**Desde a Janela .
FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
Siempre que alguien critica al gobierno actual, tanto el presidente como sus corifeos utilizan la única cantaleta que se saben para defenderse y esa consiste en decirle a su interlocutor “ahora nos critican, pero no decían nada cuando (pueden poner a Calderón, el PRI, el PAN, los neoliberales, etc.) gobernaban y (pueden poner robaban, saqueaban, mataban, y cualquier otra cosa que se acomode para la ocasión); ahora sí se quejan, pero antes callaban”.
Y así si alguien se queja de que el crimen está desbordado y la inseguridad es nula, aunque sea la misma víctima; la respuesta será que antes no se decía nada; lo mismo ocurre si la queja es por la falta de medicamentos que lleva a la muerte a miles de personas o si es por actos de corrupción en el gobierno actual y así podemos enumerar cualquiera de las fallas del actual gobierno y la respuesta será exactamente la misma.
Y diría uno, si ya van casi cuatro años del supuesto “cambio de régimen”, ¿Por qué siguen utilizando la misma cantaleta para defenderse de sus críticos?
Se me ocurren algunas respuestas:
Primera: Porque no hay nada que presumir y al no haber algo que presumir y por lo tanto contrastar real y ventajosamente con lo ocurrido en los gobiernos pasados, la única respuesta que pueden dar a las críticas es alegar un, la mayoría de las veces, inexistente silencio del crítico ante lo yerros de gobiernos anteriores; un ejemplo claro es la respuesta que López Obrador dio a las críticas de los jesuitas por tantas muertes en lo que va de su administración, a quienes dijo que callaron cuando Calderón empezó la violencia, cuando lo cierto es que a pesar del inicio sangriento de ese gobierno, la violencia bajó mucho hacia su final y el inicio del de Peña (las mismas cifras gubernamentales corroboran el dato), mientras que en lo que va de la auto mal llamada “4t” las cifras de violencia son más elevadas que en los gobiernos anteriores; es decir, no tienen nada que contrastar favorablemente.
Segunda: Porque con todo y sus grandes errores, los gobiernos anteriores tuvieron también aciertos y el actual, por más que le busquemos, no tiene acierto alguno y eso lógicamente hace que muchos sectores de la población que ahora se sienten afectados, antes no lo estaban; y aquí puede venir otra de las muletillas de la auto mal llamada “4t”, que los ahora críticos “perdieron prebendas o negocios turbios que tenían en el pasado”; si a que hubiera vacunas disponibles en el sistema público de salud le llamamos prebenda o corrupción, entonces tienen razón. Nada más que ahora los legisladores de MRN hasta los tamices neonatales excluyeron de la norma oficial; quienes tenían esos y otros servicios públicos antes no tenían razón para quejarse y ahora que no los hay, la cosa cambia.
Tercera: En lo que va de la historia de México y puedo aventurarme a decir que, en toda, no ha existido un presidente que se haya granjeado el resentimiento de tantos sectores de la población, nada más que ese resentimiento no se debe a las “grandes transformaciones” que está haciendo, sino que se debe a que un día sí otro también insulta a alguna persona o comunidad. Es increíble como en un día ofendió a la Iglesia Católica en general, a los jesuitas en lo particular y no conforme con ello, todavía se fue en contra de los judíos y eso sin mencionar que ya había insultado a los artistas, a las feministas, a la clase media, a los medios de comunicación y sus periodistas, a los médicos practicantes y titulados, a los españoles, a las líneas aéreas, al gobierno de Estados Unidos, etc.
Todo eso hace que debido a la notoria ineficiencia de su gobierno y a los insultos gratuitos que lanza desde su atril en el Real Palacio, López Obrador cada vez tenga más malquerientes; lo que no ocurrió con nadie nunca antes, ya que generalmente cada presidente a lo más tenía uno o dos enemigos y así tenemos a Cárdenas contra los latifundistas, a Calles en contra de la Iglesia Católica, a Madero en contra del orden porfiriano, a los liberales en contra de los conservadores y viceversa, a Salinas y Díaz Ordaz en contra de la izquierda, pero además todos ellos y muchos otros sostenían sus conflictos con palabras y con acciones, ya que realmente tocaban los intereses de sus contrarios.
Sin embargo, en el caso de López Obrador sus pleitos solo derivan de los insultos que profiere, porque acciones reales que supongan un cambio, en esta administración simplemente no existen.
Pero eso sí, los insultos generan respuestas y al ser tantos los insultados, es normal que los que antes no eran atacados no se quejaban, mientras que ahora responden a las agresiones.
Estas son algunas de las razones por las que el gobierno actual recibe muchas más críticas que los anteriores, Ustedes amables lectores seguramente encontrarán más razones que expliquen la ya muy gastada cantaleta de López Obrador y sus seguidores reales y de conveniencia.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio