Adiós, bella .

**Extramuros *

/ Norma Lucía Piña Hernández /

“…De tu garganta a nuestras voces, oh bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao, ciao…”.

La violencia brutal contra las mujeres es nuestra realidad. Vivimos la alarmante amenaza de la regresión de nuestros derechos humanos y de otros grupos en condición de vulnerabilidad. El incremento de los conflictos bélicos y sociales, los efectos de la pandemia por covid-19, la polarización ideológica de los Estados, la crisis ante el debilitamiento del Estado de derecho y la legalidad están auspiciando un escenario mundial, desbordado en el reciente mes de septiembre, contra los derechos de las mujeres.

La sublevación en Oriente Próximo desatada a raíz de la muerte de Mahsa Amini, la joven de origen kurdo, de 22 años, ya es histórica y nos exige reflexión. Fue llevada a la comisaría, en principio, para recibir una charla por haber desobedecido la ley sharia, al no haber usado correctamente el hiyab. Su detención estuvo a cargo del cuerpo de la policía de la moral, fuerza de seguridad creada para la prevención del vicio y la promoción de la virtud. Leyó usted bien. El Estado sostiene que murió por un ataque al corazón. Sus familiares denuncian que sucedió a consecuencia de los golpes recibidos. Desde entonces, esta mujer se convirtió en un símbolo de resistencia, no sólo de gran parte de la población iraní, que se ha rebelado en una ola de protestas fuertemente reprimidas, sino del mundo entero. Todas nos hemos sentido de cierta forma escondidas detrás de un hiyab. Todas nos hemos rebelado para quitarnos algún velo. Las diferencias culturales se desvanecen y la lejanía física desaparece. Su lucha nos despierta a todas. Nuestra búsqueda por la libertad es la misma.

Por otro lado, en Europa oriental, también en septiembre, se dio a conocer un documento de Naciones Unidas llamado Efectos normativos mundiales de la crisis de Ucrania sobre el acceso a la energía, la seguridad alimentaria y la nutrición desde una perspectiva de género, realizado por ONU Mujeres y el Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial por la Guerra en Ucrania. Se revela un contenido aterrador. Quizás lo más “aterrador” sea que ya no sea noticia, que sea esperado leer que la crisis profundiza las desigualdades sobre las niñas y mujeres ya existentes en todo el mundo. Parece que nos ha dejado de sorprender, que en el corazón de Europa —ya no solamente en África, o en Asia, o en Latinoamérica— las niñas en etapa escolar sean forzadas a dejar de estudiar, para casarse a cambio de una dote o como única esperanza para salvar a sus familias. Su lucha, otra vez, es nuestra. Nos une la resistencia frente a la regresión de los derechos humanos.

También en el viejo continente, en Italia, cuna del Renacimiento, presenciamos el triunfo de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni. En el centro de su proyecto electoral se apoya la natalidad a través de la familia “natural”, compuesta por la pareja heterosexual y sustentada en la rígida división de los roles masculino y femenino. ¡Qué paradoja que sea precisamente, ella, la primera mujer en gobernar Italia! Y aquí junto, sin irnos lejos, hace unos meses la Corte Suprema de nuestro vecino país, revocó la sentencia Roe vs. Wade, dejando a discreción de los estados la interrupción legal del embarazo.

Acercándonos a casa, el martes pasado, amanecimos con la noticia en primera plana de varios medios de circulación nacional, sobre el aumento de los homicidios culposos de las mujeres en el país, ante la insistencia de los expertos de tipificar los casos e investigarlos como feminicidios.

Septiembre fue un mes trágico para los derechos de las mujeres. Por momentos me inunda la preocupación y el pesimismo. Las oigo cantar y sus voces me llenan de fuerza. La imagen de los paliacates verdes acompañada de la canción partisana Bella Ciao (Adiós, bella, en español) me regresan la esperanza, el coraje y el optimismo. Bella Ciao cantada en italiano o en farsi, simplemente tarareada, es hoy, nuestro himno. Cada una en nuestro idioma, nos entendemos perfectamente. Nuestra lucha no tiene fronteras.