre el combate a las drogas en la actual administración. Como es habitual en ese tipo de documentos, presumió la superficie erradicada de cultivos ilícitos y los volúmenes decomisados de sustancias ilegales.
Esas cantidades estaban expresadas no solo en hectáreas y toneladas, sino también en términos de dosis que no habrían llegado al mercado gracias a la acción del gobierno. Y aquí se impone una pregunta: ¿de dónde salió el número?, ¿cómo estimaron el tamaño de una dosis promedio para luego calcular el total?
No lo sé, pero me da la impresión de que la Sedena está en las mismas. Más bien, parece que tomaron cifras inventadas por alguien en algún momento y no se tomaron la molestia de hacer una mínima verificación de consistencia.
Va un ejemplo concreto. Al hablar de la erradicación de cultivos ilícitos, el general Sandoval afirmó lo siguiente: “En amapola, en la presente administración llevamos 307 mil 504 plantíos de amapola erradicados, que corresponden a 41 mil 675 hectáreas. De estos plantíos, de estas hectáreas de amapola, estamos considerando que podrían haber construido, fabricado, 42 mil 630.7 millones de dosis, dosis que irían a lastimar a la sociedad mexicana.”
Para calcular ese dato —equivalente a cinco dosis de heroína en promedio para cada ser humano vivo— se necesita una estimación de la producción promedio de heroína por hectárea de amapola, así como un cálculo sobre el tamaño de una dosis promedio. Esos parámetros no se incluyeron en la presentación, pero es posible recurrir a fuentes alternas para tener un orden de magnitud.
De acuerdo al gobierno de Estados Unidos, la producción potencial de heroína en México durante 2020 fue de 59 toneladas, obtenidas como resultado del cultivo de 23,200 hectáreas de amapola (https://bit.ly/3iVkoBs).
Eso implica que, según los estadounidenses, se obtendrían 2.54 kilos de heroína por hectárea de amapola (esa cantidad puede parecer pequeña, pero hay que considerar que se necesita mucha amapola para sacar un poco de goma de opio y mucha goma para hacer poca heroína).
Multiplicando ese factor por el número de hectáreas mencionado por el general Sandoval, daría un total de 105.9 toneladas. Si eso equivale a 42,630 millones de dosis, significaría que se podrían obtener casi 403 dosis por gramo de heroína y, por tanto, cada dosis sería de aproximadamente 0.0025 gramos de heroína.
¿Eso es mucho o poco? Consideren lo siguiente: de acuerdo a información recopilada en un programa suizo de mantenimiento de heroína (es decir, un programa público que provee heroína a usuarios en un entorno controlado), el consumo diario de heroína inyectada por usuario fue de 466 miligramos (https://bit.ly/373so0m). Es decir, se requerirían 186.4 dosis de las imaginadas por Sedena para cubrir esa cantidad diaria. Asumiendo que la persona duerma ocho horas, se tendría que poner una inyección cada 5 minutos.
¿Pero no será que hicieron un ajuste por pureza? Tal vez, pero aún con una pureza de 10%, se necesitarían 18.6 dosis por día por usuario, una cada 51 minutos que pase despierto.
Entonces, hay de dos sopas: 1) Sedena tiene estimaciones radicalmente distintas a las del gobierno de Estados Unidos sobre la producción media por hectárea (y sería interesante que explicaran su metodología), o 2) no saben de lo que están hablando y no revisan los números (porque en el fondo no importan).
Me inclino por lo segundo.