En redes sociales los afectados denunciaron el problema y el trato que recibieron por parte del personal de seguridad del evento, pues a algunos se les rompió el boleto pese a que aseguraban que eran legítimos y los compraron a través de los sitios oficiales de Ticketmaster.
Luis –así llamaremos a nuestro informante- trabajó con Lobo de 2016 a 2020, se desempeñó en el área de control de accesos y seguridad de eventos masivos. Desde su experiencia argumentó que el problema radicó en la venta de Ticketmaster ya que habría cancelado compras de accesos sin notificar al público, por lo que se revendieron las mismas entradas, pero solo uno fue válido para entrar.
Luis consideró que la modalidad de preventa en línea del sitio oficial de Ticketmaster generó que la empresa vendiera los mismos boletos a personas diferentes y en distintas etapas de la venta de accesos a “Bad Bunny”. Señaló que dentro del Priority Pass y las preventas para tarjetas de Citi Banamex pudo haber existido la duplicación de entradas y cancelación de compras válidas, pese a que ya estaban pagadas.
Entonces cuando el sistema reconoció la ausencia de uno de los requisitos canceló una compra sin haber notificado, pero al repetirse el ingreso al sistema, uno sí fue válido y otro no.
“Con tal de tener un boleto en sus manos hicieron la fila virtual, cuando ellos se dieron cuenta de que no tenían Priority Pass o usaban códigos de sus amigos, de sus conocidos o desconocidos pues les cancelaron sus compras”
Cuando la persona leyó el mensaje de que ya tenía sus entradas, acudió al centro de Ticketmaster para imprimir su boleto —en el cual tienes hasta 48 hrs. antes del evento para imprimir tus boletos— por lo que el boleto sí era original y no falso. Pero el problema radicó en el código con el que se imprimió el acceso porque ante el sistema un código fue anulado por la cancelación de la compra y otro válido.
Es decir, durante el concierto de “Bad Bunny” pudieron haber boletos con la misma sección, hasta con el mismo asiento y originales ante la taquilla de la empresa, pero al momento de codificar, uno sí existía en la base de datos del sistema y permitió el ingreso, mientras que otro fue anulado, por lo que aparentó ser “falso” al momento de escanearlo en la entrada.
“Si yo había comprado mi boleto en tal fila y sección y si yo no tenía el Priority Pass o tarjeta de Citi Banamex cancelaron mi compra. Pasaba que yo iba a imprimir mi boleto dos, tres días antes del evento, pero mi boleto ya lo habían vendido con quién sí había cumplido esos requisitos, entonces había dos boletos originales e impresos por Ticketmaster con dos claves diferentes: una clave era la válida y la otra era la incorrecta”, compartió Luis.
Así que el ex trabajador de control de accesos insistió en que la compañía tiene gran parte de la responsabilidad del caos que se generó en el Coloso de Santa Úrsula.
Según narró Luis al autor de esta columna, otro de los motivos por los que abundaron diversos fraudes entre los fans fue que varios recurrieron a comprar boletos fuera de los sitios oficiales de Ticketmaster y los compraron en sitios de internet, redes sociales, amigos o conocidos.
Reconoció que esta práctica no solo ocurrió en Bad Bunny, sino que ocurre en cualquier tipo de concierto y, aunque las personas tengan un boleto original de la empresa, pueden ser cancelados, por lo que se quedan sin entrar al evento. Puso de ejemplo un caso en el concierto de Tame Impala de 2016.
Una joven compró un boleto en reventa, pero el dueño original canceló la venta ante Ticketmaster, en consecuencia el boleto impreso quedó invalidado.
“Una chica compró un boleto en la reventa, el boleto era original; habían comprado el boleto con tarjeta de crédito, lo habían ido a imprimir en el centro de Ticketmaster, pero cancelaron la compra del boleto. Entonces tuvieron que cancelar el boleto. Ella tenía en sus manos un boleto original, pero no era válido para accesar”
Así que las diversas denuncias que se hicieron en redes sociales en donde señalaron al personal de “estafar” y sacar provecho las desmintió el ex colaborador de Lobo, pero no descartó que la presión del público y el aforo de personas haya perjudicado la labor del personal del recinto.
De acuerdo con la experiencia de Luis, su único objetivo es conservar el orden y la seguridad dentro del inmueble; además existen diferentes niveles de jerarquía en la seguridad pues el propio Estadio Azteca tiene su personal de logística y seguridad.
Luego de que Pedro Castillo fuera destituído tras intentar realizar un autogolpe en Perú, México, Colombia, Bolivia y Argentina defendieron el accionar del ahora ex mandatario, no se refirieron a su intento de diluir el Congreso peruano y plantearon su “preocupación por los recientes sucesos” en el país latinoamericano.
Los gobiernos de México, Argentina, Bolivia y Argentina expresaron “su profunda preocupación por los recientes sucesos que resultaron en la remoción y detención de José Pedro Castillo Terrones, presidente de la República del Perú”.