Por Mercedes Ducci Budge/ presidenta de ComunidadMujer
En todo el mundo las personas comienzan a tomar en cuenta factores éticos para poner su confianza en las empresas. Para éstas, la relación con sus colaboradores y también con las comunidades comienza a ser vital. En Chile están dadas las condiciones para que, si avanzamos en conciencia y en transparencia, las personas comunes y corrientes seamos las que empujemos las puertas que aún no se abren.
Ahora sí que parece que el cambio está entrando en los corredores del poder en Chile. Lo más sintomático y reciente: el Colegio de Abogados. Las mayorías de cada lista para integrar el Consejo de esta entidad para el período 2019 – 2023 las obtuvieron mujeres quienes, incluso, debieron ceder dos cupos a los hombres para conservar los equilibrios.
En SOFOFA, la elección de consejeros también marcó un hito: la participación de las mujeres este año se duplicó, tras la elección de seis nuevas integrantes. Tal parece ser que, lo que no logramos en los directorios y gobiernos corporativos de las empresas, poco a poco comienza a pasar en otros espacios que, hasta hace poco, eran homogéneamente masculinos.
En el caso del Colegio de Abogados, el factor que gatilló el cambio está claro: se habían establecido cuotas de género y el presidente del Colegio apoyó el proceso. Las cuotas operan como puentes para cerrar las brechas y, con el tiempo, probablemente, no serán necesarias. Pero ahora lo son. En ese sentido, la aprobación en general en la Cámara de Diputados de la Ley de Cuotas para las elecciones municipales y de gobernadores, es un paso fundamental y también va en la dirección correcta.