Hipotecas en pesos, ¿solución o más deuda?

“DEBO, NO NIEGO; PAGO, LO JUSTO”

   Teresa Carbajal

 

Dos mil veintidós se había vuelto de por sí un año bastante estresante a la hora de revisar los saldos de las hipotecas contratadas en veces el salario mínimo (VSM) con Fovissste pues la cuenta lejos de bajar subía, múltiples quejas y reclamos acompañados de movilizaciones resonaron principalmente en la capital del país develando el hecho que para algunos pasaba desapercibido, les dieron un crédito cuya deuda subía a la par del salario mínimo.

 

Una de las movilizaciones que llevó a cabo en la Cámara de Diputados el “Movimiento Nacional de afectados por créditos hipotecarios del Fovissste” nos tocó presenciarla el seis de diciembre del año pasado, al acudir a una reunión por el tema de la cobranza delegada, acusaban entonces al Instituto de usura y pedían ser reconsiderados en sus deudas impagables por querer hacer realidad el sueño de tener casa propia, un reclamo desde luego justo que beneficiaría a por lo menos 917 mil familias que se encuentran en ese caso.

 

La respuesta parecía llegar el veintisiete de diciembre del año dos mil veintidós, con tres acuerdos de la Junta Directiva del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado publicados en el Diario Oficial de la Federación con esa misma fecha, uno de ellos daba a conocer el Programa de Reestructura de UMA a Pesos, otro el Programa de Liquidación Anticipada con Descuentos del 5% y 10% y uno mas sobre liquidación de créditos 30/60.

 

Por esta ocasión cabe comentar el primero de los programas anunciados, el cual si bien parece una buena intención de querer ayudar lo cierto es que al ser una reestructura con reoriginación de crédito, como su nombre lo dice, no es más que una vieja estrategia para mantener cautivos en la deuda a quienes ya no pueden pagar los constantes aumentos que cada enero trae (sobre todo en los últimos tres años) con la actualización del salario mínimo el que redirige a las UMA´s con medida de actualización.

 

Por qué, pues porque en esencia los trabajadores que accedan a este esquema de solución tendrán que contratar una nueva deuda con el fondo de vivienda, liquidando la anterior con un nuevo crédito, el que si bien será pactado para pagarse en pesos reconocerá el saldo total que hasta esa fecha arroje en su estado de cuenta, no habrá condonaciones, quitas o disminuciones en los intereses que se hayan generado. No debemos olvidar que la principal queja que se tiene es que en los estados de cuenta la deuda que se refleja es mayor a la cantidad prestada a pesar de todos los pagos efectuados, entonces no es que vayan a revisar esos saldos, es que el fondo va a prestarle al trabajador ahora para pagarse así mismo la deuda, y a la nueva cuenta (reestructurada) le pondrá nuevos plazos, tasas, penalizaciones, entre otros.

 

El decreto publicado no especifica la tasa de interés que se empleará aunque representantes del Fovissste han informado a los acreditados que será del 10.5 por ciento, tampoco se ha dado a conocer cual es el esquema de selección de los créditos candidatos a participar del programa o la vigencia del mismo, lo que por experiencia se sabe es que no todos los créditos serán elegibles.

 

Mientras que lo que sí aclara el Decreto es que el Modelo de Convenio será elaborado por la Subdirección de Asuntos Jurídicos y se formalizará ante mediador certificado para inscribirse en el Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, y que los gastos que genere dicho servicio serán cubiertos a partes iguales, 50 y 50 por el trabajador y por el Fovissste.

 

Es importante que antes de acceder a la firma del convenio se asesore, pues traerá nuevas condiciones en el crédito que es mejor leer y entender a cabalidad antes de aceptar, pues fuera de algún vicio del consentimiento será complicado en el futuro para los que accedan impugnar o controvertir un documento que en apariencia derivó de un acuerdo voluntario pues de entre lo que firmará está la solicitud de reestructurar.

 

Que no sea la desesperación, la angustia, el miedo a perder su casa lo que determine que pierdas lo que has pagado por ella, pues una reestructura es en pocas palabras un “borrón y cuenta nueva” de lo pagado, en donde quien pierde es siempre el que paga.

 

 

 

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