/ Yamiri Rodríguez Madrid /
En los últimos días me he enterado de por lo menos dos incidentes en la capital del estado, con el mismo patrón: el robo de llantas de camionetas en zonas residenciales de Xalapa. La madrugada de este lunes, en Lomas de Pradera, a unos metros de Casa Ahued, una camioneta de lujo, estacionada en la cochera abierta de una vivienda, amaneció sobre los cuatro tambores, pues los amantes de la ajeno no la dejaron ni siquiera sobre tabiques. Unos días antes, en Agustín Lara, en Las Ánimas, lo mismo pasó con otra unidad de las mismas condiciones.
A eso sumemos que en Coapexpan, la semana pasada, vecinos denunciaron por lo menos seis robos a casa habitación. De acuerdo con su testimonio, los ladrones ingresaban a los inmuebles por la parte del río de aguas negras, por lo que piden se redoble ahí la vigilancia.
Atrás quedaron esos años en los que se podía dormir con las puertas abiertas en la tranquila Xalapa, pues los delitos del fuero común van en aumento.
Habría que preguntarle, tanto a las autoridades municipales y estatales, cuántas cámaras de seguridad hay en todo el municipio y cuántas de éstas funcionan y si en este 2023 tienen pensado en invertir en infraestructura de seguridad para la capital veracruzana. Hay otras ciudades en las que hasta botones de pánico hay en la vía pública y desfibriladores en caso de una emergencia médica, pero aquí vamos por demás atrasados.
Si Ricardo Ahued no redobla las acciones de seguridad en Xalapa, la situación se podría descomponer. Si quiere aplicar la misma estrategia que en 2005, 2006 o 2007, estaría por demás equivocado. Hoy los desafíos en este rubro son mucho más complejos; requieren de mayor inteligencia policial y, por ende, de mayores recursos. En vía de mientras, los delincuentes se dan vuelo en nuestra querida Xalapa.
@YamiriRodriguez