Sonia García reseña, con emotivo texto, presentación del libro de Lydia Cacho

Este martes 5 de julio asistí a la presentación del libro de la periodista y escritora Lidya Cacho, Cartas de amor y rebeldía, en la Casa Amèrica Catalunya. Durante los 19 años que he vivido en Barcelona es la primera vez que tengo oportunidad de asistir a una presentación y escucharla. Esa tarde habló y leyó fragmentos del libro y me emocionó, pero sin duda lo que más me conmovió fue cuando se refirió al síndrome del exilio y los efectos de la tortura, del miedo, del dolor de sentirse perseguida.

“La mitad de tu corazón se queda donde naciste. La tarea es encontrar o traer esa otra mitad de tu corazón”. Ella lo logró a través de la recuperación de las cartas guardadas durante años y de sus escritos en sus diarios”.

Comentó que todos sus libros los escribe a mano y que este último es una biografía periodística sin reinterpretación.

Realmente el libro – como bien lo dice ella- es una investigación interior, un estudio antropológico de su vida y una reivindicación de la palabra escrita, por ello afirmó: “El verdadero heroísmo consiste en aprender a amar”.

Lidia Cacho ha escrito 19 libros, pero en este último -que según la autora no tiene grandes pretensiones- escribe del amor, “del nuestro, del que nos construye y nos reconstruye”, porque dijo que es importante reivindicar la vida profunda y amorosa. Su libro es esto, una narrativa amorosa, porque confeso: “yo soy una monógama serial”. Afirmó que ella no podría ser la feminista que es si no tuviera la vida que tiene, pues son los afectos los que reivindican la vida humana. “No ha sido una vida fácil. Ha sido una vida muy bien vivida”, expresó.

Contó que desde que era niña intentaba copiar la letra de sus abuelos. Con este libro descubrió a la niña que fue, tomó conciencia de la figura del padre ausente y de que las mujeres somos un colectivo que florece, pero que los hombres se han quedado rezagados, quizá porque tienen miedo de convertirse en flor, porque desde niños les han enseñado que ellos no deben florecer.
Al final, le dedicó un libro a su amiga Soledad Jarquín, #JusticiaparaSol, donde le recuerda el compromiso de libertad y de no darse por vencidas. El libro fue publicado por editorial Debate, por lo que ella estuvo acompañada del editor literario, Miguel Aguilar.