La marcha del ardor .

**La Política me da Risa .

/ Yazmin Alessandrini /

* El rally a favor del INE se convirtió en una sólida protesta contra el Presidente

* Obradoristas y morenistas fracasaron en su intento por ningunear la manifestación

* Dos días después de la marcha, López Obrador recula y contempla un Plan “B”

¿NO QUE NO TRONABAS, PISTOLITA?- El presidente Andrés López Obrador sabía lo que se le avecinaba. Y tan lo supo con antelación (ya ven que el Ejército hace tareas de inteligencia y no anda espiando a los ciudadanos), que una semana y media previa a la marcha #ElIneNoSeToca, la cual se realizó anteayer domingo en la Ciudad de México y en más de 50 ciudades del país, desató su furia verbal desde su púlpito mañanero. Y arremetió con insultos, ofensas, epítetos, descalificativos y groserías contra los organizadores y quienes participaría en esta manifestación multitudinaria. Les dijo de todo: Cretinos, fifis, clasistas, racistas, achichincles, corruptos, aspiracionistas, despistados y un kilométrico etcétera. Pero la gente no se dejó intimidar. No se rajó. Decididos y convencidos salieron a apoderarse de las calles y le amargaron su festejo de cumpleaños al primer mandatario, quien decidió irse a su finca de Palenque, Chiapas para hacerse el desentendido. Pero hasta allá lejos llegó el estruendo de la inconforidad ciudadana. Y eso lo hizo enfurecer aún más. Tanto, que de inmediato se dio la orden para que sus hordas se pusieran a trabajar horas extras en las redes sociales para intentar mitigar el impacto. Por miles, paleros y bots tuitearon, postearon y compartieron comentarios de burla, de desprecio y de menosprecio contra la marcha, asegurando que sólo fueron un puñado de mexicanos los que caminaron por Paseo de la Reforma hasta el Monumento a la Revolución. Tacharon este ejercicio como insignificante y sin peso específico alguno, pero es el día en el que no paran de hablar de él. Incluso, en un intento por minimizarlo ya están convocando una marcha en apoyo al Presidente para el próximo 1º de diciembre. ¿De qué murieron los quemados?

SE IMPUSO LA REALIDAD.- La respuesta de los participantes rebasó las expectativa, más allá de que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y su principal achichincle, Claudia Sheinbaum Pardo y Martí Batres Guadarrama, respectivamente, inmediatamente salieron con una mentira monumental sobre la cantidad de asistentes. Obvio, horas después recularon. Yo no sé hacer cuentas de multitudes, pero de lo que sí estoy segura es que el hormiguero de gente tapizó la avenida Paseo de la Reforma desde la escultura de la Diana Cazadora hasta el Monumento a la Revolución. Lo vieron mis propios ojos, así que sin temor a equivocarme puedo asegurar que esta manifestación superó las 100 mil almas, aunque el Presidente jure y perjure que a lo mucho fueron 60 mil personas. Convenientemente jamás aceptará esa cifra, porque no hace mucho prometió que si algún día marchaban más de 100 mil en su contra en automático renunciaría para irse a su finca. Pero eso es lo menos relevante de esta coyuntura, porque el deporte favorito de nuestro Presidente es negar la realidad. Sin embargo, esta vez no podrá negar algo sumamente importante: Unos cuantos miles de mexicanos lograron arrebatarle la agenda (de la cual ya se sentía el dueño absoluto) y lo obligaron a considerar un plan “B” en cuanto a su reforma a la Ley Electoral.

DE PENA AJENA.- Y para el cuadro de honor las bajezas que cometieron este fin de semana doña Claudia y don Martí, quienes se sacaron de la manga una contingencia ambiental de última hora, aunque al mismo tiempo en las distintas redes sociales del Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX) promovían el cambio de la ruta del tradicional paseo ciclista dominical (¿no se supone que cuando hay contingencia ambiental de inmediato se debe suspender toda actividad física al aire libre?); además, también dispusieron de inhibidores de señal en las inmediaciones del monumento de la Revolución para que los asistentes a la marcha no pudieran hacer uso del internet y las redes sociales; y tampoco podemos dejar de lado el bonito detalle que tuvieron de encender las fuentes de agua que hay a lo largo del monumento (me imagino que para intentar incomodar a los asistentes). ¿O qué tal el sabotaje a la corriente eléctrica cuando el orador de la manifestación, José Woldenberg Karaowsky, otrora mandamás del Instituto Federal Electoral (IFE), tomó el micrófono para dar su discurso? Pero ¿qué creen, muchachitos? De nada sirvieron sus trampas. La marcha fue todo un éxito y de una vez les adelanto que ya comenzó la organización de la próxima, que en esta ocasión sí aterrizará en el Zócalo capitalino.

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